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Cómo ser un ganador (o morir en el intento)

Ser un ganador no se trata de tener más dinero, posesiones o fama. Ser un ganador es una actitud. Es una forma de vida. Un ganador es ganador desde que va camino a la cima. Es ganador cuando llega y sigue siendo ganador si cae.

¿Y cómo es la actitud de un ganador? Creo que estas 9 condiciones deben cumplirse. Aunque como verás en la #5 podrías tirar a la basura este artículo y crear tus propias condiciones.

1. Ten una misión.
La vida no tiene ningún sentido inherente. Esto nos deja con una página en blanco donde podemos escribir lo que queramos. El propósito de tu vida —tu misión— no es algo que encontrarás escondido por ahí, es algo que se escoge deliberadamente.

Piensa en lo que te apasiona de la vida y luego responde ¿por qué quieres hacerlo? Esa respuesta te mostrará tu verdadera misión en la vida.

Pero, no confundas tu propósito con el medio que utilizarás para lograrlo. Si tu misión en la vida es “ayudar a otras personas”, podrías ser médico, abogado, artista. Si tu misión es llevar una vida tranquila y sin mucho que hacer podrías ser monje, budista o político. Identifícate con tu mensaje no con tu profesión.

2. Reconoce el valor de otras personas.
Si tu propósito es transmitir tu mensaje único, necesitas a otras personas en el camino. No sólo para recibir tu mensaje, sino para que tú seas parte del mensaje de otros.

Valora la sinergia que se obtiene en el verdadero trabajo en equipo. Valora las diferencias de opinión y conocimientos porque ahí es donde se encuentran las oportunidades de crecimiento.

Sea cual sea tu vehículo de expresión, acepta que es indispensable formar parte de la sociedad. La separación del bien individual del bien común es una falsa dicotomía.

3. Se leal.
La lealtad es uno de los valores más importantes para mantenerte fiel a tu misión. Pero debes ser leal a tus principios y no a las personas. Las personas cambian con el tiempo, para bien o para mal.

Tus principios y tu misión sólo cambian si tú lo decides.

Siempre que alguien te aleje de tus metas e ideales, mantén tu lealtad en lo que es permanente y más importante para ti. No sacrifiques tus metas por mantener relaciones abusivas o dañinas.

4. Se un Líder.
Toma la iniciativa siempre que sea necesario. No esperes a que otros te digan como lograr tu misión.

Fomenta verdaderas relaciones con tus seguidores. Son tus seguidores los que te harán un líder. Y recuerda que algunas veces el papel de un líder es mostrar a otros como ser un buen seguidor.

Un líder se compromete con su misión y transmite ese compromiso a su tribu o a su ejército si te gustan las analogías más modernas.

5. Rompe las reglas.
Sé diferente, innovador/a. Rompe las reglas, pero rómpelas con inteligencia. Romper las reglas sólo por la satisfacción de romperlas es una tontería. Rompe las reglas cuando hacerlo producirá mejores resultados que seguirlas. Esto sucede con reglas obsoletas que los demás continúan utilizando sólo por inercia.

En palabras de Tim Ferriss:

“La mayoría de personas camina por las calles con las piernas. ¿Significa eso que yo camino con las manos? ¿Acaso uso la ropa interior encima del pantalón sólo por ser diferente? No, usualmente no. Claro, caminar con las piernas y mantener el calzoncillo adentro me ha funcionado bien hasta ahora. No arreglo lo que no está roto. Diferente es mejor cuando es más efectivo o más divertido”.

6. Atrévete a Fallar.
Atrévete a fallar significa atrévete a intentar. El miedo a fallar es lo que detiene a la mayoría de personas. Por eso, la mayoría de personas no son ganadoras.

Siendo un líder, con una misión, con gente valiosa a tu lado y rompiendo las reglas… tus probabilidades de cometer errores son altas. Pero en los errores y fallos están las oportunidades para mejorar. De hecho, una excelente forma de acelerar tu crecimiento es aumentando tu cantidad de fracasos.

Recuerda que aún cuando te caes de cara vas hacia adelante.

7. Sé Responsable.
Acepta total responsabilidad por todo lo que sucede en tu vida. No te permitas ser víctima de las consecuencias. Toma tus lecciones y sigue avanzando.

Nadie cumplirá tu misión por ti. Otros pueden ayudarte pero la decisión final de ir tras tus objetivos es tuya y de nadie más.

8. Mejora, siempre.
Si fallas y te haces totalmente responsable por tus resultados y circunstancias, la única opción es aprender de tus errores y seguir avanzando.

Siempre trata de alcanzar tu máximo potencial. Sea cual sea tu misión y tu forma de expresar tu mensaje, esfuérzate por ser virtuoso y dar todo lo que puedas.

9. Nunca te rindas.
La esencia de ser un ganador está en nunca dejar de luchar por alcanzar tu misión. Si vale la pena utilizar tu vida para cumplir tu propósito, por definición, vale la pena morir en el intento.