Ahora que las marcas, tarjetas de crédito y bancos comenzaron la batalla lanzando promociones diversas para cada día de la semana como forma de esquivar la crisis, también aumenta nuestra ansiedad por aprovecharlas. Para no quedar atrapados en medio de la lucha ni ahogarnos en un mar de vidrieras, precios y productos, hay algunas sugerencias para que la nuestra, sea una experiencia de compras feliz.
Domine sus impulsos. No salga corriendo para ser el primero en comprar “ese nuevo modelito” que acaban de poner en oferta en locales o en outlets. Tómese un respiro para decidir si es una compra prioritaria. Recuerde que en épocas difíciles, se trata de ahorrar y no de agregar un gasto extra a nuestra maltrecha economía.
No sea inocente. No crea todo lo que le dicen. Dude hasta de las “ofertas-más-que-increíbles” porque son justamente eso, poco creíbles. Muchas veces esas promesas están sujetas a condiciones ridículas. Si está por caer en la tentación, no pierda el tiempo. Primero lea la “letra chica” de los avisos y después, vuelva a pensar si es un capricho o si realmente lo necesita.
No se deje influenciar. Esta guerra de precios es una atracción fatal para “compradores seriales” que, hasta estando en la línea de caja, si ven un producto con descuento a mano, lo llevan por impulso. Está comprobado que hay determinados comportamientos que le permiten saber a los vendedores entrenados, qué potencial cliente hará una compra compulsiva. Tener autocontrol y ser inflexible, es la consigna para evitar que intenten “venderle” un combo que no le interesa o que no esté seguro de darle un uso funcional.
Concéntrese en los detalles. Las terminaciones y el tipo de materiales determinan la calidad de un producto; y no siempre las marcas conocidas la garantizan (especialmente ahora, que fabrican con lo poco que consiguen en un mercado recesivo). La reducción de precios no debería significar un descenso en la calidad. Para ahorrar y hacer la diferencia, en outlets o donde sea, compre productos durables.
Sea selectivo. Las promociones son una oportunidad para invertir en su imagen o en la de su casa y no para “gastar” en lo primero que le ofrecen. Aplique la regla máxima: menos es más. Más calidad, más perdurable.
Sea realista. Es importante que conozca, previamente, su presupuesto y lo que quiere conseguir con esa suma. No se exceda creyendo que sus problemas desaparecerán, mágicamente, por usar tal o cual tarjeta de crédito o por tener productos de determinada etiqueta. Usted tiene el poder de decir “sí” o “no” cuando se trata de su dinero.
