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Dolor de cuello: causas y como evitarlo

Los dolores de cuello pueden estar ocasionados por problemas en las cervicales. El dolor de hombros y cuello es uno de los más frecuentes y hasta 7 de cada 10 personas lo van a padecer el algún momento de sus vidas, pero para combatirlo, el primer paso es conocer qué músculos están implicados y cómo fortalecerlos.


A menudo nos duele el cuello porque sus músculos trabajan en exceso para tratar de recuperar la curva normal de las cervicales. Así acabamos con dolorosas contracturas musculares que pueden además causarnos dolores de cabeza. Estos son muy comunes, especialmente  por posturas laborales en gente que está sentada todo el día. Las tensiones en la musculatura se acumulan y a largo plazo producen las condiciones de compresión y fallos mecánicos que comienzan la degeneración de la columna. Con el tiempo esta degeneración afecta el disco y puede entre otras cosas crear hernias discales o protusión de disco.

Un dolor de cuello de evolución lenta (generalmente de varios años) y que suele aparecer como resultado de ciertas actividades o de ciertas posiciones del cuello, generalmente es causado por una estenosis de agujero cervical. Generalmente es la compresión de una raíz nerviosa de un lado de la columna lo que causa la mayoría de los síntomas.

Este tipo de estenosis vertebral se debe a cambios relacionados con el desgaste o el envejecimiento en las articulaciones del cuello (las articulaciones facetarias) o en los bordes de los discos. Estos cambios pueden ser diagnosticados mediante una resonancia magnética o una tomografía computarizada.

¿Sirven los masajes?  El masaje puede ser útil pero por sí solo no corrige los patrones de distorsión que conlleva este problema. Los masajes sólo disimulan los síntomas, aliviándolos de forma temporal. En cambio, al reposicionar las vértebras en su sitio, trata el dolor y  el problema de la raíz.

La visita a un Quiropráctico corrigirá la posición de las vértebras y normaliza las tensiones musculares que contribuyen al dolores. A veces la pelvis también está implicada causando distorsiones y compensaciones, el quiropráctico considera esta posibilidad para dar un resultado permanente a problemas de dolor de cuello.

Tenemos que tener en claro que  una columna se comporta en conjunto, no en partes, así es que, los desequilibrios en otras zonas de la espina, (no donde sentimos el dolor), en realidad puede ser el desencadenante del mismo. La terapéutica tiene que ver esto, no solo a la columna,  sino el ser humano en su globalidad. Solo así se podrá entender el origen del problema y por supuesto ser efectivo a la hora de elaborar una estrategia terapéutica que nos permita, mediante su aplicación, lograr una mejor calidad de vida.

LAS CAUSAS

Existen diversas causas, pero las más frecuentes son:

Debilidad en los músculos
A menudo, el músculo trapecio y otros músculos del cuello, hombros y espalda están debilitados por la falta de ejercicio, lo que favorece que se vean más afectados por las malas posturas o el estrés.

Malas posturas
Cuando pasas muchas horas en una misma postura (por ejemplo, frente a la computadora), los  músculos se vuelven más rígidos. Por tanto, es importante hacer estiramientos que impliquen movimientos en todas las direcciones y cambiar de postura con frecuencia a lo largo del día cada media hora mientras trabajas.

Doblarte hacia delante mientras trabajas
Por ejemplo, cuando una persona está cosiendo y no cuida su postura es muy probable que acabe con toda la espalda inclinada hacia delante. Esto también puede suceder al trabajar sobre una mesa o con la computadora.

Factores emocionales
Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones los dolores cervicales son la expresión de una tensión emocional, debido a las preocupaciones, ansiedad o estrés. Por ejemplo, si estamos contentos probablemente nuestra mirada sea hacia adelante, esperanzada, por el contrario los problemas “pesan”, son cargas que determinan que por ejemplo bajemos la mirada y  tensionemos nuestros hombros.

Nuestros músculos cervicales suelen expresar el estado del alma
Factores Químicos, la ingesta excesiva de estimulantes, como café, alcohol,  carne, nos traen un aumento paulatino de nuestra carga de stress, modifica nuestro PH, y se sabe que primariamente una reacción nerviosa es también una respuesta química que nuestro cuerpo hace y en esta situación se verá afectada.

EJERCICIOS DOLOR CUELLO

Inclinar la cabeza hacia los dos lados
En una posición recta, mover la cabeza hacia un lado y luego hacia el otro, repetir 10 veces. Después, inclinar la cabeza hacia delante también 10 veces.

Colocar las manos cruzadas por detrás de la cabeza
Poner las manos cruzadas por detrás de la cabeza y deja caer el peso de las manos y la fuerza de la gravedad para que la cabeza caiga poco a poco.  Quedarse en esta posición unos minutos.

Mirando hacia la rodilla
Mirando hacia la rodilla derecha, poner la mano derecha sobre la nuca e inclinar un poco la cabeza. Es muy importante que no levantes el hombro izquierdo. Repite el ejercicio del lado contrario.

Sentado
Espalda pegada al respaldo de la silla. Inspirar. En cada espiración flexiona la cabeza, bajando cada vez más vértebra por vértebra. Debes intentar flexionar la espalda sólo hasta la parte media. La zona lumbar debe quedar siempre en contacto con el respaldo. Vuelve lentamente vértebra por vértebra.

De pie
Colocar una mano sobre otra justo por encima de la cabeza. Mantén el cuello estirado llevando la cabeza hacia arriba con la barbilla paralela al suelo. Inspira subiendo un hombro y luego el otro. Espira bajando el primer hombro y a continuación el otro.

CONSEJOS PARA EVITAR EL DOLOR DE CUELLO

Dormir en un colchón firme
Si ya hace mucho tiempo que no lo cambias, es momento de  comprar uno nuevo. Cuando los resortes ya no son tan resistentes o el relleno ha bajado su tamaño, no sirve. El colchón ha de ser firme para mantener la cabeza de manera horizontal.

Evitar dormir con almohadas muy altas
Se recomiendan las que son de espuma desmenuzada en vez de las sólidas. Una alternativa interesante son las “almohadas cervicales”, porque le dan más apoyo a la cabeza.  También podes probar  un día dormir sin almohada, tal vez tu cuello no la necesita. .

Las almohadas son necesarias para mantener el normal alineamiento de la columna, no debe ser ni muy alta ni muy baja, debe tener aproximadamente, el ancho de hombro, así cuando te colocas de costado tu cabeza reposa pero no cae ni queda elevada.

Sentate siempre en una silla firme y en una posición correcta
La espina dorsal también incluye los huesos que están en la base del cráneo, si no tiene el soporte adecuado, tendrás más posibilidades de padecer dolores en la zona del cuello y hombros.

Usa una almohada cuando estás sentado
Así alinearás mejor la columna vertebral y en consecuencia, el cuello. No es preciso que esté mojada, sólo que la enrolles.

Levanta objetos del suelo con cuidado
Dobla tus rodillas y mantén la espalda recta con las piernas abiertas, en lo posible, encima del objeto. Para subirlo, manténlo lo más cerca posible del cuerpo.

Nunca duermas boca abajo
Porque además de perjudicar la espalda, también daña las vértebras del cuello. Opta por la posición “fetal”, es decir, de costado y con las rodillas hacia el pecho. Dormir sobre el estómago fuerza a la cabeza a “subir” al respirar.