La Responsabilidad Social tiene que empezar por la gestión del personal. Un proverbio chino dice lo siguiente: “Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo da tres vueltas por tu propia casa”. La tasa de absentismo laboral en España es superior en dos puntos a la media europea que se sitúa en el 4,6%. Lo que está claro es que con plantillas desmotivadas pocos avances se pueden hacer y es necesario que desde los departamentos de recursos humanos se planteen acciones que tiendan a implicar a las personas en los objetivos de la empresa. La formación es un elemento importante para motivar y desarrollar nuevas competencias siempre que se planifique y responda a las necesidades de la empresa.
Una correcta planificación, establecer horarios racionales e incluso implantar sistemas de teletrabajo, puede suponer ahorro a la empresa en la factura energética o de alquiler de inmuebles para oficinas.
La adopción de medidas de conciliación de la vida personal y laboral no tiene por qué conllevar grandes costes y tiene una tasa de retorno a corto plazo traducida en motivación y mejora del clima laboral. Esto será así si estas medidas se destinan a toda la plantilla sin distinciones, ya que si se dirigen sólo a la mujer estaremos reproduciendo los roles del pasado e impediremos el correcto desarrollo de la igualdad de oportunidades.
Las crisis económicas pasan y las empresas que sobrevivan serán las que hayan puesto en marcha sistemas de gestión sostenibles aplicados a los recursos humanos, al entorno e incorporen valores a su gestión que las haga diferentes y con valor añadido respecto al resto.