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Cae 30% la producción de aceite de oliva

En Mendoza la merma está ligada a la cosecha de aceitunas que bajó entre 40% y 50%. Mejora la cotización internacional y se tonifica el precio pagado al productor. Siguen los planteos por retenciones a las exportaciones y el techo impuesto a los valores de mercado interno por la Secretaría de Comercio.

Con una elaboración que no llegará a superar las 20.000 toneladas en todo el país, la producción nacional de aceite de oliva sufrirá un duro golpe este año, cuando podría haber aprovechado las condiciones propicias del mercado mundial, donde se registra una sensible mejora en los precios.

En efecto, a pesar de un aumento de aproximadamente 20% en la cotización internacional, la oferta Argentina bajará este año en alrededor de 30% (de las 28.000 toneladas producidas en 2007), ante la menor disponibilidad de materia prima para procesar.

Es que, al igual que ocurrió con otras especies, los olivos sufrieron el rigor del invierno pasado y, con diferencias según la zona, vieron reflejadas las condiciones del clima en su capacidad de producción.

De hecho, la campaña conservera cerró ya con un retroceso similar respecto del ciclo previo; mientras la industria aceitera, que está promediando su temporada de elaboración (le queda un mes y medio más, aproximadamente) siente también el impacto de la menor cosecha olivarera.

La situación hizo que las empresas que elaboran en Mendoza estén “importando” de otras provincias más aceitunas que otros años, para poder aprovechar su capacidad instalada que, al parecer, estaría operando casi a pleno.

Se estima, en este sentido, que de las 7.000 tn. de aceite que pueden terminar produciendo este año las plantas mendocinas, apenas la mitad será extraído de frutos producidos en los olivares implantados en la provincia. Las otras 3.500 toneladas, aproximadamente, van a salir de aceitunas que están trayendo de otras regiones productoras.

En las últimas campañas, el 30% ó 35% del aceite que producen los establecimientos locales sale de la materia prima traída de otras regiones productoras. Este año, cuando la producción de aceitunas en Mendoza cayó un 40% ó 50% dependiendo de las zonas, las plantas fabriles debieron traer al menos la mitad más de la materia básica que venían ingresando en ciclos previos.

Precios tonificados
La firmeza con que opera el mercado internacional de aceite de oliva alentó la competencia entre los industriales de la región por asegurarse la disponibilidad de materia prima.

Es posible que la menor producción olivarera nacional de esta campaña no hubiese impulsado, por sí misma, esa puja. Porque Argentina no es formadora de precios en el mercado internacional. Y si la industria saliera a pagar más por la aceituna escasa, sin tener un margen para subir sus precios en el exterior, podría terminar con los números en rojo… o “cargándole el fardo” a los productores.

Por esto mismo pasó lo que pasó el año pasado con la ciruela desecada. Hubo secaderos que prometieron al fruticultor lo que finalmente no pagaron porque, afuera, mandan otros, y no era posible, desde acá, “mover el techo” hacia arriba.

Pero el año parece ser de precios tonificados en el mercado mundial de aceite de oliva. Porque la producción mundial cayó un poco (no sería el caso de España, que al parecer tuvo una cosecha similar) y porque el consumo ha venido aumentando.

Lo cierto es que la industria local salió a pujar. En parte para no perder esa oportunidad del mercado externo; en parte para tener la capacidad instalada operando a pleno -aunque resignando parte de la rentabilidad- y, en definitiva, porque hay que cuidar a los clientes del exterior, que son los que se llevan la mayor parte de la producción argentina).

En este escenario, entonces, mejoraron sensiblemente (alrededor de 25% de un año para otro) los precios pagados al productor; aunque manteniendo las diferencias razonable en función de la calidad de la materia prima.

Así, las aceitunas mendocinas y del Sur de San Juan, por las que en 2007 se pagó un promedio de 40 centavos de dólar el kilo puesto en fábrica, este año llegan a cotizar, en promedio, u$s 0,50.

Son las que mejor cotizan porque, en definitiva, lo que compra la industria es materia grasa, y los olivares de esta región tienen un rendimiento que se ubica entre 15% y 16%.

La producción de Cruz del Eje (Córdoba), con alrededor de 15% de materia grasa, se paga en promedio, este año, u$s0,40 el kilo; y la de Catamarca y La rioja (11% de rendimiento) está cotizando a un promedio de 33 centavos de dólar el kilo, puesto en fábrica.

El frío no es todo
Claro que las complicaciones de la actividad no se limitan al impacto del clima sobre los cultivos. Es que, además de la menor disponibilidad de materia prima se suman los problemas que arrastra la actividad con las retenciones a las exportaciones.

En este sentido, Roberto Edgardo Pisi -presidente de Oilco S.A.- dice que “este es un año que el sector trata de llevar adelante a pesar de la baja producción y de la incertidumbre en el orden nacional”. Pisi, uno de los máximos referentes nacionales del gremialismo empresario del sector durante los últimos treinta años, advierte que hay contradicciones en el Gobierno.

“Por un lado nos dicen que debemos dejar de producir commodities; pero toman medidas que desalientan las inversiones en los procesos de agregación de valor. Como la eliminación -hace dos años- de los reintegros de retenciones a las exportaciones”.

Señala en ese sentido que “para la aceituna de mesa, que requiere menor actividad industrial -y por lo tanto menos valor agregado- se mantuvo la retención del 5% y el 5% de reembolso pero eliminaron el reintegro para las exportaciones de aceite de oliva, tanto a granel como envasado; con lo cual se está castigando lo que se supone debería alentarse, que es el agregado de valor”.

“Hace un año y medio nos dieron la razón -recuerda- pero nunca restituyeron el reintegro de esa retención que nos descoloca en el mercado internacional, porque la Unión Europea (el mayor productor mundial) subvenciona su industria con un 30%”.

Por otra parte, asegura que el sector tiene “serios problemas en el mercado nacional”, porque el aceite de oliva sigue incluido (erróneamente) en la canasta básica, y esto hace que los supermercados no acepten aumentos de precios si no los autoriza la Secretaría de Comercio.

Mientras nuestros costos de producción han aumentado, en promedio el 30% (sumando insumos, servicios y mano de obra). Afuera, en el mercado internacional, lo podemos compensar con la mejora que ha tenido el precio del producto, pero acá se nos está complicando mucho”.

El mercado interno de aceite de oliva absorbe unas 5.000 toneladas; y venía creciendo, en respuesta a un esfuerzo de posicionamiento de marcas de las firmas líderes.