La cotización del dólar siguió en retroceso ayer, al bajar de $ 3,15 a 3,14 el promedio del tipo vendedor minorista y de $ 3,116 a 3,1110 la misma punta para los negocios mayoristas, con lo que se colocó en su mínimo valor para ambos segmentos en 11 meses.
Esta evolución corrobora que la estrategia oficial para domesticar al mercado que puso en marcha el Banco Central (BCRA) ya funciona casi sin su empuje, si se toma en cuenta que la intervención de la entidad en los negocios se redujo en la víspera a operaciones por unos US$ 60 millones, pero sólo con contratos a futuro. No obstante, no logró evitar otro retroceso de las reservas, que bajaron a US$ 48.656 millones ayer, es decir, cayeron en US$ 124 millones.
Vale tener presente que en la reacción y el reacomodamiento mostrado por el mercado en los últimos días incide mucho el inminente cierre del mes. Por ello es muy probable que las condiciones que la plaza mostró ayer (con un billete más ofrecido) se repitan hoy, especialmente porque el Central agregará a su batería de instrumentos la posibilidad de cursar pases activos a los bancos en dólares a 1 o 7 días de plazo contra la entrega en garantía de títulos públicos, para tener la opción de atender sus necesidades transitorias de billetes por su ventanilla evitando que sumen presión compradora al mercado.
Vale recordar, por ejemplo, que la posición en dólares que pueden mantener en su poder los bancos está regulada en función de su responsabilidad patrimonial y debe ser declarada cada fin de mes. Muchas empresas que habían dolarizado sus tenencias (y estaban optando por sostener esa apuesta financiándose con pesos tomados de los bancos) comenzaron a desarmarlas parcialmente en los últimos días al duplicarse en pocos días las tasas de interés que las entidades les cobran por esos fondos.
Sin embargo, la paradoja es que ahora que el dólar se abarató un 2,5% (cedió ocho centavos respecto del nivel que había alcanzado a mediados de mes) las posibilidades de adquirirlo en casas de cambio de la City porteña se han reducido porque la mayoría de ellas impuso nuevos requisitos al público demandante para no violar la normativa vigente.
Más exigencias
Los agencieros buscan así evitar problemas en momentos en que el BCRA reforzó los controles para desalentar la demanda minorista y el “goteo” por las compras de los coleros, es decir, las personas que prestan su DNI para comprar en favor de terceros a cambio de una comisión.
Una recorrida de LA NACION por la zona bastó para ver que los pedidos cambian según la agencia y el día.
Mientras en la casa de cambio América, de la calle Sarmiento al 500, requerían anteayer la cédula verde del automóvil a los interesados en comprar, en la casa París (de Sarmiento y Reconquista) desde las 14 dejaron de vender “por falta de billetes” y en su par Giovinazzo, ubicada a media cuadra, sólo decían estar dispuestos a hacerlo a los que llevaran copia “del último recibo de sueldo y hasta el monto allí acreditado”, por instrucciones recibidas “desde el BCRA”.
Sin embargo, desde la entidad monetaria desmintieron esta especie. “No hubo ninguna modificación reciente de la normativa cambiaria”, dijeron, en alusión a la arquitectura normativa derivada de la crisis de 2002, que, por ejemplo, no permite a los particulares volcar más de $ 10.000 al mes a la compra de dólares (a menos de justificar con una declaración jurada su objeto), entre otras cosas.
Las trabas para comprar dólares se repetían en otras agencias y casas de cambio, favoreciendo en los hechos la actividad de los denominados “arbolitos”, dado que las ventas en bancos están habitualmente restringidas a los clientes de cada entidad, es decir, resultan inaccesibles para las personas no bancarizadas.
