La industria automotriz argentina, en sintonía con la actividad en el resto del planeta, no detiene su caída.
En medio del recrudecimiento de la crisis internacional, y a pesar del plan de estímulo lanzado por el Gobierno, febrero significó un mes para el olvido.
Según datos difundidos este miércoles por la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA):
La producción nacional registró una baja del 55,7% con relación a igual mes del año pasado. De este modo, de los 33.637 vehículos que salieron de las terminales locales en febrero de 2008, se pasó a una tibia suma de apenas 14.903.
Por su parte, las exportaciones también exhibieron una pésima performance, al registrar una baja del 63,4% con relación a igual mes del año anterior.
De este modo, las 8.557 unidades vendidas al mundo el mes pasado contrastaron con las más de 23.000 logradas el mismo período de 2008.
Por último, las ventas a concesionarios tuvieron una baja del 30,2%, una contracción que estuvo en niveles ceranos a los de enero, cuando las ventas habían registrado una merma de casi 39 por ciento.
Proyecciones negativas
Según un reciente informe de la Unión Industrial Argentina (UIA), este sector, junto con el siderúrgico, es de los más afectados por la crisis internacional.
Con el fin del crédito barato y las malas perspectivas para la economía y el empleo, los consumidores alrededor del globo restringen su nivel de compras, lo que constituye un pésimo escenario para las automotrices en todo el globo, incluidas las de la Argentina.
De este modo, según los especialistas, la iniciativa lanzada por el Gobierno no llegará a compensar el viento de frente que afecta al sector.
Según estimaciones preliminares de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), la producción de vehículos en la Argentina se desplomaría hasta las 410.000 unidades.
Esto que implicaría una baja del 31% respecto de las más de 597.000 fabricadas en 2008.
Exportaciones, hacia abajo
En el frente externo, la menor demanda de mercados fundamentales como Brasil, México, Europa, Chile y Venezuela, generaría un verdadero derrumbe de las ventas al exterior.
En este sentido, las proyecciones de los especialistas hablan de una caída global de las exportaciones de entre el 15 y el 30%, lo que implicaría entre 52.600 y 105.300 autos argentinos menos colocados en el exterior desde los 351.092 alcanzados en 2008.
