Buscar trabajo supone, en la mayoría de los casos, una situación conflictiva para aquella persona que se encuentra a la pesquisa de una nueva posición. Sea por propia voluntad, o debido a una reciente desvinculación, la situación traerá algún grado de molestia en el candidato.
Conjuntamente, la aceleración y cambio en los patrones productivos y sociales de los último años han hecho que los requerimientos de perfiles se reconfigurasen. Se observa palpablemente un deslizamiento entre las exigencias de las empresas y el combo de actitudes/aptitudes que muchas personas pueden exhibir. Esto, sin lugar a dudas, incorpora tensión al proceso.
La escasez de verdaderos talentos, que afecta a amplios sectores del mercado, hace necesario que las partes aporten puntos en común para llegar a un entendimiento beneficioso entre ellas. No es sino aquél famoso ganar-ganar que se enseña insistentemente en cada ciclo formativo sobre negociación.
Las formas de pensar y actuar han cambiado, tomando nota de ello las empresas. Hoy, ante la falta de talento real en muchas áreas, las firmas han comenzado a valorar aspectos personales como: el buen humor, la disposición para el trabajo en equipo, la capacidad empática, la adaptabilidad; la rapidez al brindar soluciones y el compromiso entre muchos otros atributos. Así, las organizaciones se están asegurando incorporar personas con fuerte valía humana a sus plantillas. La lógica es sencilla, es más económico capacitar técnicamente a una buena persona que desvincular a otra que dañe a la organización con su actuar.
Hecho este paréntesis, será necesario volver al ámbito específico de la búsqueda laboral enfocada en el candidato. Toda acción de reclutamiento, dentro de un proceso global de búsqueda laboral, es única y no debe ser encarado de forma genérica por el postulante. Buscar trabajo es un trabajo en sí mismo y, de la dedicación que imprimamos en él, será el tipo de posición que ostentaremos en el futuro.
Algunos consejos para mejorar nuestras posibilidades de inserción laboral son:
1.- El currículum. Trabaje su recorrido de vida de forma personalizada, revíselo ante cada búsqueda potenciando aquellos puntos relacionados a cada proceso de reclutamiento puntual del que forme parte.
2.- La disposición. Buscar trabajo demanda esfuerzo, nunca pierda de vista esto y mantenga un buen ánimo. Esta, sin dudas, es la mejor llave para su próximo trabajo.
3.- El foco. Sepa qué puede y qué no puede hacer. Sirve de poco invertir tiempo valioso en búsquedas que se sabrán de antemano que no serán efectivas. Sea realista y conseguirá rápidamente el trabajo buscado.
4.- El medio socio digital. Hoy casi todos participamos de redes sociales. Recuerde que estas serán escrutadas por el equipo de selección como método de comprobación de mucho de aquello por usted manifestado. Sea cuidadoso y meticuloso en su uso.
Finalizando, recuerde que para que un proceso de búsqueda laboral sea exitoso es necesario conjugar esfuerzo con perseverancia y planificación. Amalgamados estos tres ingredientes, será mucho más fructífero el proceso.
(*) Daniela es Gerente de Cazadores de Talentos – Consultores de Empresas.
