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Adiós a las oficinas

Cada vez es mayor el número de personas que utiliza redes sociales. Entre Facebook, Linkedin y Twitter, se pueden contabilizar más de 1.000 millones de usuarios. Si tenemos en cuenta que el 90% de las grandes empresas del mundo usan las redes sociales a la hora de entrevistar candidatos, es evidente que la forma de trabajar ha cambiado. Para muchas tareas, ya no es necesario ir a la oficina. A través de una computadora, pueden ser realizadas desde cualquier lugar.

En este contexto, aparecen las plataformas de contratación de personal para proyectos a distancia. El trabajo 3.0 permite a las empresas contratar profesionales para trabajos puntuales, pagarles dentro de las plataformas y ahorrar mucho dinero, además de contar con una amplia oferta. Del lado de los profesionales, ofrecen sus servicios desde estos espacios, trabajan virtualmente y optimizan sus tiempos a través de una flexibilidad laboral que ellos mismos pueden manejar.

Desde 2007, la contratación de profesionales a través de estas plataformas viene creciendo un 110% por año. Esto supone un ahorro de hasta el 40% para las empresas, que reducen distintos costos como intermediarios, desplazamientos y lugar físico para trabajar.

Uno de los casos más exitosos de este tipo de plataforma es Odesk, de origen estadounidense, com más de 300 mil empresas están registradas de 150 países. Estas cifras descubren otra gran ventaja: este sistema no se limita solamente a un país, sino que tienen alcance mundial.

El trabajo 3.0 en Argentina

Hace varios años que el Ministerio de Trabajo argentino está intentando impulsar una normativa para regular el trabajo a distancia. Como primera medida se creó el PROPET (Programa de Seguimiento y Promoción del Teletrabajo en el Sector Privado), en la que grandes empresas como TELECOM, CISCO e YPF se comprometieron a permitir a una parte de sus empleados teletrabajar. Además, otras organizaciones multinacionales envían a sus empleados a trabajar desde sus hogares, como una medida de flexibilidad laboral.

De todas maneras, quienes más se benefician con el trabajo 3.0 son las Pequeñas y Medianas Empresas, que no poseen una estructura tan sólida como para hacer frente a todas las demandas laborales. Así es que contratan profesionales en la nube, especialmente programadores, diseñadores y traductores, entre otros. Al mismo tiempo, los nuevos emprendimientos utilizan esta modalidad para hacerle frente a los altos costos de iniciar una empresa.

A pesar de estos datos alentadores, Argentina aún es amateur en el concepto de trabajo 3.0. Las barreras culturales y la incertidumbre que genera contratar personas a través de la red hacen que este proceso de adaptación sea lento. Eso sí, lento pero firme. Es un proceso que acaba de empezar y que en los próximos dos años tendrá un boom interesante.