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Acostumbrarse a lo incómodo

Nuestra zona de confort, también llamada caja de conocimientos, contiene todas nuestra creencias, experiencias y saberes que hemos adquirido en nuestras casas, colegios, etc., a lo largo de nuestras vidas, por lo tanto resulta un lugar muy confortable por lo conocido y tranquilizante de transitar.

El apego a nuestras creencias nos puede colocar en un espacio de ceguera. Cuando se produce la brecha entre lo que vivimos y lo que queremos vivir, aparece el desafío de salir de nuestra caja y si bien, esto desata todo tipo de retos y oportunidades, nos puede empujar a un territorio nuevo, pero desconocido.

Aceptar la ceguera
Existe el mito que las personas le temen al cambio, pero las personas no le temen al cambio en si mismo, sino a aquel cambio que los amenaza o que le es impuesto; temen a que lo cambien.

Es así que en nuestro estado de ceguera damos explicaciones para no dar el primer paso. Las explicaciones pueden ser efectivas, tranquilizadoras y pueden apalancar toda una actitud anticipatoria para el posible cambio y que este no se produzca, dado que las mismas posibilitan quedarnos en historias que resultan efectivas para que expliquemos porque no conseguimos los resultados efectivos para resolver la brecha entre lo que obtenemos y lo que no estamos logrando, pagando el precio de no obtener lo deseado.

Para aceptar la ceguera, deberemos abandonarla, dado que en este estado, no sabemos que no sabemos, entonces mal podemos aceptarla si cognitivamente no podemos detectarla. Para distinguirla se necesita un verdadero proceso de evaluación de los resultados que no están siendo efectivos y a partir de allí plantearnos un compromiso de cambio, declarando ¨basta¨ para salir de nuestra zona de confort. Declarar ¨basta¨ se puede convertir en el primer paso para cambiar la obtención de los mismos resultados

Un indicativo de este compromiso es la declaración ¨no sé¨. Esta declaración nos pone en el lugar de la ignorancia y el posible aprendizaje, lugar que no tiene buena prensa, ya que somos apreciados por lo que sabemos y no por lo que no sabemos. El Aprendiz suele postergar su imagen actual por un futuro aprendizaje.

Distinguir que no estamos consiguiendo los resultados buscados, es el primer paso para comenzar a salir de nuestra caja de confort.
Cuáles son los peligros de la zona de confort?

• Obtener mas de lo mismo, o sea una repetición de resultados inefectivos
• Repetir lo conocido y obtener los mismos malos resultados
• Estancamiento y parálisis para encarar nuevos proyectos
• Ceguera e ignorancia sobre algún ámbito o tema
• Sensación de fracaso, angustia

El confort de la derrota

¿Qué es lo que realmente quiero?
Podemos estar queriendo algún resultado o cosa material, pero como no estamos realmente comprometidos con ello no lo estamos consiguiendo, o sea que, lo que nos permite alcanzar los objetivos son los compromisos y no solo lo que queremos. Si estamos comprometidos estaríamos queriendo, si estamos queriendo, no necesariamente estaríamos comprometidos, se podría decir que el compromiso es un querer de verdad.

¿Depende sólo de mí?
Somos nosotros los responsables de nuestros resultados y estos provienen de nuestros compromisos, dependerá entonces solo de nosotros, la decisión y la voluntad de salir de la caja de confort, podremos ser apoyados por algún amigo, pariente o Coach, pero siempre tendremos la última palabra para dar el primer paso. Nada ni nadie podrá tener la capacidad de decidir salir de la caja y desafiar nuestros propios paradigmas.

Hay una teoría que dice que todo cambio siempre se produce alrededor de aquello que no queremos que cambie, que avala el famoso dicho; cambiar para que nada cambie, esto habla de un temor ancestral al cambio, a perder lo que tenemos por miedo a lo nuevo, que puede ser mejor, que podemos entender que será mejor, pero aun así, la amenaza de lo desconocido, es mayor que los recursos que podamos tener, entonces, para que este miedo disfuncional se convierta en funcional, necesitaremos trabajar sobre los recursos que contamos para hacer frente al mismo y que las amenazas desaparezcan o se vean disminuidas, para poder vencer este miedo al cambio.

En el pasado y aun en la actualidad, cuando un ejército perdía la batalla, se les hacia capitular, o sea admitir su derrota, y en la antigüedad, de no ser así, como mínimo, de no querer hacerlo, asesinaban a los que quedaban vivos, para que ninguno pudiera decir lo contrario.

La derrota, no es más que un juicio, que necesita de una declaración, y esta declaración necesita de un sentimiento de derrota para ser expuesta.

Existen personas e inclusive países, que luego de haber asumido su derrota, han evolucionado y logrado un futuro exitoso, pero en cambio hay otros que se han sumido en una total debacle.

Que los diferencia? Quienes luego de verse derrotados explican como victimas su derrota, es probable que se queden en su caja de confort explicando de que manera sucedieron las cosas fuera de su poder, sin asumir su responsabilidad ni buscar lo que les faltó para llegar a este resultado lamentable. Esto puede resultar confortable, pero no ayudará a salir de la situación que los tiene acorralados y debilitados. En cambio quienes responden de manera responsable , preguntándose que les faltó, para lograr los resultados no efectivos, podrán tener mas chances de producir los cambios, ya que asumen su poder no poniéndolo en el afuera, sino trabajando las variables que pueden manejar y están al alcance de ellos.