El Prof. Dr. Patricio Jacovella, Jefe de Servicio de Cirugía Plástica del Hospital de Clínicas, fundamenta por qué muchas veces las cirugías plásticas van más allá de lo estético.
A raíz del proyecto de ley impulsado por la diputada kirchnerista Mara Brawer, que propone prohibir las cirugías estéticas en menores de 18 años, se abre el debate de cuándo es necesaria o no una cirugía estética. No se pone en tela de juicio que se sancione o no dicha ley, sino que se debería recurrir a equipos de médicos especialistas en cirugía plástica, psicólogos y psiquiatras, entre otros, para que sea un proyecto serio basado en fundamentos.
La cirugía plástica tiene dos grandes ramas: la estética y la reparadora. Ambas están ligadas ya que en toda estética se repara algo y en toda reparadora se tienen en cuenta aspectos estéticos, pero la diferencia se basa entre una elección y una necesidad funcional.
Por ejemplo, cuando una persona solicita un cambio en su nariz, porque la forma no le agrada, si no hay trastornos funcionales se trata de una cirugía estética, pero que no debe descuidar aspectos funcionales para que la persona pueda seguir respirando bien. Si en cambio existe una dificultad respiratoria por causas nasales, se trata de una reparadora, aún cuando la forma no necesite ser cambiada.
Otro ejemplo es la resección de una mama por cáncer, donde se trata de reconstruir y reparar el tejido para que lograr una armonía estética, habida cuenta de la mutilación que sufre una mujer, que además se ve disminuida en su autoestima por pérdida de una de sus características del sexo.
Pero con respecto a la ley, a la hora de ejecutarla podrían generarse conflictos, ya que el límite entre una cirugía estética y reparadora puede ser impreciso.
¿Cuáles serían las razones médicas por las cuales sí se justificaría una cirugía estética a un menor de 18 años?
Todo depende del grado de conflicto psicológico. Una simple obesidad localizada en algunas zonas, no es indicación absoluta. En grandes descensos de peso, es preferible esperar hasta los 18 años, ya que el cuerpo puede seguir creciendo. No obstante, la decisión con bases científicas debe estar consensuada entre un equipo de profesionales integrado por médicos nutricionistas, psicólogos y cirujanos plásticos, para evaluar la relación costo-beneficio de operar o no operar.
Así existen otros casos en los cuales si son justificados, ya que el trastorno psicológico en niños y adolescentes es difícil de llevar, como por ejemplo deformidades por quemaduras u orejas en asa o en pantalla, y gigantomastias en la adolescencia.
Existen otros tratamientos puramente estéticos practicados por no médicos que la ley no contempla y que son mucho más peligrosos que una cirugía llevada a cabo por un especialista, como por ejemplo el implante de elementos metálicos y plásticos bajo la piel de la cara y del cuerpo, como es así también el uso de la toxina botulínica con fines puramente estéticos.
