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Aromaterapia, una respuesta holística para cuidar la salud

La Aromaterapia se basa en el uso de los aceites esenciales naturales extraídos de árboles, arbustos, hierbas y flores de todo el mundo.

A través de ella se busca que afloren los procesos de curación innatos en cada persona, como respuesta cada aroma.

Los altos niveles de exigencia, el estrés, la rutina y el ritmo propio de la actualidad, han llevado a que muchas personas adopten la Aromaterapia para contrarrestar los malestares y efectos derivados de estos factores.

La Aromaterapia permite tratar las dolencias y afecciones corporales en forma holística, es decir, considerando la integridad cuerpo-mente- espíritu. Esto significa abordar no solo la sintomatología física, sino que además se tienen en cuenta las emociones, que suelen ser la causante de muchas afecciones.

Los aceites esenciales no producen efectos colaterales, pero no reemplazan a ninguna prescripción médica, por tratarse de una terapia complementaria.

Gracias a la amplia variedad de modos en que pueden utilizarse los aceites esenciales, se adaptan fácilmente a las distintas necesidades y estilos de vida.

A la hora de elegir, es fundamental verificar que se trate de aceites puros, naturales y no diluidos, ya que los armados químicos carecen de las propiedades de la planta.

Cada aceite esencial brinda un aroma y efecto particular, según la planta de la cual fue obtenido.

Los precios varían de acuerdo a la cantidad, tipo y procedencia de materia prima utilizada en su elaboración, la cual es extraída de distintas forestaciones vírgenes del mundo.

El aroma como fuente de bienestar
Uno de los beneficios de la aromaterapia es la variedad de usos que ofrecen los aceites esenciales: hornillos, compresas frías o calientes (según el caso), en mezcla para masajes, baños de inmersión, etc.

La eficacia no radica tanto en el momento del día en que se utilicen, sino en una elección adecuada de los mismos y en el método que se adopte para tratar la dolencia (stress, contracturas, estados de ánimo, golpes, resfríos, dolores de cabeza, dificultades respiratorias, entre otras). Los aceites actúan por dos vías:

A través del olfato: al inspirar las pequeñas moléculas del aceite esencial que se encuentran en el aire (evaporación mediante hornillos, o inhalación directa), son llevadas a los pulmones, donde se produce el intercambio gaseoso, proceso por el cual pasan al sistema circulatorio.

A través de la piel: mediante la aplicación de cremas, lociones, aceites, baños aromáticos, compresas (frías o calientes). Las minúsculas moléculas del aceite esencial atraviesan la piel(epidermis) y alcanzan la capa más profunda (dermis), donde los numerosos capilares que se encuentran en ella las absorben, transportándolas al sistema circulatorio.

Posibilidades de uso

Hornillos
Para utilizar alguna de las combinaciones mencionadas en el hornillo, se deben colocar 5 ó 6 gotas en el cuenco superior y llenarlo de agua caliente.
La evaporación, provocada por la vela encendida, enviará las partículas aromáticas al ambiente, trasladando las propiedades naturales de los aceites esenciales a nuestro organismo, por inhalación.

Masajes
Mezclados con aceite vehicular (almendras, jojoba), los aceites
esenciales pueden utilizarse para masajes, nunca deben aplicarse puros
sobre la piel.

Baños aromáticos
Los aceites esenciales pueden utilizarse también para baños, pero deben estar previamente diluidos en aceite vehicular.
Compresas (calientes o frías): Para tratar diversos malestares físicos.

Fórmulas para el hogar y el trabajo
Hay combinaciones de dos o tres aceites esenciales que pueden prepararse para lograr un efecto determinado (concentración, relajación, distensión, equilibrio, renovación, etc.).

Algunos ejemplos válidos tanto para el hogar como para la oficina:

* Para el stress (lavanda, azahar): contribuye a equilibrar el sistema nervioso central, libera tensiones, genera una sensación de bienestar.
* Para la oficina (peppermint, pino, lemongrass): despeja la mente, favorece la concentración y combate la apatía.
* Para el insomnio (lavanda, melisa): favorece la relajación, promueve el buen descanso.
* Para la armonización (limón, bergamota, alcanfor): crea el clima ideal para meditar, aquieta la mente y despeja el ambiente.
* Para la intimidad (ylang ylang, rosa, jazmín): crea un clima de intimidad propicio, favorece el acercamiento.