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Efectos “colaterales” del cepo al dólar: la Argentina cierra sus puertas a ejecutivos extranjeros, gurúes y académicos

Con la profundización del cepo cambiario, el Gobierno está buscando cuidar los pocos dólares que hay en la economía en vistas a cumplir con sus compromisos de deuda. Para ello, busca evitar el atesoramiento por parte de ahorristas “mal acostumbrados” a refugiarse en el billete verde.

Sin embargo, producto de las restricciones, las puertas de la Argentina comenzaron a cerrarse para aquellos ejecutivos extranjeros a quienes las multinacionales solían destinarles posiciones clave dentro del mercado local.

En paralelo, el país también esta dejando de ser atractivo para los speakers (oradores) y “gurúes” internacionales así como también para los profesores -de primer nivel- que usualmente hacían visitas para brindar clases en las universidades, sobre todo en las escuelas de negocios más prestigiosas.

Se trata, ni más ni menos, de las consecuencias imprevistas del “cepo cambiario” que está causando importantes dolores de cabeza, tanto en el ámbito empresario como académico.

Es que son muchas las multinacionales que poseen expatriados alrededor del mundo con diferentes modalidades de contratación y pago, sobre todo en las posiciones más importantes, como gerencias y direcciones.

Pero la Argentina presenta cada vez más restricciones para estos ejecutivos al momento de adquirir y transferir moneda extranjera a sus países de origen, lo cual está generando una complicación en sus compensaciones.

Desde la firma reclutadora de perfiles ejecutivos Michael Page, Agustín Rabinovich destaca que “nuestro mercado está perdiendo atractivo para los expatriados”.

En la medida en que esta situación se extienda en el tiempo, “la consecuencia será que las empresas deberán conformarse con los perfiles locales. Van a tener que cubrir muchas de sus posiciones clave con candidatos internos, lo cual, sin embargo, no implicará un mayor movimiento dentro del mercado”, estima el consultor.

Para el Manager de la división de Finanzas de Michael Page, “muchas de las soluciones serán a medida, pero al final del día habrá menos ejecutivos extranjeros interesados en venir a la Argentina que hace tres meses atrás. Es inevitable”.

Juan Carlos Rodríguez, socio y director de la consultora Total Rewards, también advierte que “la Argentina se cerró y perdió atractivo”.

Por un lado, dice, los ejecutivos de afuera no querrán venir más al país y, por otro, las compañías no harán todo el esfuerzo que una expatriación requiere porque, además, saben que “se están comprando un problema”.

En la actualidad, según datos recientemente recabados por la firma para iProfesional.com, la mitad (50%) de las multinacionales tiene entre uno y tres expatriados, mientras que el 36% cuenta con más de cuatro y sólo un 14% no posee ningún recurso del exterior trabajando en el país.

Se trata, en general, de asignaciones que van de uno a cinco años. Y, en todos los casos, son posiciones de altos mandos -como gerentes y directores- que tienen un rol clave y estratégico dentro de las organizaciones.

En diálogo con iProfesional.com, Rodríguez cuenta que los ejecutivos “importados” generalmente ahorran el 50% de su salario mensual porque, como parte del paquete, las compañías se hacen cargo de todos los gastos vinculados con la vivienda, el auto, el colegio de los hijos y la cobertura médica del grupo familiar.

Así, para el grueso de los profesionales, la expatriación resulta una opción atractiva porque, además de abultar el CV, les brinda la posibilidad de hacer una importante diferencia económica.

En este sentido, el director de Total Rewards explica que si bien los salarios que el mercado local paga a los ejecutivos son bajos en comparación con otros países (en Brasil, por ejemplo, son un 30% superiores), la Argentina resultaba una plaza atractiva porque la persona accedía a la compra de dólares baratos, una posibilidad que hoy ya no existe.

El Gobierno flexibiliza pero no convence
Tras una negociación entre las empresas y el Gobierno, hoy los ejecutivos extranjeros cuentan con una ventana abierta para girar divisas pero que, en la práctica, no les resulta útil.

“Ahora los expatriados pueden enviar dinero al exterior a través de los bancos siempre y cuando demuestren que es para cumplir con obligaciones como, por ejemplo, el pago de una hipoteca o de la matrícula universitaria de sus hijos”, explica Rodríguez.

Y completa: “Deben llevar los recibos de pago y las entidades se encargan de realizar las transferencias, algo casi impracticable. Es que, si bien existe esta flexibilidad, a ellos no les sirve porque en general buscan hacerse de dólares como una forma de ahorro.”

“Las restricciones cambiarias son un tema que cala hondo en la mente de los expatriados. Antes podían convertir a dólares fácilmente el sueldo que percibían en pesos pero hoy ya no pueden hacerlo, o bien, tienen que pagar un costo mayor, que ronda el 40% para conseguir divisas en el mercado paralelo”, enfatiza Rabinovich, de Michael Page.

