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Con panza también se puede…

El proceso de gestación provoca modificaciones físicas y fisiológicas conocidas y evidentes en las mujeres. Sin embargo, las futuras mamás disponen cada vez más de distintas opciones para sentirse bien con su nueva figura, a medida que la panza va creciendo. Existen tratamientos y productos cosméticos que se adaptan perfectamente a esta etapa y contrarrestan las molestias y síntomas más comunes.

Los tratamientos recomendables son aquellos que contribuyen al control del peso para evitar el depósito graso en caderas, piernas y glúteos. Básicamente son los preventivos y algunos pocos pero importantes tratamientos estéticos, ya que no interfieren en la gestación, no tienen contraindicaciones y resultan seguros para la mamá y el bebé.

Es frecuente tratar la celulitis que suele aumentar o empeorar porque está íntimamente relacionada con los importantes cambios hormonales que se experimentan en esa etapa. El drenaje linfático mejora notoriamente la estética de las piernas y previene la aparición de celulitis, várices y arañitas.

Durante el embarazo, la piel sufre algunos cambios y puede lucir desmejorada. Los tratamientos de higiene facial como la limpieza de cutis se pueden realizar sin ningún inconveniente. La microdermoabrasión con microcristales es otra opción posible. Este tratamiento utiliza una aparatología con efecto peeling, que promueve la aparición de nuevos tejidos.

En las embarazadas, se realiza a nivel de la epidermis, para no agredir los tejidos. Como la piel puede estar más sensibilizada, se complementa con una sesión de oxigenoterapia y un masaje de drenaje linfático manual. De este modo, es posible tener una piel suave y radiante durante el embarazo.

Los métodos de depilación definitiva con LASER: SHR Y SOPRANO al utilizar baja energía no producen ningún efecto en la piel y por supuesto ninguna alteración para el bebé.

Lo que no se debe hacer es recurrir a métodos o aparatos que utilicen ultrasonido o radiofrecuencia durante el embarazo.

Otra cuestión importante es el tema de las mamas en las mujeres embarazadas que, en general, se encuentran pletóricas con un tamaño aumentado. Si bien el principal interés durante la gestación es la lactancia y no tener mastitis, se puede conservar en buen estado la piel mamaria y abdominal aplicándose cremas con vitamina E que mantienen la elasticidad de la piel y previenen la aparición de estrías.

Lo que no se recomienda durante el periodo de gestación es la realización de tratamientos mínimamente invasivos que utilicen fármacos activos como puede ser la mesoterapia, ya que si bien la medicación se administra intradérmicamente no es posible determinar la cantidad de sustancia que pasará a la sangre y luego traspase la barrera placentaria.

Al no poder medir el porcentaje de medicación que pasa la barrera placentaria y la concentración en sangre fetal recomiendo no utilizar medicación activa que pase al torrente sanguíneo materno ya que no es posible medir y prevenir los efectos que ocurrirán en el bebe.

Ya el post parto permite a la mujer reencontrarse con sus nuevas formas y con el deseo de recuperar la figura que tenía antes de quedar embarazada.

Los cambios hormonales, la retención de líquidos, la poca actividad y la comida son los factores que influyen para que las mujeres tengan sobrepeso después de tener un hijo. Las zonas del cuerpo que más se afectan por estos cambios suelen ser las caderas, los glúteos, las piernas y el abdomen, que, después de los 40 días del puerperio, deben empezar a ‘trabajarse’ para que no se conviertan en zonas problema, difíciles de bajar.

A esta altura, la mujer que lo desee ya puede comenzar a realizar todo tipo de tratamientos como radiofrecuencia Accent / Laser, BodyTer-remodelación corporal, mesoterapia. Estas técnicas eliminan la celulitis y la flaccidez del cuerpo y el rostro permitiendo tonificar las zonas más afectadas y volver a lucir una piel joven. Las mujeres más osadas hasta pueden animarse a pensar en alguna cirugía estética en el momento oportuno.

Siempre se recomienda que consulten en los centros de estética que estén a cargo de cirujanos plásticos o dermatólogos especializados. Por otra parte, cualquiera de estos tratamientos debe estar avalado por el obstetra a cargo del parto.

Por último, tener en cuenta que todo tipo de complicación en el embarazo es una contraindicación para los tratamientos estéticos ya que la prioridad es la salud de la madre y del bebé.

La meta de ser una mamá feliz incluye sentirse cómo con la propia apariencia. El embarazo no debe ser un obstáculo para ello. Siempre un buen profesional, en combinación con el obstetra, podrán hacer sentir mejor a las mujeres mientras esperan a su bebé. Que nadie diga que con panza no se puede también estar linda…