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Blockbuster debe $ 2 millones a las distribuidoras y se queda sin películas

La casa central de la cadena acaba de confirmar que no continuará enviando fondos a su filial local. En el sector culpan al mercado ilegal por esta situación.

La operación argentina de Blockbuster navega definitivamente sin rumbo. La determinación de la casa central de la cadena de alquiler de videos de acogerse al mecanismo conocido en los Estados Unidos como “Chapter 11”, una suerte de concurso preventivo utilizado por empresas con problemas económicos que salen en busca de ayuda oficial, tiene fuertes repercusiones en el país.

Esta situación, en primer lugar, se da a tal punto que las empresas distribuidoras cortaron toda relación comercial con Blockbuster. “Ya no trabajamos más con ellos; y seguiremos así hasta que se solucione su situación”, dijeron a El Cronista Aldo Fernández, gerente de AVH y presidente de la Unión Argentina de Videoeditores (UAV) y Daniel Parise, director de la firma Transeuropa.

La razón por la que se cortaron los vínculos, según los directivos, no tiene vueltas. “Tienen una deuda importante con el sector”, sostuvieron. Según supo El Cronista, el rojo de la cadena estadounidense con las empresas distribuidoras ronda los dos millones de pesos. Esta situación explotó con la complicación financiera de Blockbuster a nivel mundial (hace tres meses) ya que hasta entonces el sistema de pagos funcionaba a la perfección. Hoy, la cadena funciona prácticamente “con lo puesto”.

La otra parte de esta historia se escribe desde los Estados Unidos. Así como las distribuidoras argentinas cortaron por lo sano y rompieron relaciones con Blockbuster, la propia filial madre de la compañía también le soltó la mano.

“Blockbuster no continuará destinando fondos para sostener la operación en la Argentina, que continúa experimentando déficits continuos en su flujo de efectivo”, afirma el documento que la empresa presentó el 23 de septiembre pasado, cuando comunicó su plan de reestructuración, y al que tuvo acceso El Cronista.

En cambio, muestra una posición mucho más complaciente con otros mercados. “Las operaciones internacionales de la compañía en Canadá, Dinamarca, Italia, México y el Reino Unido seguirán formando parte del negocio en forma habitual”, señala el comunicado.

En resumen, la operación local queda así expuesta sólo a lo que le depare su suerte, que por el momento no le es precisamente benévola. En los últimos tres años Blockbuster cerró 46 locales. Así, pasó de operar en el país 83 sucursales, a las 37 de hoy.

Para los empresarios del sector, la situación de la compañía nacida en los Estados Unidos tiene una relación directa con el crecimiento del negocio ilegal en la Argentina.

La debacle de Blockbuster no pasa inadvertida para las distribuidoras, ya que provocará este año una baja del 20% en la facturación de estas firmas.

De acuerdo con datos de la UAV, la venta de películas “truchas” mueve en el país $ 1.000 millones, nada menos que el 80% de lo que maneja el sector en general. Incluso, el 90% de las copias que circulan son “piratas”. “Lejos de mejorar, la situación tiende a empeorar. El año pasado desaparecieron dos de las distribuidoras más importantes del país, como LK-Tel y Gativideo. Está claro que si no se modifican algunas cosas esta tendencia continuará”, manifestó Fernández.

Una de las medidas que exige el sector es la eliminación de impuestos para las películas, que hoy representan el 40% del precio final de los productos.