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Columna y estómago: dos piezas clave de un cuerpo sano

Podemos afirmar que el estómago es el “segundo cerebro”, y que su ineficaz funcionamiento tiene sus secuelas en el resto del organismo como, por ejemplo, en el intestino. También se hace eco de las disfunciones del sistema nervioso y de las desviaciones de la columna: de la mano de la quiropraxia, puede volver a su funcionamiento normal.


Los estados de mal funcionamiento de algún órgano, o sistema, pueden ser causados por trastornos psicoemocionales. Esto produce enfermedades funcionales y psicosomáticas. Podemos decir que la somatización es una manifestación física y fisiológica de las emociones y las tensiones.

Por ejemplo, por un estado nervioso prolongado, una persona puede alterar tan fuertemente su función estomacal, hasta llegar a desarrollar una úlcera gástrica. Y está comprobado que, las características generales y más comunes de los pacientes con este tipo de úlcera, son la edad joven, que tienen mucha exigencia y control, y que vienen en un ritmo constante de estrés e hiperactividad.

Un sistema nervioso que funciona mal, puede ser un factor clave en el desarrollo de varios trastornos digestivos. Y esto sucede porque una gran parte del sistema digestivo se controla directamente desde el tronco encefálico, a través del nervio vago o neumogástrico.

El tronco encefálico es el centro desde donde se dirigen varias funciones vitales, incluyendo la digestión, y se encuentra en la parte superior de la columna vertebral. Su funcionamiento se asemeja al de una línea de teléfono, con miles de cables individuales o fibras nerviosas, que mandan y reciben señal esa todas las células, órganos y sistemas del cuerpo.

Un alineamiento indebido de la columna cervical superior (en el cuello), puede entorpecerlas funciones del tronco cerebral. Esto puede ser un factor crítico en varios problemas de salud–manifiestos inmediatamente o en el transcurso de años–, incluyendo los trastornos digestivos. Estas alineaciones indebidas pueden ser producto de varios factores como choques, caídas, lesiones deportivas, accidentes de coche, traumatismos en el parto, etc.

El foco está en la columna

Muchas personas consideran su sensibilidad digestiva como una cadena perpetua. De este modo, asumen resignadas una menor calidad de su vida y restricciones en su alimentación, sin luchar para intentar un cambio.

Las alteraciones en la columna son un eje a tratar cuando hay problemas digestivos. Tenemos que saber que las escoliosis, cifosis, rectificaciones, etc., generan compresión de los órganos, como el estómago, y así desencadenan también complicaciones en su actividad.

La compresión nerviosa en la quinta vértebra de la columna vertebral, tiene estrecha correspondencia con un mal funcionamiento del estómago. Esto, en principio, tendrá consecuencias corporales leves, tales como la acidez. Si consumimos un antiácido, lo que haremos será mitigar el síntoma, pero de ninguna manera atacar el origen del malestar, y mucho menos erradicarlo.

Estamos acostumbrados a consumir medicamentos para no sentir dolores ni molestias. La mayoría de los afectados con las disfunciones mencionadas anteriormente, intentan tratar sus síntomas con fármacos que no requieren de receta médica. Si esto falla, se les suele prescribir fármacos con receta o esteroides. Como último recurso, puede recomendarse la cirugía para reparar o eliminar cierta sección del tracto digestivo.

Respecto de esto, los estudios revelan que los fármacos usados para tratar los trastornos digestivos, pueden tener efectos secundarios potencialmente peligrosos. Algunos, incluso, pueden causar mayores problemas digestivos.

Si bien el quiropráctico no trata los trastornos digestivos directamente, muchos pacientes hacen referencia a mejorías, al reducirse la irritación o lesiones al nervio que alimenta el tracto gastrointestinal y/o el sistema inmunológico.El quiropráctico corrige de forma específica la desalineación cuando es necesario, restaurando así la vitalidad y la capacidad autocurativa del individuo, por medio del ajuste vertebral. Esta práctica aborda el origen del malestar y no posee efectos secundarios.

5 claves para entender y aliviar los malestares digestivos

  1. Registrar que todos los trastornos digestivos tienen un componente común, que es la presencia de un sistema nervioso mal sincronizado.
  2. Evaluar que si nos limitamos a minimizar el dolor con un fármaco, pero no atacamos el problema de raíz a través del ajuste vertebral, el malestar digestivo persistirá.
  3. Saber que como la quiropraxia disminuye el estrés, evita el círculo vicioso de tensión emocional, disfunción estomacal, y posteriores molestias.
  4. Comprender que si bien una persona puede acudir a un quiropráctico por una dolencia digestiva en particular, las correcciones de esta disciplina afectarán positivamente a todo el organismo.
  5. Conocer que como la quiropraxia mejora la inmunidad, actúa también como un tratamiento preventivo de nuevas disfunciones digestivas.