Formas de contratación y pago
Dado que las expatriaciones suelen extenderse por más de 12 meses, al momento del traslado los ejecutivos renuncian a su cargo en sus países de origen para ser incorporados en la nómina de la filial de destino. En general mantienen en su territorios los aportes al sistema de seguridad social pero el salario se les liquida en la Argentina. Esto, según los expertos, depende de la política de cada compañía.

En cuanto a las modalidades de pago, desde Total Rewards detallan que:

* El 50% de las empresas les liquida a los expatriados en el país de origen, pagado por la filial (de origen) sin facturar a la subsidiaria de la Argentina.
* El 37% de las firmas les paga en la Argentina y en pesos.
* El 13% cumple con sus obligaciones salariales en el mercado local pero efectuando los pagos en dólares.

Al respecto, Rodríguez destaca que “salvo el 50% que abona a sus expatriados en la filial de origen sin facturar a la empresa en la Argentina, el resto está en serios problemas”.

Las alternativas que estudian las empresas
En función del actual escenario, en Total Rewards relevaron las distintas alternativas que hoy estudian las multinacionales:

1) Realizar un “split del salario”. Con este mecanismo, la casa matriz u otra filial pasa a hacerse cargo del pago de la remuneración al ejecutivo, abriéndole una cuenta corriente a la subsidiaria argentina que se compromete a devolverle el dinero cuando la situación se arregle.

2) Dual Employment. Consiste en ser un empleador doble en los casos en los que el ejecutivo tiene la responsabilidad de la operación en otro país, además de la Argentina, para que pueda cobrar parte de su sueldo afuera.

Sobre esta opción, Rodríguez advierte la existencia de reticencias desde la parte legal.

“El expatriado deberá tributar en ambos países pero, a la vez, según la ley, tiene que tener declarado que entre el 40 y 50% de su trabajo está en el exterior. De las cuatro semanas que componen el mes, deberá residir dos afuera, con lo cual no es tan fácil de aplicar”, explica.

3) El cobro parcial con fondos de la compañía en el exterior. En este caso, la opción es transferir el dinero desde una cuenta corporativa extranjera a otra que el ejecutivo posea en el exterior. Sin embargo, esta opción está atada a un alto riesgo fiscal.

4) La compra de bonos. “El dólar que surge de la operatoria del contado con liquidación a través de la compraventa de bonos o acciones hoy vale $6,70. Acá el mayor costo lo absorbe el expatriado. Lo puede hacer pero paga una diferencia alta. Para él es más caro y pierde dinero”, dice Rodríguez.

“Sin embargo -continúa- las empresas les están proponiendo que los compren y les ofrecen devolverles la diferencia en la próxima liquidación, bajo algún concepto”.

En estos casos la compañía se hace cargo del mayor costo pero no del riesgo, ya que quien lo toma es el expatriado. En opinión del consultor, “a pesar de ser una opción muy cara, es la mejor”.

5 ) Asesoramiento ante organismos oficiales para la obtención de moneda extranjera. En estos casos, las multinacionales se limitan a poner a disposición del interesado un estudio contable, impositivo o de abogados que lo ayuden a ver cómo adquirir dólares por la vía legal.

De acuerdo con Rodríguez, ninguna de estas cinco opciones es 100% buena, pero son los caminos por los que pueden optar las organizaciones para liquidarles las remuneraciones a sus ejecutivos extranjeros evitando la pérdida de su poder adquisitivo.

Visitas de académicos, en “stand by”
Las nuevas normativas oficiales también generan problemas y complicaciones para las escuelas de negocios dado que, parte de sus valores consisten en nutrirse de una visión internacional en determinadas disciplinas y ofrecer a los profesionales que pasan por sus aulas una formación de primer nivel.

Es que, lógicamente, los profesores extranjeros quieren cobrar las clases, las ponencias o los cursos que dictan en dólares, la moneda por excelencia.

Y si bien muchas veces aceptan pesos, el fin último es hacerse de billetes verdes con los que regresarán a sus países de origen. Y si las unidades académicas les abonan al tipo de cambio oficial, verán limitados sus ingresos respecto a lo pactado.

A modo de ejemplificar cómo los afecta el cepo cambiario, en el Centro de Educación Empresaria (CCE) de la Universidad de San Andrés cuentan que se les cayó la posibilidad de venderle a una corporación un programa de desarrollo que se articula desde la Argentina para nueve países de la región.

“Como lo contratan acá se supone que lo pueden pagar en pesos y después nosotros abonamos los honorarios al resto de las universidades en cada uno de los países. Sin embargo, hoy no podemos hacerlo, dado que si facturamos en la Argentina hay que hacerlo en pesos al tipo de cambio oficial, pero deberíamos pagar en dólares, los cuales no podemos girar”, relata Gabriel Aramouni, director del CEE.

En opinión del experto, “quizá la medida sirva para otros ámbitos, pero en el académico, cuya finalidad es el desarrollo del conocimiento, imposibilita la inserción de la Argentina en el mundo, que desde aquí brindemos servicios al exterior y también nos complica para recibir profesores extranjeros con el fin de fortalecer nuestras competencias y las de nuestros alumnos. En definitiva, se trata de pagar horas de enseñanza que benefician a la Argentina”.

