Un incidente fatal en Australia ha puesto en evidencia los riesgos de utilizar teléfonos con software desactualizado. Una persona falleció en Sídney después de que su dispositivo Samsung no pudiera completar una llamada al triple cero, el número de emergencias australiano.
El caso ha generado una investigación inmediata por parte de las autoridades reguladoras de telecomunicaciones y renovado el debate sobre la responsabilidad de las empresas telefónicas en la seguridad de sus usuarios.
El incidente que conmocionó a la industria
TPG Telecom, operadora que también gestiona las marcas Vodafone y Lebara en Australia, confirmó que un cliente falleció cuando su teléfono Samsung no pudo realizar llamadas de emergencia. Al momento del intento de llamada, la red de Lebara funcionaba con normalidad, sin interrupciones reportadas.
Las primeras investigaciones revelaron que el problema no fue una caída de la red, sino una incompatibilidad crítica del software del dispositivo con el sistema de llamadas de emergencia.
La conexión con el apagado de la red 3G
El error está relacionado con el cierre nacional de la red 3G que ocurrió hace más de un año. Algunos dispositivos móviles antiguos estaban configurados para utilizar la red 3G cuando se realizaban llamadas de emergencia.
Esta transición tecnológica dejó a ciertos modelos de Samsung sin capacidad para conectarse correctamente a los servicios de emergencia, a pesar de que el teléfono mostrara señal y funcionara para llamadas regulares.
El CEO de TPG Telecom, Iñaki Berroeta, expresó sus condolencias y calificó el suceso como un incidente trágico, instando a todos los clientes con software desactualizado a reemplazar o actualizar sus dispositivos sin demora.
Más de 50,000 dispositivos Samsung afectados
Samsung identificó 11 modelos de teléfonos que necesitan ser reemplazados y otros 60 que requieren una actualización de software urgente para resolver el problema con la red 3G. Los usuarios que no actualicen sus equipos dentro de las cinco semanas posteriores a recibir el aviso de su operadora verán sus dispositivos bloqueados.
El problema específico de Samsung con la red Vodafone fue descubierto por Telstra y Optus a fines de octubre, un año después de que ambas operadoras desactivaran el 3G.
La oposición política australiana ha exigido acciones urgentes del gobierno para garantizar que las más de 50,000 personas con teléfonos Samsung afectados reciban notificaciones directas sobre la necesidad de actualizar o cambiar sus equipos.
Contexto de crisis en las telecomunicaciones australianas
Este caso llega apenas dos meses después de que una interrupción de 10 horas en Optus dejara sin servicio a cientos de llamadas al triple cero y estuviera vinculada a cuatro muertes. Ese incidente desencadenó una investigación parlamentaria sobre la empresa.
El gobierno federal ha introducido nuevas regulaciones que obligan a las operadoras a reportar interrupciones en tiempo real a la autoridad de comunicaciones y a los servicios de emergencia.
La ministra de Comunicaciones, Anika Wells, confirmó que el regulador de telecomunicaciones evaluará el cumplimiento de TPG con las nuevas leyes. Calificó la situación como trágica y aseguró que será investigada exhaustivamente.
¿Qué deben hacer los usuarios?
Si tenés un dispositivo Samsung antiguo, especialmente modelos de hace más de siete años, es fundamental que:
- Verificá si tu operadora te envió notificaciones sobre actualizaciones críticas
- Comprobá en los ajustes de tu teléfono si hay actualizaciones de software disponibles
- Considerá reemplazar el dispositivo si tu modelo está en la lista de equipos incompatibles
- No ignores los mensajes de tu compañía telefónica sobre compatibilidad de red
TPG Telecom indicó que los dispositivos no actualizados se bloquean después de un período de 2,835 días desde el primer contacto con el cliente, según lo exigen las nuevas regulaciones. La comunicación más reciente a clientes con dispositivos afectados se envió el 7 de noviembre.
Un llamado de atención para la industria global
Este caso subraya la importancia de gestionar adecuadamente las transiciones tecnológicas en las redes móviles. Mientras los operadores avanzan hacia redes más modernas como 4G y 5G, deben garantizar que ningún usuario quede desprotegido en situaciones de emergencia.
La seguridad en telecomunicaciones no es solo una cuestión de cobertura o velocidad de datos, sino de asegurar que las funciones críticas, como las llamadas de emergencia, funcionen sin fallas en cualquier circunstancia.
Australia se encuentra ahora evaluando sus protocolos de migración tecnológica y las responsabilidades de fabricantes y operadoras para prevenir tragedias similares en el futuro.








