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Cómo cuidar muebles de cuero

Los muebles de cuero son, en la mayoría de los casos, el elemento decorativo más elegante de la casa. Este mobiliario de noble material, a pesar de ser muy duradero, requiere mayor cuidado que los muebles de tela y un mantenimiento especial. Acá le brindamos algunas recomendaciones sencillas que le ayudarán a mantener en buen estado estos preciados muebles.

El mobiliario de cuero no debe exponerse directamente al sol ni a fuentes de calor, ya que este tipo de piel pierde humedad con las altas temperaturas y tiende a resecarse.

Es necesario evitar que estos muebles tengan polvo, ya que podrían introducirse en las pequeñas ralladuras.

Para la limpieza habitual se utiliza un paño húmedo muy suave, preferentemente de microfibras. En caso de muebles de cuero de colores claros, es indispensable emplear paños blancos.

Algunos tipos de cuero se pueden limpiar fácilmente. Pero hay otros que no resisten las sustancias limpiadoras. Los cueros sin acabado o los que no tienen pigmentación están más desprotegidos. Es posible aplicarles una crema protectora de muebles de cuero, que es una película invisible que dura algunos meses y protege muy bien este material.

Los expertos aconsejan darle una capa extra de mantenimiento, porque la protección que le proporcionan en la fábrica es dispareja.

En caso de que caiga algún líquido sobre la superficie hay que limpiar rápidamente con una toalla seca .

Para manchas más profundas y resistentes debemos recurrir a una operación más larga que implica preparar una mezcla jabonosa de agua con champú para cabello y frotar ligeramente todo el mueble con un paño humedecido muy escurrido, tratando de que no queden manchas por cambio de color en el cuero.

Tampoco se debe pasar la aspiradora o los cepillos con cerdas duras, ya que pueden rallar la piel.

El cuero, como cualquier piel, requiere humectación. Por ello es necesario aplicarle cada mes un poco de la crema humectante que usan las mujeres para la cara o el cuerpo, en caso de que el cuero se encuentre muy seco y no desee que quede brilloso. También se le aplica en algunos casos una cera neutral. No se aconseja mezclar los dos productos al mismo tiempo. Use una vez la crema y otra la cera.

Para este tipo de piel hay que evitar usar aceites, productos con solventes o amoníacos, porque pueden dañar el cuero de manera irreversible.

Si su mueble presenta ralladuras leves o manchas de tintas, nada mejor que eliminarlas con un borrador de goma.

Cuando el cuero presenta grietas o rajaduras más profundas por el uso, significa que requiere una intervención mayor, y esto implica pintar los intersticios con un pincel fino de pelo de marta con óleo o esmalte. Es un trabajo muy fino, propio de un restaurador.

Muchas veces se prefiere conservar las rajaduras en los muebles, ya que le dan un aspecto antiguo y un toque especial.

Cuando el cuero está despellejado, se pega con cola, luego se le da color y se termina con una capa de cera.