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11 consejos de Bill Gates para los jóvenes

Las tablas de Bill: No las dijo en arameo. Tampoco aparecieron escritas en una tabla de piedra. Pero desde que las pronunció en una universidad norteamericana, frente a un auditorio colmado de padres de familia, las once reglas de Bill Gates para la correcta educación de hijos adolescentes se expandieron por la web con la misma potencia con que los mandamientos de Moisés Invadieron el mundo cristiano. Están destinadas sobre todo a padres sobre protectores que “consienten a sus hijos y les dan lo que piden, aún cuando no lo me recen”. Son las siguientes. Parecen duras, pero si lo dice Gates.

1. La vida no es justa, acostúmbrate a ello.

2. Al mundo no le importará tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo.

3. No ganarás U$S 5000 mensuales justo después de haber salido de la preparatoria y no serás un vicepresidente hasta que con tu esfuerzo te hayas ganado ambos logros.

4. Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida.

5. Dedicarse a cocinar hamburguesas no te quita dignidad. Tus abuelos tenían una palabra diferente para describirlo, le llamaban Oportunidad.

6. Si metes la pata, no es culpa de tus padres, así que no lloriquees por tus errores, aprende de ellos.

7. Antes de que nacieras, tus padres no eran tan “aburridos” como son ahora. Ellos empezaron a serlo por pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escucharte hablar acerca de la nueva onda en la que estabas. Así que, antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida; empezando por tu habitación.

8. En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En algunas escuelas ya no se pierden años lectivos y te dan las oportunidades que necesites para encontrar la respuesta correcta en tus exámenes y para que tus tareas sean cada vez más fáciles. Eso no tiene ninguna semejanza con la vida real.

9. La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo esto tendrás que hacerlo -si lo deseas – en tu tiempo libre.

10. La televisión no es la vida diaria. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café, de la película, para irse a trabajar.

11. Sé amable con los “nerds” (los más aplicados de tu clase). Hay muchas probabilidades de que termines trabajando para uno de ellos

Su discurso, de habla tranquila, jamás lleva poesía. Pero es potente cuando deja de lado su pasión por la tecnología y le mete con los valores más entrañables. ‘Todavía me sorprendo con los cambios que la paternidad puede traer a la vida. Ser padre es totalmente diferente de lo que pensaba. Creía que iba a disfrutar realmente de los niños cuando fueran grandes y pudiesen interactuar conmigo. Pero me sorprendieron. Una de las cosas más divertidas es asistir en su aprendizaje, pues acaban absorbiendo todo a su alrededor. De eso aprendo mucho. Hoy sé de memoria una cantidad de canciones infantiles que jamás pensé que fuera capaz de recordar. Mis hijos me enseñaron a ser más humilde y paciente. No existe nada mejor que las ideas de los niños pequeños para colocar las cosas en perspectiva”

“Quiero que mis hijos sean capaces de tomar sus propias decisiones. Tuve mucha suerte de encontrar un campo por el cual me apasioné. Consideraba que software y tecnología eran asuntos desafiantes. Tenía una idea clara de cómo abordarlos y de esa manera el mundo podría sacar provecho de ellos. Mis padres se enojaron cuando les dije que dejaba Harvard. Pero luego lo comprendieron. Me gustaría que mis hijos tuvieran la oportunidad de escoger lo que les gusta hacer y cómo quieren pasar el resto de sus vidas”.

“En muchos lugares del planeta existen personas que no tienen acceso a necesidades básicas. Por eso decidí donar, junto con Melinda (su esposa desde 1994), sumas de dinero para resolver problemas relacionados con la salud”.

¿Rapto de locura, demagogia o irrefrenable inclinación caritativa? Al parecer, Gates ya no se conforma con ser reconocido como un genio y pretende pasar a la historia como el mayor filántropo. “Una vacuna bien distribuida puede ayudar a lograr la meta de un mundo libre de Sida. Melinda y yo queremos que nuestros hijos y que todos los niños crezcan en un mundo sin flagelos”, justifica quien se ha convertido en el mayor donante privado del mundo.

El hombre más rico del mundo, goza de las bondades del dinero y con la vida resuelta explota su faceta pedagógica. Los padres, agradecidos. Los jóvenes no tanto.