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Acuicultura controlada: una alternativa productiva y sustentable

En las últimas décadas ha crecido la preocupación por el cuidado de los recursos naturales y en particular por la utilización responsable del agua. Por este motivo es que se ha establecido el 22 de Marzo como el “Día Mundial del Agua”: para estimular en todo el mundo la conciencia en el uso de los recursos hídricos de nuestro planeta. Trasladar esta conciencia al desarrollo productivo no es una tarea fácil, y es por esto que la acuicultura controlada resulta una técnica tan novedosa: permite producir en el agua y reutilizar la misma para la producción de energía y el cultivo de vegetales.

¿Qué es la acuicultura controlada?
El negocio de la acuicultura controlada se basa en el cultivo controlado de organismos animales o vegetales en un medio acuático: peces de agua dulce y salada, moluscos, crustáceos, algas, plantas o cualquier ser vivo que se desarrolle en el agua. Se trata de criar la especie acuícola más rentable para cada período del año, según la demanda del mercado y respetando las normas ambientales.

Cuando un sistema acuícola es controlado, es posible supervisar todos los parámetros del proceso productivo. Si bien la acuicultura puede emprenderse en lagunas, ríos o mares abiertos, el uso de tanques redondos de tipo australiano garantiza ciclos cortos y continuos de producción y un cultivo independiente de las condiciones climáticas. A pesar de ser mucha el agua necesaria para el desarrollo de la producción acuícola, la misma resulta una actividad de bajísimo impacto ambiental ya que luego de la producción, se destina a otras actividades igualmente productivas.

Mayor calidad en tiempos más cortos
La acuicultura controlada permite cultivar toda especie acuática que se conozca su biología, ya sean peces, moluscos, bivalvos, crustáceos, algas, bacterias, e inclusive plantas de huerta que no sean acuáticas.
Cada especie tiene ciclos diferentes para llegar a tamaño comercial: se estima un tiempo de 3 a 12 meses, superando el año en algunos casos.

Los ciclos de estabulado con Acuicultura Controlada son mucho mas cortos que en la naturaleza, pues la fluctuaciones térmicas, y en especial el frío, demoran el crecimiento de los peces. Esta actividad mantiene una temperatura estable al nivel ideal, para el rápido crecimiento del cultivo elegido. Eduardo Catania, productor acuícola con mas de 30 años de experiencia y fundador de la Escuela del Productor Acuícola comenta: “para obtener una trucha, supongamos en Bariloche, se necesita un año entero y se obtiene un ejemplar de solo 230 grs, sin embargo, con Acuicultura Controlada en el mismo tiempo se obtienen truchas de mas de un kilogramo”.

Cuando la productividad no contamina
Una vez completado el ciclo de la producción, el agua es tratada por un biodigestor anaeróbico, que transforma los desechos de los animales en gas metano, cuyo efluente contiene un 28% de proteínas de alta digestibilidad, además de nutrientes que se utilizan para acuaponia. Acuaponia es un sistema que consiste en utilizar los nutrientes que generan los peces para realizar producción de plantas de huertas, con un rendimiento estimado en 7 kilos de plantas por cada kilo de peces producido. De esta manera, el agua completa un círculo: terminada la producción de peces, el tratamiento del agua genera gas para energía y cultivo de vegetales, logrando que solo se tire menos de 5% del agua utilizada.