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Créditos más caros y a corto plazo amenazan con enfriar la fiebre del consumo

Sacar un crédito en el contexto actual se ha convertido en una tarea “casi imposible” no sólo para los pequeños inversores sino también para las empresas, quienes tendrán que cumplir con una serie de condiciones muy estrictas por pedido de los bancos y pagar cuotas bastante elevadas por el encarecimiento de las tasas.

El escenario se vio modificado tras el conflicto de más de tres meses que cambió la dinámica de la economía en el país. Las condiciones de liquidez se debilitaron a partir de una salida de depósitos de $6.000 millones del sistema financiero, que volaron hacia los dólares. Y si bien el Banco Central (BCRA) mostró su poder de fuego en el manejo de la política monetaria, hay mucha incertidumbre sobre el futuro.

En este marco, los bancos prácticamente han cortado el otorgamiento de créditos para afrontar cualquier posible retiro de depósitos a la vez que endurecieron las condiciones: subieron los costos y se acortaron los plazos de los préstamos, respecto de un año atrás, dificultando su acceso y complicando la situación de todos aquellos que tomaron créditos sin prever que la cuota le iba a subir considerablemente.

Según explicó el economista de la consultora Prefinex, Nicolás Bridger:

* Las tasas de interés a empresas de primera línea superan el 24% anual (hace un año se ubicaban en 8,6 por ciento)
* El costo de los adelantos en cuenta corriente supera el 29% anual (hace un año estaba en 15 por ciento)
* Los créditos personales superan el 40% anual (hace un año estaban en 20 por ciento)

Además de las mayores tasas, “es notable la reducción de los plazos en los créditos de una media de 12 a seis meses”, dijo el director de la consultora Argentine Research, Roberto Drimer.

Cuando nadie suponía estos nubarrones, las empresas y consumidores pasaron de un saldo de préstamos de más de $85 mil millones a más de $111 mil millones el 10 de marzo pasado, antes de que comenzara el conflicto, según datos del BCRA. Una parte de los cuales crece ahora a mayor ritmo debido a que están indexados a tasa variable.

Nuevas reglas de juego
La prolongación del conflicto Gobierno-campo y la inflación, que se acelera y no se combate, alimenta la incertidumbre política y económica respecto de cuándo se va a salir de la crisis. Por eso, entre empresarios, inversores, consumidores y prestamistas (que esperan poder reconstruir las cadenas de pago) reina la cautela a la hora de tomar y otorgar créditos.

Según explicó la economista de la consultora DataRisk Argentina, Verónica Seminario:

* En un contexto de inflación creciente, en torno al 25%, las tasas reales que pagan los bancos son negativas, con lo cual no atraen gran cantidad de depósitos y ello, a su vez, restringe el crédito. A medida que la inflación crece, y las expectativas inflacionarias son altas, los bancos, para incentivar a los depositantes a que dejen sus depósitos deben ofrecer tasas más altas, para sortear la iliquidez, y ello se traslada a las tasas de los créditos.

* En los últimos tres meses, la incertidumbre generada por el conflicto con el campo sensibilizó a los inversores, quienes reaccionaron retirando sus depósitos ante rumores, aunque infundados, de un nuevo corralito y de una devaluación.

Los expertos consultados por infobaeprofesional.com esperan que, una vez superado el conflicto, la prioridad sea la de bajar las tasas de interés para apuntalar el crédito y que no se enfríe la economía que, según la línea, llegaron a duplicar las que se cobraban hace un año atrás.

Créditos para particulares
Los primeros préstamos que se restringen cuando hay incertidumbre son los hipotecarios, al exigir mayores tasas y requerimientos. Aquellos que han querido comprarse un inmueble y ganan un importe fijo en pesos saben que cada vez están más lejos de ellos, con una tasa promedio para un plazo de entre cinco y diez años, que subió de 10,76% en junio del año pasado a 12,71% en abril pasado, según datos del BCRA. Pero el costo financiero total se duplicó, y supera ampliamente el 20% anual.

En tanto, ya no hay créditos hipotecarios a tasa fija porque los bancos no están dispuestos a comprometerse ante un panorama económico tan incierto y de alta inflación. Seminario explicó que si cobraran una tasa fija, sería altísima, para cubrirse del riesgo, y nadie tomaría un crédito en esas condiciones.

Respecto de los créditos prendarios, Gustavo Giraldez, CEO de Notibancos.com, dijo que hoy se maneja una TNA de entre el 23 y el 29% promedio por plazos a 36 meses. Hace un año, existía mayor demanda con tasas que oscilaban entre un 18 y un 22`por ciento.

Giraldez explicó que ya no se opera a tasas fijas. “El poco crédito que se otorga a clientes es para consumo, a tasas variables y por pequeños montos (hasta $25.000) para tener lo menos atomizado posible a los deudores”.

El crédito al consumo (tarjetas y personales) ha sido hasta ahora un importante elemento dinamizador de la economía dada la expansión hacia segmentos socioeconómicos más bajos y al florecimiento de compañías dadoras de crédito.

Sin embargo, ya hay límites a esta vía de financiación: el endeudamiento de las familias alcanzó niveles pre-crisis, pero las líneas de crédito irregulares se duplicaron y se espera una desaceleración de la toma de créditos, porque la inflación está reduciendo el poder de compra de los consumidores y porque las grandes cadenas dieron por finalizada sus promociones de pago en 12 cuotas sin interés.

