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Comidas supercongeladas con un servicio puerta a puerta

Platos gourmet con sabor casero, listos para consumir con un “golpecito” de horno o microondas. Esa es la propuesta de Simple Food, la primera empresa de supercongelados con delivery que llena las heladeras de parejas jóvenes, solteros, divorciados o gente que simplemente no tiene tiempo o ganas para estar en la cocina.

Detrás del proyecto, que este año facturará 320.000 pesos, están dos amantes de la cocina: Martín Grandjean, un abogado de 27 años que estudió cocina en Florencia (Italia) y Valentina Avecilla, de 33, cocinera formada en el exigente Cordon Bleu de París.

Grandjean dio el primer paso en el armado del proyecto, a su regreso de Florencia. “Volví y empecé a cocinar para grupos de 25 personas, a quienes les llenaba las heladeras por una semana. En 2006, me anoté para hacer el programa de emprendedores Naves del IAE, pero no lo cursé. En 2007 insistí y lo terminé. Durante el proceso de capacitación vi que el negocio estaba en los supercongelados”, relata el emprendedor que entrega personalmente los pedidos en la zona norte del Gran Buenos Aires y en la Capital Federal.

“Para supercongelar los alimentos se utiliza la criogenia: se congelan los productos a 40 grados bajo cero y de esa forma se evita que se rompan las células de los alimentos. Así, se conservan las propiedades de los productos y se asegura más calidad que cualquier comida que pidas en un delivery caliente”, agrega.

Las primeras pruebas del negocio fueron rudimentarias. El emprendedor compró un par de freezers tradicionales y los acomodó en su departamento. Empezó a abastecer a unos 30 clientes, hasta que vio que era un buen momento para escalar el proyecto y utilizar la criogenia. Entonces, decidió ir en busca de ayuda y una amiga le presentó a Avecilla a fines de 2007.

“En seguida nos entendimos. En materia de cocina, combinamos mi gusto con lo francés con el suyo mediterráneo y armamos una carta de 45 platos”, cuenta la cocinera, que trabajó en varios restaurantes de París y antes recorrió el mundo como azafata.

El dúo invirtió 187.000 pesos en el acondicionamiento de una casa en Olivos, en donde se concentra toda la producción. En el frente del lugar, está la máquina con el gas para llevar adelante el proceso de supercongelado.

“Es un equipo muy caro, pero logré negociar un comodato y eso nos ayudó mucho. Después acomodamos los freezers que tenía en casa y compramos más equipos”, explica Grandjean, cuya oficina tiene vista al jardín en donde los cocineros cultivan sus aromáticas.

“La tecnología que usamos -agrega su socia- nos permite trabajar sin aditivos, conservantes o colorantes. Así logramos platos sanos y de mayor calidad.”

Combos
El emprendedor y su socia delinearon los combos Solos y Solas, Parejas y Light. Con el primero, por ejemplo, un cliente tiene cubiertas cinco cenas, con acompañamiento y postre, por 82,50 pesos. También puede armar su combo y tiene varios platos para elegir, entre ellos, gratín de salmón, puerros y papas; pollo con salsa de sidra y champiñones; wok de salmón; vegetales grillados; pastel de papas; lasagnas, strudel de manzanas, mousse de chocolate.

“Esta es la primera empresa de supercongelados de este tipo. Hay otra dirigida al consumidor final, pero vende sólo en los supermercados, y la carta se centra más en pizzas y empanadas”, afirma el fundador de la compañía, que emplea a cinco personas.

El también está interesado en el negocio del retail y actualmente negocia con un inversor para poder llegar a las góndolas. En el mediano plazo también tiene previsto empezar con las exportaciones. “El consumo de supercongelados crece al 15 por ciento anual en todos los países, incluida la Argentina, en donde todavía es bajo -detalla-. Creemos que hay mucho potencial en la exportación.”