La automotriz estadounidense Chrysler ha alcanzado un acuerdo con la italiana Fiat para una alianza global respaldada por el Tesoro de Estados Unidos, después de que un equipo especial del Gobierno le negara ayuda financiera adicional.
Por otra parte, su rival General Motors Corp aseguró que durante los próximos 60 días se abocará a enfrentar los problemas para mejorar la viabilidad de largo plazo de la empresa, ante la amenaza de la Casa Blanca de dejar que la empresa quiebre.
GM sostuvo que prefiere de todos modos completar su reestructuración fuera de la corte, por lo que adoptará los pasos necesarios para una reestructuración exitosa de la empresa, que podría, en todo caso, incluir un proceso supervisado por un tribunal.
Al mismo tiempo, el presidente ejecutivo de Chrysler, Bob Nardelli, aseguró “personalmente” a todos sus clientes, vendedores, proveedores y empleados que la empresa operará “el negocio normalmente” en los próximos 30 días.
Sin embargo, Nardelli admitió que la empresa tiene sustanciales problemas que resolver y que está comprometido con trabajar de cerca con Fiat, el Gobierno, el Departamento del Tesoro y el grupo especial de trabajo designado por el presidente, Barack Obama, para asegurar la supervivencia de la compañía.