Además, las actividades de educación empresaria para corporaciones se suelen definir con una anticipación que va de los seis a nueve meses ya que, una vez generada la propuesta, pasa un tiempo hasta la aprobación final por parte de las compañías.

“Tenemos programadas una serie de visitas de profesores extranjeros y con muchos no sabemos cómo vamos a proceder al momento del pago, algo ya les advertimos”, admite Aramouni en diálogo con iProfesional.com

“Otros, de prestigiosas escuelas de negocios del mundo, ya nos dijeron que si bien vendrán antes de fin de año a dictar clases a la región, prefieren postergar su visita al país hasta que se aclare la situación”, añade el directivo.

Y completa: “Tras una negociación con dos profesores que ya dictaron una actividad coordinamos posponer el pago hasta que cambie el panorama. En ambos casos son viejos amigos y entienden que es una normativa que nos excede, pero, en definitiva, mantenemos una deuda.”

Para todas las escuelas de negocios, hoy la modalidad de pago es un problema: deben plantear el inconveniente a los profesores, tratar de que entiendan la situación y encontrar entre ambas partes la manera de solucionarla.

Además, muchas veces los centros de estudio se hacen cargo de la estadía y los pasajes aéreos. En este último caso, el problema surge al momento de reintegrarle el dinero que el profesor destinó para adquirir los tickets en su país de origen.

Por estos días, al igual que las empresas, las universidades también estudian diversos mecanismos para poder continuar con sus actividades a pesar del cepo.

Una de las opciones que analizan junto a sus estudios contables es la compra de bonos para venderlos en el exterior para luego poder depositar los pagos en las cuentas de los profesores en sus países de residencia.

Sin embargo, se trata de un mecanismo que, además de ser relativamente complejo, obliga a las universidades a asumir un mayor costo, superior al 50 por ciento.

En caso de que el Gobierno no habilite ninguna ventana para este tipo de situaciones, deberán recurrir a la cotización del dólar blue, que supera los 6,40 pesos.

“Quizá debamos pagarles a los profesores en moneda local, pero incrementándole el valor, para que sea equivalente a los dólares pautados. En el mejor de los casos, nos elevará el costo en un 50%”, evalúa el director académico de una de las escuelas de negocios más importantes del país.

Y advierte: “Nos pone en la disyuntiva de aumentar el precio de nuestras capacitaciones para poder soportar el mayor costo sabiendo que va a disminuir la cantidad de inscriptos o, de lo contrario, trabajar a pérdida, lo cual es un imposible.”

Gurúes se despiden hasta nuevo aviso
Las empresas organizadoras de eventos, foros y jornadas de capacitación que cuentan con disertantes extranjeros también están viendo cómo su actividad se complica semana a semana.

Es que, si bien la AFIP autoriza la compra de divisas para este tipo de actividades, en la mayoría de los casos los tiempos no coinciden.

“Las visitas de gurúes y speakers internacionales se programan con un año de anticipación, ya que nosotros debemos salir a vender el evento. En cambio, la autorización para adquirir los dólares para efectuar los pagos puede destrabarse unas semanas antes de la llegada, y esto no nos sirve. De hecho, en muchos casos piden por contrato parte del dinero por adelantado y luego una compensación variable en función de la cantidad de entradas vendidas”, se sincera el gerente Comercial de una empresa especializada en la producción de foros y seminarios para ejecutivos.

Así, mientras que en algunos casos recurren al dólar blue o se manejan con cuentas en el exterior, en otros cierran un paquete de visitas en distintos países de la región y tratan de que la Argentina venga “bonificada”.

De cara al 2013, en otras de las productoras anticipan que ajustarán los precios de los pases y no serán tan agresivos con las promociones grupales como una forma de “blindarse”, dado que los tickets se venden en pesos pero los oradores cobran en dólares.

En tanto, en otra productora de eventos y capacitaciones para ejecutivos empezaron a volcar sus negocios al resto de los países de la región.

De hecho, producto de todas las trabas y complicaciones para operar en la Argentina, en Buenos Aires sólo harán un evento anual.

Consultado por este medio, el director de la firma nacida en el país hace más de 10 años detalla que utilizan mucho las tarjetas de crédito para cubrir todos los gastos y viáticos de los oradores, como así también para pagarles a aquellos que cobran montos menores a los u$s10.000, a través de la plataforma PayPal.

“Para los que tienen fees más altos, trato de recaudar en los eventos y acciones que realizamos en otros países y pagar a los speakers que vienen a Buenos Aires por medio de una cuenta en Estados Unidos. Esto no me conviene porque hoy tengo que invertir en un orador en dólares para después recaudar en pesos. Claramente, no me es ni muy atractivo ni redituable”, reconoce el ejecutivo.

Y se lamenta: “Es una pena, porque se pierden tanto oportunidades de capacitación para los argentinos como así también nuevos negocios que surgen en este tipo de eventos.”