Hoy casi dos tercios del total de las compras (64,5%) corresponden a los niveles medios, mientras que el 35,5% restante proviene de los estratos más altos de la sociedad.
El comprador on line argentino se está desplazando en la pirámide socioeconómica y el mapa geográfico del país. Mientras que antes se concentraban en los segmentos más altos, hoy casi dos tercios del total (64,5%) corresponden a los niveles medios, mientras que el 35,5% restante proviene de los estratos más altos.
Así se desprende de un informe sobre el perfil del Usuario de Internet elaborado por la consultora especializada Prince & Cooke. En tanto, de acuerdo con el trabajo, entre la población que accede a la Red de redes pero no hace compras on line, la distribución por clases sociales se distribuye en 17,2% de nivel medio-alto y un 82,8% para los sectores socioeconómicos medio y medio-bajo.
Además, el interior del país ya aloja al 37,4% de quienes adquieren bienes y servicios a través de la plataforma virtual, mientras que Capital Federal lidera la tendencia pero con menos predominio que antes, con un 38,9% de estos usuarios. Del Gran Buenos Aires proviene el 23,6%.
Con el 18,2%, los mayores de 45 años son todavía minoría entre los que comparten este hábito de consumo, mientras que el 30% de los compradores es menor de 25 años; el 25,1% cuenta con entre 26 y 35 años y el 26,6% se encuentra en el rango de entre 36 y 45 años.
Los ciber cafés, que junto con las universidades ayudaron a extender el uso de Internet de alta velocidad, no son ahora el ámbito preferido para realizar transacciones y la novedad es que también han dejado de hacerse mayoritariamente en el trabajo. Por el contrario, el 71,4% desarrolla las compras a través de una conexión hogareña y en el 99% la cuenta es de banda ancha.
Es que –de acuerdo con el relevamiento– se trata de usuarios intensivos: el 91,2% se conecta una o más veces por día y el 63,1% tiene cinco o más años de experiencia en el uso de Internet.
El comercio electrónico está generando cada vez más ingresos, tanto a empresas tradicionales, como a firmas que sólo comercializan a través de la red. El año pasado produjo ventas por $ 5.240 millones, un 29,4% más que en 2008; de esa cifra, $ 4.800 millones fueron por productos de empresas, mientras que sólo $ 440 por transacciones entre particulares.
Los usuarios de Internet están explotando cada vez más los recursos que habilita esa plataforma, con el fin de justificar los abonos que pagan por el servicio. Por ejemplo, el 25% de los ciberusuarios utiliza programas informáticos (principalmente Skype y Messenger) para hablar por teléfono, en reemplazo de la transmisión de voz tradicional.
Todos estos usos han extendido la permanencia de los argentinos frente a la computadora personal. El promedio de tiempo semanal de conexión asciende a 21 horas –de 131 minutos cada sesión–, en el caso de los usuarios que no acceden a la prestación en el hogar, este lapso baja a 14 horas (88 minutos cada vez).
La Gripe A fue uno de los hitos que extendió la tendencia de comercio electrónico, lo que hizo que algunas compañías relanzaran sus sitios Web, como Garbarino; o se lanzaron por primera vez al ruedo, como la cadena de librerías Koruya.
