La crisis económica dispara la creatividad de los delincuentes y el fraude corporativo no es una excepción. De acuerdo con un estudio privado, en el último año los casos de fraudes en empresas argentinas aumentaron tres puntos hasta alcanzar al 23% de las compañías con operaciones en el país.
La mala noticia es que los especialistas en el negocio advierten que el delicado escenario económico se traducirá en un incremento en el número de casos de robos y maniobras fraudulentas a cargo de los propios empleados y ejecutivos.
“Las situaciones económicas adversas son el caldo de cultivo ideal para los fraudes no sólo porque hay más empleados en situaciones en problemas financieros, sino también porque las propias empresas focalizan todos sus esfuerzos en que no caigan las ventas y, por lo tanto, desatienden los controles internos”, explicó Matías Nahón, director general en la Argentina de Kroll, empresa especializada en estudios de prevención de riesgo corporativo.
Kroll acaba de concluir un estudio sobre el fraude corporativo a nivel mundial realizado junto con The Economist Intelligence Unit, unidad de estudios del grupo editorial The Economist, entre casi 900 multinacionales. El informe señala que en el mundo el fraude corporativo causó pérdidas por US$ 8,2 millones por empresa en 2008, lo que implica un alza del 22% frente a los US$ 7,6 millones del año anterior.
En el caso argentino, la medición no se hizo teniendo en cuenta a cuánto ascendió el perjuicio económico para cada empresa, sino el número de compañías involucradas, que en el último año tuvo un incremento de tres puntos, pasando del 20 al 23%; es decir que una de cada casi cuatro firmas consultadas por Kroll reconoció que sufrió un caso de fraude en los últimos 12 meses. “El incremento del número de fraudes en el país fue relativamente alto en el último año, aunque no hay que perder de vista que el estudio fue mayormente realizado antes de la crisis financiera, con lo cual las perspectivas para 2009 son de un incremento, básicamente porque el fraude corporativo es una actividad contracíclica”, destacó Nahón.
Problema emergente
En Kroll explican que las regiones más afectadas por el fraude corporativo son los mercados emergentes, con Europa del Este a la cabeza. En la región, el país más afectado es Bolivia, donde cerca de la mitad de las empresas consultadas denunciaron que fueron víctimas de algún tipo de fraude en 2008. “La Argentina está ubicada en un segundo escalón, detrás de Bolivia y Centroamérica, junto con Brasil y México. En la región, el país con menor índice de fraude es Chile, donde la incidencia de este tipo de casos se ubica por debajo del 10%”, señaló Nahón.
Por tipo de fraude, en el mercado local los casos más repetidos son los conflictos de intereses entre los empleados (ya sean jerárquicos o no) y la empresa. “Por lo general, los mayores problemas se generan en las áreas de compras. Un ejemplo repetido es el del gerente que tiene algún tipo de connivencia con sus proveedores o que directamente crea una empresa ficticia para canalizar el fraude. Este tipo de modalidad era muy común en las empresas estatales y ahora se está trasladando cada vez más al sector privado”, explicaron en Kroll.
Nahón además comentó que las empresas argentinas también están empezando a importar delitos corporativos típicos del Primer Mundo, como el robo de información. “Es el delito que más crece en los países desarrollados y se está popularizando cada vez más aquí”, advirtió el consultor.