Con la incertidumbre en la economía y el crecimiento de los créditos otorgados, se encienden las señales de alerta de incobrabilidad en la city. La tasa de morosidad ya llegó al 11% de la cartera (cuando el valor promedio es del 3-4%), según el informe de mayo de Deloitte, debido al deterioro de la capacidad de pago por la inflación, que ha erosionado los ingresos reales, y la expansión de las tarjetas de crédito y préstamos personales a los sectores económicos bajos, hicieron trepar los índices de morosidad al doble.

Créditos para las empresas
No son buenos tiempos para los empresarios que quieran recurrir a un banco para financiar sus proyectos productivos. Se encontrarán con productos más caros.

Para la línea de factoring (los créditos originados por la venta de mercancías a corto plazo), la tasa nominal anual (TNA) promedio de mercado está entre el 22 y el 25% para una cartera con buena reputación o empresas de primera línea, informó Giraldez. Hace un año, las tasas estaban entre el 12 y el 14 por ciento.

Respecto del descubierto en cuenta corriente, Notibancos.com informó que hace un año existían valores de TNA del 35% mientras que hoy llegan al 59%. Seminario dijo que “se espera que las tasas y los montos de los adelantos sigan creciendo, a medida que las empresas tengan que seguir pagando sus cuentas mientras sus ingresos siguen en stand by”. Tanto los consumidores como los inversores están más cautos y el conflicto con el campo está afectando las cadenas de pago.

Restricciones
“Los bancos que más sufrieron la salida de depósitos son los que limitaron la oferta de créditos -dijo Drimer-. En tanto, bancos como el Macro, el Patagonia y los oficiales no tienen inconvenientes en mantener la operatoria habitual.” Los bancos del Estado se financian con depósitos de otros organismos estatales y recursos de créditos especiales e internacionales, no con plazos fijos.

Pero ni los oficiales fueron inmunes a la crisis. Drimer recordó que, a pesar de la promesa del Nación de otorgar créditos a tasas bajas, sólo se ha instrumentado un 20% de lo anunciado originalmente. El mes pasado, la presidenta de la entidad, Mercedes Marcó del Pont, reveló que el banco había otorgado hasta mayo $600 millones en créditos para inversión, y que apenas el 10% de ese total pertenecía a la línea destinada a pymes que había lanzado este año (a una tasa fija en pesos al 12% anual por un plazo de no más de cinco años).

En tanto, el aumento de la morosidad también provocó restricciones porque los bancos están más atentos a la relación entre el ingreso y la capacidad de repago, que cada vez se deteriora más. “Empezaron a cerrar las canillas”, dijo Giráldez.

Bridger explicó que las empresas, ante las pocas alternativas de financiamiento, “están utilizando las ganancias propias e intentando ganar aire con los proveedores”.

A pesar del contexto, los préstamos al sector privado, en pesos y en moneda extranjera, aumentaron 3,3% mensual ($3.880 millones), el mayor aumento del año, informó el BCRA el mes pasado. En tanto, crecieron 42% respecto del año pasado y alcanzaron un stock de $121.000 millones (cerca del 12,2% del producto bruto interno).

“No obstante -dijo el Central- buena parte del crecimiento promedio mensual se explica por el efecto arrastre de la fuerte suba que tuvieron en abril las financiaciones en pesos relacionadas con la actividad comercial.”

Drimer explicó que, aunque haya pequeños repuntes o bajas en medio de la pulseada con el campo, la actividad está bastante estancada y las empresas, al frenarse el ritmo de crecimiento, limitan la demanda de crédito.

Si no es en un banco
El mercado de capitales también está limitado. Tal como dicen, es reflejo de lo que pasa en la economía, por lo que las fuentes de financiamiento como los fideicomisos, el descuento de cheques, las obligaciones negociables también se encarecieron y redujeron los plazos. Deloitte lo detalló en su último informe de mayo:

* La salida a mercado de los fideicomisos financieros se redujo un 33% mensual y su rendimiento esperado en pesos aumentó 1 punto básico promedio hasta rondar el 17%, debido al aumento de la percepción de riesgo.

* El plazo promedio de los cheques negociados en la bolsa cayó a 106 días contra los 116 de marzo. Las tasas de interés promedio de los cheques de pago diferido subió de 12,09 a 15,84%, de los cheques avalados, a 15,42% y en los patrocinados, a 20,37 por ciento.

* Los rendimientos de las obligaciones negociables (ON) tuvieron una suba generalizada, por lo que no se emitieron en pesos, debido a las adversas condiciones de mercado

Así, el total captado por las empresas en los cinco primeros meses de este año se contrajo un 44,4% respecto de igual período de 2007, según informó el Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC).

Consecuencias
Que muchas compañías hayan pospuesto sus solicitudes de crédito es un dato preocupante cuando la economía más necesita del financiamiento para sostener su nivel de actividad.

El encarecimiento del crédito afecta a todos:

* Los consumidores utilizan el crédito para no depender de la fecha de sus ingresos y poder consumir durante todo el mes. Si pierden financiamiento, no podrán acceder a ciertos bienes, lo que disminuirá la demanda

* Las empresas ven caer su demanda, y a la vez, el financiamiento se hace más caro, con lo cual tienen que renunciar a la realización de proyectos productivos rentables.

Tanto la inversión como el consumo dependen del crédito, por lo tanto, su restricción contribuye al enfriamiento de la economía, y nadie quiere eso.