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Argentina tendrá el mejor asado del mundo, pero Uruguay el más grande

“Un aplauso para el asador”, pidieron desde el micrófono para celebrar la deliciosa carne vacuna que Uruguay sirvió a 20.000 personas. El vecino país obtuvo el récord Guinness del “asado más grande del mundo”

El evento, organizado por el Instituto Nacional de Carnes (Inac), que se realizó en el predio de la Asociación Rural del Uruguay, en el Prado (norte de Montevideo), implicó que 1.252 asadores cocinaran con 6 toneladas de carbón 12.000 kilos de carne en 1,5 km de parrillas dispuestas en forma de rueda de bicicleta.

“Es un orgullo anunciar que Uruguay hizo el asado más grande del mundo”, anunció el norteamericano Danny Girton Jr., que viajó especialmente para registrar y certificar el récord Guinness.

La multitud estalló en aplausos, se lanzaron confeti y petardos para celebrar el anuncio, que implicó haber superado el récord alcanzado por México en 2006, cuando asó 8.000 kilos de carne en 1,29 km de parrillas.

“Esto nos va a permitir decir que somos el mayor país ganadero del mundo” con “cuatro vacas y tres ovejas por habitante”, dijo el presidente de Inac, Luis Alfredo Fratti, que destacó que Uruguay no utiliza hormonas en la producción de carne, y que el ganado se cría a cielo abierto.

En efecto, más allá del récord, con este evento Uruguay buscó promocionar su carne y mostrar el desarrollo del país en materia de trazabilidad.

Es que el país cuenta con el Sistema Electrónico de Información de la Industria Cárnica (SEIIC), conocido como Cajas Negras, único en el mundo, que permite visualizar la historia del animal desde su nacimiento hasta que es consumido, lo que da invalorables garantías sanitarias que permiten colocar la carne en los mercados más exigentes.

Durante la celebración, se montó un laboratorio para evaluar la genética de los animales, con el análisis de muestras de ADN de la carne que fue asada para determinar a qué animal pertenecía y de qué establecimiento, al compararlas con muestras de los animales faenados.

Personal de Bomberos fue el encargado de encender con antorchas las 6 toneladas de carbón, al que se recurrió en lugar de leña por razones de seguridad.

El asado es una de las máximas expresiones de la cultura culinaria uruguaya, aunque en la ocasión no se contó con el tradicional asado de tira (el costillar cortado en forma transversal), sino con vacío, la pulpa ubicada en la región lateral del cuarto trasero de la res, debajo de las costillas.

Entre los asadores, todos voluntarios y provenientes de todo el país, había mujeres y hombres de todas las edades, incluido Julio Sosa, un uruguayo que vive hace nueve años en Barcelona y que desde hace tres tiene dos parrilladas en esa ciudad catalana.

“Vine a poner mi granito de arena”, dijo.

Vestidos con delantal y gorro de cocinero blancos, los asadores, que trabajaron en duplas, estaban encantados con el desafío de haber colmado las expectativas de tantos miles de comensales.

“Está bueno, muy tierno”, repetían los asistentes, despertando satisfacción en los encargados de cocinar el asado bajo una densa nube de humo.

No todo fue apoyo
Fuera del predio, unos 20 manifestantes de Anima Naturalis – organización – dedicada a proteger los derechos de los animales y cuyos miembros son vegetarianos, veganos (que además no comen huevos ni leche) y crudívoros (que comen todo crudo)- vestían de negro y portaban carteles que decían “Yo no festejo este récord”.

“Protestamos contra la frivolidad de este acto”, dijo Aliusha Díaz, miembro de la organización que tiene 20.000 activistas en Iberoamérica.