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¿A cuántos años hacer un plan de negocios?

Debemos empezar por una breve aclaración. Una cosa es a cuánto tiempo o qué horizonte de tiempo voy a utilizar para evaluar el proyecto y otra cuál es la perspectiva real de duración del negocio. Toda empresa se inicia con el objetivo de que dure toda la vida y permita a sus socios vivir lo mejor posible. Esto no quita que se venda o que cambie de manos. Pero es requisito de todo plan de negocios que tenga un horizonte de tiempo para poder realizar una evaluación del mismo.

El tiempo dependerá de muchos factores como, por ejemplo, el país o mercado en que se desarrolla, y el rubro o naturaleza del proyecto. De esta forma, un proyecto minero puede estar planteado a 20 años, mientras que un restaurante puede hacerlo sólo a 3 años. Lo mismo sucede con el mercado: por lo general los más inestables obligan a medir los planes en menor tiempo que los que se desarrollan en mercados con una mayor previsibilidad.

Otro factor importante a tener en cuenta está relacionado al tipo de inversor y sus intenciones respecto al capital invertido. Así existirán quienes quieran recuperar rápidamente su inversión, obligando al proyecto a una tasa de rendimiento mayor y posiblemente con más riesgo. También estarán aquellos que busquen proyectos a largo plazo con una tasa más razonable y por ende menos riesgo.

Asimismo hay que tener en cuenta que una de las variables determinantes de riesgo es el tiempo: cuanto mayor sea, también lo será el riesgo, básicamente por la imposibilidad de poder construir escenarios reales a muy largo plazo. La gran velocidad del cambio a todo nivel impide realizar proyecciones, cada vez es más difícil construir estimaciones en cualquier orden. Por ejemplo: ¿Quién puede decirnos cuál será la inflación en los próximos 10 años o cuál será el precio de las materias primas de origen orgánico a largo plazo?

Suele decirse que los empresarios más exitosos son los que tienen facilidad para anticiparse a los cambios y sobre todo a las crisis. Van contra la corriente, pues cuando todos venden ellos compran, y viceversa. Tal vez sea un don natural o simplemente sean personas que pueden analizar con criterio los síntomas que siempre se manifiestan en el mercado. Sin duda, los proyectos que puedan estimar e introducir dentro del mismo las posibilidades de ocurrencia de diferentes eventos contarán con una ventaja diferenciadora y única.

También es cierto que los proyectos más exigidos son los que se plantean a menor plazo. De hecho, la mayoría de los proyectos no pueden ser evaluados a menos de 5 años, ya que es imposible que muestren resultados positivos en ese lapso.

Sin embargo, muchas veces y sobre todo en los proyectos que participan de algún tipo de concurso o son presentados ante alguna institución, el tiempo de evaluación viene dado y es un requisito. No obstante esto, considero que si el ideólogo del proyecto cree que el tiempo no es suficiente, debe defenderlo y justificarlo con sustento técnico y metodológico. No creo conveniente imponer un tiempo, porque podemos condicionar la realización de buenos proyectos.

Entonces, ¿cómo hacemos para fijar un horizonte de tiempo razonable? Ya definimos que no es conveniente hacerlo demasiado corto porque estamos castigando demasiado el proyecto y también dijimos que proyectar a largo plazo puede convertir el proyecto en más riesgoso.

La mayoría de los proyectos se realizan a 5 ó 10 años. Pero sería bueno no hacerlo en forma arbitraria. La diferencia entre 6, 7 o 15 años puede ser determinante. Resumiremos dos cuestiones a analizar para tratar de determinar el lapso de tiempo con el que evaluaremos el proyecto.

Nivel de complejidad del negocio

Cuando estamos frente a negocios complejos por lo general el tiempo de evaluación es más largo, entre 10 y 15 años. Dentro de este tipo de negocios podemos encontrar aquellos que son innovadores, con muchos procesos productivos, servicios complejos, obras de gran infraestructura, entre otros.

Proyectos como los mineros, petroleros, farmacéuticos y de agroindustria suelen ser a largo plazo y no comienzan a arrojar resultados hasta los 5 y en algunos casos hasta los 10 o más años. Esto obliga a proyectarlos a la mayor cantidad de años posible.

En los casos de proyecciones para empresas en funcionamiento se aplica básicamente la misma lógica. Por ejemplo, Esso, una de las empresas petroleras más grande del mundo, realiza proyectos a 20 o 30 años.

A medida que la complejidad del negocio disminuye los proyectos son a más corto plazo. A la mayoría de las empresas PYMES y jóvenes les es muy difícil realizar proyectos a más de 5 años.

Naturaleza del Capital

En muchos casos quien aporta el capital pone límites al horizonte de tiempo del proyecto. Por ejemplo, un fondo de inversión busca proyectos de corto o mediano plazo. Una de las características de estos fondos es la necesidad de salir del negocio lo antes posible, para tener disponible los fondos para otras inversiones.

Cuando el capital invertido es propio o de terceros cercanos suele obligar al proyecto a un horizonte que no supere el mediano plazo. Básicamente por la variable de costo de oportunidad y necesidad del capital para afrontar inversiones de corto plazo.

En resumen, analice a fondo la naturaleza de su proyecto y asigne el tiempo que considere más provechoso y real para el análisis del mismo.