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Con los fondos de las AFJP y el canje de deuda ¿el Gobierno resolvió su problema de caja?

El intercambio de los Préstamos Garantizados (PG) alcanzó el 97% de adhesión, equivalente a $15.100 millones de un total de $15.600 millones, que vencían desde junio próximo hasta fines de 2011, y el lunes el Gobierno reabrió el canje por diez días hábiles para que pueda sumarse el 3% restante.

Con este resultado, el Gobierno dio un paso importante en su esfuerzo por convencer a los mercados de que, pese a la crisis global y los problemas que evidencia la economía local, la Argentina está en condiciones de honrar sus compromisos de la deuda pública. El diferimiento de pagos de este año llegó a los $5.400 millones.

El mercado respondió empujando a los títulos públicos a un alza promedio de 12,55% el mes pasado después de haber tocado mínimos durante noviembre, luego de que se decidiera captar los fondos de las jubilaciones privadas y eliminar las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP).

Entre los analistas quedan dudas de cómo se financiarán los pagos de la deuda mientras el Gobierno dilata la publicación de su programa financiero para este año. Todos sospechan que terminarán usándose reservas del Banco Central para cancelar unos u$s6.000 millones que no tendrían financiamiento asegurado en un año en que caerá el superávit comercial, por la caída de las exportaciones tras un debilitamiento de la demanda mundial, y fiscal, por la caída de la recaudación en un año en que la economía dejará de crecer.

El recurso de los fondos previsionales y el canje de los PG
Antes de la eliminación de las AFJP, los vencimientos de deuda de este año eran de aproximadamente u$s20.000 millones.

Tras la salida de los actores, la absorción por parte del Estado de los títulos públicos que acumulaban en sus carteras redujo los vencimientos en u$s1.050 millones. Con el canje de PG, el total de la deuda bajó otros u$s1.540 millones, según calculó el economista Gabriel Caamaño de la consultora Joaquín Ledesma. Quedó pendiente un total de u$s17.800 millones de deuda, un 5% del Producto Bruto Interno (PBI) corriente.

Si la apuesta del gobierno de captar otros u$s1.000 millones adicionales en la reapertura del canje de deuda de PG que arrancó el lunes funciona, el país deberá enfrentar necesidades financieras por u$s16.800 millones (u$s8.000 millones de amortizaciones y u$s6.800 millones de intereses), con el marco de una reducción del superávit primario y mercados de deuda cerrados.

Para la consultora Economía & Regiones (E&R), la nacionalización de las AFJP ayuda a cerrar el bache de financiamiento de este año. Pero “no es consistente ínter temporalmente, porque asegura no poder contar con mercados de financiamiento por largo tiempo, dejando al superávit primario como única fuente de financiamiento genuino, e impidiendo aplicar políticas fiscales expansivas contra cíclicas en épocas de recesión o crisis”.

La debilidad de los ingresos fiscales
Para E&R, el superávit fiscal necesario para cancelar estos vencimientos tendría que ser de $32.500 millones, lo que cubriría un 52% de la deuda.

Pero teniendo en cuenta la caída de recursos que ya se verifica y suponiendo que el gobierno no hará un ajuste del gasto primario respecto de lo presupuestado, el superávit primario potencial ascenderá a $26.428 millones, estimó E&R.

Así, el gobierno nacional deberá reducir en unos $10 mil millones (4,4%) su gasto primario, respecto de lo presupuestado, para poder cumplir con el Programa Financiero 2009, que según la consultora provendría en un 47% de una reducción de los subsidios y, el resto (53%) de una menor ejecución de obra pública.

Para el saldo, la consultora estima que el Gobierno deberá recurrir a u$s3.500 millones de las reservas del Banco Central (BCRA) y a u$s2.800 millones de depósitos del Tesoro colocados en el Banco Nación.

Deuda dolarizada
Por eso, aunque se reduzca el gasto público, el principal problema que enfrenta este año el Gobierno es conseguir los dólares para pagar la deuda nominada en esa moneda. Según Caamaño, el 65% de los vencimientos de este año es en pesos.

El socio de MyS Consultores, Rodolfo Santángelo, explicó que “todos los vencimientos nominados en pesos están cubiertos, aunque puede haber algún faltante que se cubra con financiamiento de un banco oficial o emisión monetaria”.

Pero aclaró que hay una necesidad de financiamiento de u$s6.000 millones que no está cubierta. “Va a ser muy difícil conseguir financiamiento de mercados u organismos internacionales y el principal candidato para la cancelar esa brecha son las reservas”, dijo Santángelo.

Ese será el esquema de financiamiento que usará Argentina, según coinciden los expertos: se recurrirá a las reservas del Central para pagar la deuda.

Santángelo explicó que la cantidad definitiva de dólares que se tomarán de las reservas depende del comportamiento del público en cuanto a fugar capitales en un mayor o menor volumen que el superávit comercial.

Las estimaciones de la consultora Prefinex hablan de una salida de capitales de entre u$s10 mil millones y u$s15 mil millones. En tanto, la balanza comercial se contraerá hasta la mitad de lo registrado este año, unos u$s6.000 millones.

Así, según explicó Santángelo, habrá que monitorear el mercado cambiario. En la medida en que no se libere el tipo de cambio, mayores dólares “comerciales” de las reservas se usarán para nivelarlo y el sector público deberá recurrir a los dólares que guarda el Central. Se estima que el BCRA mantendrá estable el tipo de cambio hasta las elecciones de octubre. En el último trimestre, la cotización cerraría en torno a los 4 pesos.

Las necesidades de dólares del fisco también presionan sobre el tipo de cambio. Según calculó Caamaño, las mayores necesidades de fondos recaerán en abril (11,1%), julio (17,2%), septiembre (14,4%) y diciembre (10 por ciento).

En el mercado
Mientras tanto, los bonos de la deuda pública argentina operan mixtos, en un mercado reducido de negocios. Y las calificadoras de la deuda soberana no mejoraron el puntaje asignado a la deuda argentina a pesar del éxito obtenido en el canje de la deuda.

La calificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P) consideró, en un comunicado, que si bien la amplia aceptación de la oferta de canje podría aliviar el nivel de deuda del país en los próximos dos años, “aún prevalece un nivel significativo de incertidumbre respecto al programa financiero del gobierno, particularmente de 2010 en adelante”.

Para la calificadora, el efecto de esta incertidumbre sobre el perfil financiero del gobierno, así como su calidad crediticia, son consistentes con la calificación actual de ‘B-’. “Si el Gobierno instrumenta políticas apropiadas para enfrentar sus debilidades crediticias, esto podría llevar a un alza de la calificación”, aclaró.