Inicio Clickeando Chicos ocupados y no preocupados: cómo hablarles de la Gripe A

Chicos ocupados y no preocupados: cómo hablarles de la Gripe A

La suspensión de clases por gripe porcina, el conocimiento de compañeros infectados con el virus y la información que circula constantemente sobre el tema, genera temores y dudas en los más chicos, que requieren contención por parte del mundo adulto.

Los niños tienen una capacidad de absorber y manejar información que era impensable en las generaciones anteriores, nada se les escapa y, además, dependen de la explicación y de la compañía atenta de los mayores para poder comprender lo que ven y escuchan para incorporarlo a su experiencia y no asimilarlo pasivamente.

Los mensajes televisivos de alarma son permanentes y los menores se ven afectados por el temor a las enfermedades, en este caso la llamada “gripe porcina” (más correctamente, A -H1N1″). Sumado a esta situación, en muchos casos el temor de los adultos, justamente de aquellos que deberían llevarles tranquilidad, provoca que los chicos se sientan más inseguros y por ende, más temerosos.

Los chicos son muy sensibles al susto, son fácilmente sugestionables, y suelen pensar que enfermedad es sinónimo de muerte, por lo que hay que tener mucho cuidado con la forma en que se les habla de la Gripe A.

Es importante que los padres y los maestros estén informados y que no transmitan miedo cuando hablan del tema: Tiene que haber una coherencia entre lo que se les dice a los chicos con respecto a esta enfermedad y lo que se les transmite. Es necesario que los chicos estén informados, que sepan qué pasa con este virus, por qué se suspenden las clases, pero los adultos deben ser especialmente cuidadosos y transmitir el valor del cuidado pero nunca miedo.

Con respecto a la suspensión de clases, es inevitable que los chicos lo vivan como una fiesta, con alegría. Sin embargo, es fundamental explicarles que no se trata de vacaciones sino de un tiempo para quedarse en el hogar para tomar cuidados en lo personal de la misma manera que también lo van a hacer las familias de sus amigos.

También es interesante que los chicos puedan seguir con alguna actividad.

Proponerles caminar algunas cuadras al aire libre, ir un rato a un parque, andar en bicicleta, entre otras cosas, ayuda a que gasten la energía acumulada y darles tranquilidad.