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Coface considera el fin de la crisis global de crédito suavizando las perspectivas de sus Calificaciones de Riesgo País, pero se mantiene atenta a la amenaza de las burbujas

Durante la edición número 14 de la Conferencia Internacional sobre Riesgo País en París, Coface ha anunciado una veintena de cambios positivos en las Calificaciones de Riesgo País. Con una duración de 2 años, tal y como se anunció en la Conferencia Riesgo País de enero de 2008, la crisis de crédito ha tenido una magnitud sin precedentes desde hace 60 años. Desde la segunda mitad de 2009, Coface ha registrado una reducción neta de los impagos. Aunque registró un aumento del 19% en el primer semestre de 2009, ha constatado un descenso del 40% en el segundo. Sin embargo, para 2010, Coface prevé una ligera, aunque frágil, recuperación en los países desarrollados, debido a la amenaza de diversas burbujas.

Fin de la primera “Crisis de Globalización”

Esta crisis de crédito ha tenido una duración de 2 años, ha sido la más violenta desde hace 60 años: el diferencial del crecimiento mundial entre el comienzo y el final de la crisis ha sido de 6,1 puntos, con fuertes disparidades geográficas, siendo Europa del Este y Rusia las zonas más afectadas (respectivamente 10,2 y 16,2 puntos). Si se compara con crisis anteriores, la magnitud del “shock” se explica por la globalización creciente de las economías: la crisis de confianza se extendió por todas partes a raíz de la quiebra de Lehman Brothers, seísmo que alcanzó tanto a los mercados financieros como a la industria en Europa y Asia. Incluso en países que no se han caracterizado por burbujas de endeudamiento, la contracción record del comercio mundial ha tenido un impacto brutal sobre las empresas.

Sin embargo, el descenso en los impagos indica claramente que la crisis de crédito ha llegado a su fin, hecho que se corresponde con el final de la recesión en la mayor parte de los grandes países industrializados durante el tercer trimestre de 2009. Así, después de haber procedido a numerosas olas de descenso de calificaciones a lo largo de toda la crisis, Coface suaviza las perspectivas de calificación de todos los países industrializados, excepto para Reino Unido, Irlanda y los países del sur de Europa (Portugal, Italia, Grecia y España) que se mantienen en A3, algunos todavía bajo vigilancia negativa.

Por otra parte, el dinamismo de los países emergentes reequilibra el crecimiento mundial. El desacople países emergentes/países desarrollados se ha producido finalmente, pero de una manera específica y nueva. Como participantes de la economía mundial, los países emergentes no podían evitar verse afectados: donde las empresas estaban fuertemente endeudadas, la contracción del crecimiento provocó crisis de crédito, es decir, aumentos significativos en los impagos. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, los países emergentes han gestionado la crisis de manera autónoma, demostrando así su capacidad para aprender de las crisis anteriores y para apoyarse sobre fundamentos sólidos que les permitieron conducir políticas de recuperación.

Sí a la recuperación, pero cuidado con las burbujas

De esta manera, si el final de la crisis de crédito se confirma, la recuperación en 2010 en los países industrializados conlleva un alto riesgo debido a la amenaza de las burbujas:

* La burbuja de endeudamiento público es especialmente peligrosa: no se teme tanto el riesgo de impago soberano sino a la necesidad de implementar rápidamente políticas de restricciones presupuestarias costosas en términos de crecimiento y, por lo tanto, para las empresas.

* Las sobrecapacidades en China deben ser vigiladas: después de un fuerte crecimiento del crédito que ha mantenido a las empresas chinas, las autoridades han decidido restringir la oferta del crédito en los sectores que presentan sobrecapacidades: esta política de “arrancar y parar” típica de China podría desestabilizar a las empresas más frágiles.

* La burbuja de los precios de los activos (mercados bursátiles) puede igualmente afectar a la economía. Una fuerte volatilidad bursátil puede esperarse en los países industrializados debido al optimismo de los mercados financieros en desajuste con la recuperación de la economía real.

Así, el estallido de estas burbujas es susceptible de provocar nuevos shocks negativos para las empresas. Una recaída afectaría a las empresas, muchas de ellas ya muy debilitadas después de dos años de baja actividad. Sin embargo, Coface se inclina más hacia un escenario de suave recuperación en forma de “L inclinada” y, por lo tanto, sin recaída económica. Para 2010, se prevé un crecimiento mundial del 2,7%, siendo del 1,4% en los países industrializados y del 5,3% en los países emergentes.

La 5ª crisis de crédito registrada por Coface se distingue por la magnitud de su impacto pero no por su duración, ya que ha finalizado, al igual que las anteriores, en 2 años. El fin de la crisis, materializado por el descenso en los impagos, no significa la eliminación de todos los riesgos. “En efecto, las burbujas, origen de todas las crisis observadas, se vuelven a formar a una increíble velocidad”, indica François David, Presidente de Coface, “sin embargo, la economía se encuentra en una fase de reactivación y nosotros, Coface, ya acompañamos a nuestros clientes en la recuperación, sobre todo en Asia donde está ampliamente constatada”.