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Colesterol, ¿medicar o corregir hábitos?

Hoy en día, muchos pacientes no se sienten respetados porque las consultas médicas duran pocos minutos y son evaluados a partir de fríos números de un análisis de colesterol.

El profesional debe utilizar su criterio ético para darle una solución rápida y fácil (como la medicación), o preocuparse por hacer una escucha atenta y tratar de que esa persona modifique hábitos nocivos, antes de recetarlo.

Mucho más que un dilema médico: un dilema ético que compromete tanto a pacientes como a profesionales.

COLESTEROL VITAL 

El colesterol es muy importante y necesario y, por eso, la naturaleza lo ha puesto en todas nuestras células. Todo procede del colesterol, que es el que forma parte de las membranas, que es el eje y centro de la síntesis de sustancias tan significativas como la hormona sexual, las del estrés y las que mantienen el sodio y el potasio en nuestro organismo. A su vez, forma parte de tejidos grasos, como el cerebro, y actúa en su correcto funcionamiento.

La visión que hay que tener de un paciente con respecto al colesterol, siempre debe ser integral. Es decir que es básico tener en cuenta su aspecto psicobiológico:

  • Qué experiencias está sufriendo que van a relacionarse con su estado biológico,
  • Cómo están las hormonas del estrés,
  • Cómo está su peso,
  • Si es sedentario,
  • Si toma excesivo alcohol y fuma,
  • Si come carbohidratos y grasas por demás

Por consiguiente, hay que evaluar un conjunto de situaciones, que están vinculadas a la obesidad y a la arterosclerosis

ALTO, UNA BOMBA DE TIEMPO

El colesterol alto es uno de los primeros factores que evalúan los médicos en los análisis, antes de medicar. Y esto es porque, en niveles muy elevados, puede provocar infarto agudo de miocardio y accidentes cerebrovasculares, e incluso la muerte súbita. El colesterol es una molécula inocua si esta antioxidada, el oxi-colesterol o colesterol oxidado es el verdadero problema dado, que se pega a las paredes de las arterias por la carencia de antioxidantes, especialmente vitamina C.

Respecto de esto, podemos decir que si el colesterol está arriba de los 300 y esta oxidado, el paciente tiene un alto riesgo y por ello,  debe de ser tratado con medicación, existiendo la posibilidad de que sea una enfermedad hereditaria.

Sin embargo, hay que distinguir el colesterol levemente alto, del muy alto. Por lo tanto, antes de acudir a la medicación, es primordial que el profesional reconozca si el paciente puede bajar el colesterol levemente alto (220mg) de manera natural, recurriendo a cambios en la dieta, la recomendación de ejercicio, y actividades para el manejo del estrés.

Para evitar la medicación, es necesario que la persona cumpla con determinadas condiciones:

  • Que tenga una vida sana
  • Que no fume
  • Que haga actividad física
  • Que duerma bien
  • Que tenga presión arterial normal
  • Que no tenga diabetes
  • Que tenga una vida sexual óptima
  • Que mantenga una proporción corporal normal entre la grasa y el musculo

¿En qué casos se requiere tomar la medicación para bajar el colesterol muy alto?

Los pacientes que sufren de hipercolesterolemia familiar, una enfermedad hereditaria, necesitan ser medicados con drogas que ayuden a bajar el colesterol. En estos casos, ni la dieta, el ejercicio o el manejo del estrés alcanzan para disminuirlo. Por eso, sin medicación, estas personas continúan con niveles peligrosamente altos de colesterol LDL oxidado, que es el colesterol “malo”.

¿Existe el colesterol nervioso?

Muchas personas consideran que un colesterol levemente más alto que el normal, se debe a situaciones de estrés y nervios de la vida cotidiana. Lo asocian con las emociones, las angustias, la ansiedad, un duelo, un cambio drástico, las corridas laborales e incluso con la falta de dinero. Esa “mala sangre”, es la justificación que suelen dar aquellos que no pueden tener el colesterol dentro de los valores estipulados.

Y lo cierto es que el estrés es un factor crucial para evaluar un colesterol alto. En varias ocasiones el estrés deja como secuela un colesterol alto. Por ejemplo, un cuadro de fatiga por estrés  y sedentarismo

pueden aumentar el colesterol. Si se revierte el estrés, habitualmente disminuyen los valores del colesterol malo y no es necesario llegar a utilizar medicación.

Un trabajo agobiante y competitivo, que solo se mida por resultados satisfactorios, traerá aparejado más horas frente a la computadora, menos ejercicio, mayor consumo de comidas rápidas, hábitos nocivos como el fumar, falta de horas de sueño, y tendencia a la obesidad, entre otras complicaciones.

Cuando el colesterol es afectado por las emociones, es importate la dedicacion que se le dá al paciente en la consulta, para comprender el origen del dato numérico. Como asi también la visión que el profesional tenga de ese paciente, y la parcialidad o totalidad con la que lo observe.

ESCUCHAR ANTES DE MEDICAR 

El sobretratamiento del colesterol es tan malo y tan perjudicial para la salud como el infratratamiento.

Ocurre muchas veces, que el médico está saturado de pacientes. El tiempo para que se le pueda dar una buena atención a los mismos en cada  consulta es muy breve (como máximo 15 minutos), y es lógico que el médico llegue a ver solo algunos estudios. Es decir que se guía por papeles que revelan datos bioquímicos, pero no puede conversar con su paciente ni evaluarlo íntegramente.

Si hablamos de la prevención de la enfermedad cardiovascular, con un colesterol de 240 se deben evaluar otras alternativas antes de medicar.

Los pacientes que no tienen antecedentes de infartos ni, signos de ateroesclerosis son pasibles de bajar el colesterol levemente alto solamente por cambiar  sus hábitos.  En este caso dar medicación, para bajar el colesterol, no ha demostrado ningún tipo de prevención de la arterosclerosis. Incluso se demostró que no hay relación lógica entre el valor del colesterol y la muerte por enfermedad cardiaca.

Al ver solamente un número, por ejemplo “colesterol 230”, muchos médicos indican un medicamento para disminuirlo, sin considerar que existen otros parámetros en el paciente que podrían y deberían ser modificados antes, para normalizar ese el colesterol. En consecuencia, no sería necesario tomar una medicación, que podría tener efectos adversos.

La “receta voladora” es una responsabilidad del médico, y no debería ocurrir. El compromiso del profesional es elegir si medica a un número que aparece en una planilla, o a un paciente que analiza de una manera completa y exhaustiva.