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Argentina y Brasil ya coordinan una estrategia de protección frente a la amenaza externa

A partir de 2006, cuando comenzó a acelerarse el deterioro de la competitividad de la industria nacional, se encendieron las primeras señales de alerta.

Y en estos últimos meses, con el agregado de la crisis internacional -que promete liberar al mercado grandes stocks de productos y a precio vil por la caída de la demanda internacional-, el temor entre los empresarios argentinos alcanzó un nivel inédito.

Desde comienzos del año, a causa de este contexto complejo, tal como adelantó la semana pasada iProfesional.com, ya se abrieron 15 investigaciones de medidas antidumping.

Sin embargo, el dato más llamativo es que hay más de 20 presentaciones a la espera de una posible apertura por parte del Gobierno, lo que daría cerca de 40 pedidos con potencial de ser aprobadas.

“Se trata de un nivel mucho más alto que lo que se veía en 2007 o 2006”, explicaron, para luego agregar que “esto está motivado por el mayor temor de los empresarios ante la crisis internacional y también por el acortamiento de plazos que hizo mucho más accesible este instrumento a las empresas”, explicaron fuentes de la Secretaría de Industria a iProfesional.com.

“Y en la medida que más productos empiecen a desviarse por la recesión de EE.UU. de China a la Argentina, van a incrementarse los pedidos de medidas”, agregaron fuentes oficiales.

De ese amplio listado, el último sector en presentar un pedido de aplicación de medidas antidumping fue la Cámara de la Industria del Calzado (CIC).

Exactamente, a mediados de octubre representantes de la entidad llevaron ante la Comisión Nacional de Comercio Exterior (CNCE) el borrador que incluye la denuncia de que las importaciones de calzado terminado desde China y Vietnam compiten de manera desleal en el mercado interno.

“Lo que está faltando para entregar el estudio final es terminar de procesar algunos datos de empresas asociadas que van a estar listos en los próximos días”, explicó Horacio Moschetto, secretario de la CIC.

En concreto, el directivo explicó que “lo que estamos advirtiendo, primero y principal, es que los productos procedentes de estos dos países asiáticos causan un grave daño a nuestra industria, porque vienen incrementándose de una manera descontrolada en los últimos tres años, a razón de una tasa promedio del 50%”.

Segundo, “que el calzado de esos orígenes hoy llegan a un valor 40% más barato que en comparación con 2002”.

“Esto no es posible: China revalorizó su moneda, sufrió un aumento de sus salarios de un 10% y en el mundo subió el precio de las materias primas y cada vez las importaciones llegan a precios más bajos”, sostuvo un indignado Moschetto.

Como contrapartida, el secretario de la CIC aseguró que “desde ese año nuestra industria sufrió subas por encima del 100% en los que es insumos y mano de obra”.

Acuerdo inédito
Lo interesante de este pedido es que fue ciento por ciento coordinado entre la CIC y la cámara de fabricantes brasileños, la poderosa Abicalcado, con el apoyo de la Secretaría de Industria argentina y el Ministerio de Desarrollo del país vecino.

El dato tiene un gran significado político: actualmente el debate sobre la aplicación de medidas proteccionistas frente a una posible avalancha importadora desde países asiáticos está en la cresta de la ola en el seno del Mercosur.

De hecho, la posibilidad de elevar el Arancel Externo Común (AEC) al máximo permitido a una canasta de productos ya encendió diferencias entre funcionarios de los distintos gobiernos, que a partir de este lunes participan de la VII Reunión Extraordinaria del Consejo del Mercado Común.

De este modo, la coordinación de esta herramienta estratégica entre el sector público y privado de la Argentina y Brasil constituye un mensaje contundente en un momento donde hay algunas divisiones ideológicas.

Al respecto, Moschetto explicó que “esta, sin dudas, es la primera acción concreta de coordinación entre ambas industrias y gobiernos frente a la amenaza asiática”.

La acción comenzó a tomar forma el mes pasado, cuando representantes de la CIC viajaron a Brasilia acompañados por el subsecretario de Polìtica y Gestión Comercial Nacional, Ariel Schale. Allí, se entrevistaron con funcionarios del Ministerio de Desarrollo brasileño y dirigentes de Abicalcado.

“Esta medida está totalmente coordinada con Brasil. Ya realizamos un intercambio de información y ahora estamos avanzando a la par tal cual el plan acordado. Esto además indica que no es una ocurrencia de la Argentina, es un flagelo que lo estamos sufriendo en la región”, agregó Moschetto.

Radiografía del dumping
Según Industria, existe dumping cuando se comprueba que un producto es introducido en el mercado de otro país a un precio inferior a su valor en el país de origen, en el curso de operaciones comerciales normales.

Paralelamente, para aplicar medidas no es suficiente con probar la existencia de dumping. También las empresas argentinas deberán demostrar que las importaciones son las que causan un daño importante a la rama de producción nacional del producto similar.

Frente a esta situación, la Comisión Nacional de Comercio Exterior deberá determinar qué tipo de medidas se aplican: si un arancel para cada una de las posiciones o un monto fijado en dólares por producto.

Por otra parte, con la firma del nuevo decreto, la aplicación de esta medida se vio favorecida en dos aspectos: primero, se reglamentó la posibilidad de cobrar derechos retroactivos, con un período máximo de 90 días corridos desde la entrada en vigencia de las medidas provisionales.

Además, hubo un significativo acortamiento de los plazos: mientras que la apertura podía insumir 100 días, ahora el sistema establece un plazo no mayor a los 45.

Así, el total de la investigación que antes podía llegar a durar un año y medio, ahora se llevó a tan solo 305 días máximo.

“El acortamiento de plazos fue vital. Evidentemente se tomó conciencia de que alguna manera tenemos que proteger los puestos de trabajo”, explicó Moschetto.

Temor por los puestos de trabajo
Desde la CIC alertaron que “sólo con una baja del consumo en los EE.UU. del 20% van a quedar 2.000 millones de pares que van a tratar de colocarse en países del Mercosur”.

“Nos provoca una gran preocupación. En el sector ya hay algunas suspensiones, todavía no tenemos despidos. Pero si sobran pares en EE.UU. y en la Unión Europea y viene todo hacia acá, la producción va a caer y los puestos de trabajo también”, agregó Moschetto.

“Sin medidas cautelares estamos hablando de una avalancha. Si no tomamos medidas urgentes nos van a inundar”, concluyó.