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Investiga la AFIP la rentabilidad de las bodegas

El temor de los empresarios mendocinos es obvio: el gobierno no solo se va a meter con su rentabilidad sino que además busca controlar cada uno de los vinos que producen sus empresas  


Que el gobierno está decidido a avanzar en la reforma de la ley de Abastecimiento, a esta altura caben pocas dudas. Esta semana, por caso, el Congreso Nacional terminará de definir la cuestión a nivel legislativo.

Con estos cambios se faculta al Poder Estado para determinar la tasa de rentabilidad de las empresas, precios en todas las cadenas productivas y hasta obligar a una empresa a continuar con una línea de producción aun a pérdida.

Las voces en contra se multiplicaron en poco tiempo: la Asociación Empresaria Argentina (AEA) hizo público su rechazo al proyecto al que consideró “un grave avasallamiento al ámbito de decisión propio de las empresas privadas, claramente inconstitucional”.

Por su parte, la Sociedad Rural Argentina (SRA) consideró que la iniciativa es “inconstitucional” y “sólo profundizará la caída de la producción, la inversión y el empleo”.

En ese contexto, hace unos días las principales bodegas mendocinas recibieron una carta donde la Administración Federal de Ingresos Públicos les pide que informen la rentabilidad de sus marcas, una por una.

Según revelaron fuentes del sector a MDZ, Norton, Peñaflor, Catena Zapata y otras firmas del ramo, recibieron el documento con sorpresa y, aún más, preocupación.

La alarma que se generó provocó una inevitable reunión privada por parte de Bodegas de Argentina a efectos de definir los pasos a seguir.

¿Por qué le interesa a la AFIP conocer la rentabilidad de las marcas en particular más allá de lo que facturan las firmas bodeguras?

El temor de los empresarios mendocinos es obvio: el gobierno no solo se va a meter con su rentabilidad sino que además busca controlar cada uno de los vinos que producen sus empresas.

Parte del temor que se describe en estas líneas, fue reflejado por MDZ: “El miedo de los bodegueros, especialmente de los grandes, es que a estos muchachos de repente se les ocurra fijarte la rentabilidad, subir los impuestos, bajarte la exportación para vender más tetra en el mercado interno”.

Esto a su vez ocurre en el peor momento para la industria bodeguera. Luis Steindl, gerente de Norton y vicepresidente de Bodegas de Argentina, lo reflejó públicamente en una columna que provocó gran enojo en puntuales funcionarios del kirchnerismo.

“Las grandes fluctuaciones nos afectan. Tenemos aumentos de costos, altas tasas de interés y mucha presión fiscal, pero a pesar de todo, seguimos vendiendo. Estamos insertos en el mundo. Es verdad que para quien compra y viene a invertir al país hay un problema de desconfianza. Pero dar una imagen negativa no ayuda porque no es tan caótica nuestra situación”, indicó a diario La Nación.

Por ahora, no hay voces de alarma que se hagan públicas, solo preocupación y reuniones en privado. ¿Cómo seguirá la cuestión? Depende de muchos factores, sobre todo hasta dónde llegue la presión de la AFIP.

El Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) tildó al proyecto de “intervencionista” y que “en nada ayuda a generar un buen clima de negocios”.