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De hobby a emprendimiento, un camino alentador

En muchos casos puede haber empezado como un entretenimiento, en otros pudo haber sido una actividad para relajarse, para salir de la rutina. Lo cierto, es que muchas mujeres desarrollan un hobby en forma paralela a su trabajo.

El hobby es una actividad placentera, que promueve la creatividad, por la que esperamos tener un tiempo libre durante la semana para dedicarnos a ella sin interrupciones en el medio. Generalmente son actividades que tiene que ver con lo artesanal, desde la cocina hasta el diseño y confección de objetos decorativos, indumentaria, calzado, accesorios, juguetes y mucho más.

En algunos casos esta distracción comienza a tomar cada vez más importancia, acapara los pensamientos de su hacedora, a la que casualmente cada día se le ocurren más ideas en relación a esta acción. Es en estos momentos cuando la persona se plantea si no es hora de dar un paso más: ¿será rentable que me dedique a esta actividad de un modo profesional?

Antes de tomar la decisión primero conviene saber si existe un mercado dispuesto a comprar ese producto, si podrá empezar a hacerlo en una pequeña escala o si tiene el dinero suficiente para una primera inversión, si necesitará un espacio especial para poder trabajar, calcular los tiempos de producción, qué nivel de fabricación podrá acaparar y si éste le dejará la ganancia suficiente. Pero, por sobre todo esto, debe amar la actividad, para saber que esa pasión la sostendrá en momentos que no sean tan buenos. No todo arranque es prometedor, a veces hay que darle tiempo al emprendimiento para que tome impulso.

Una manera muy buena de asegurar cierto éxito es compartir la idea y el proyecto con un socio. Éste podrá contribuir con un aspecto que el iniciador no tenga (a veces, uno es bueno para diseñar y el otro para los números, por ejemplo). Así, se completa una visión de la realidad más abarcadora y también se pueden dar fuerza el uno al otro en momentos en que no se ve claro el horizonte.

Ser un emprendedor implica poner mucha energía en el proyecto, dedicar más tiempo, quizá, que cuando se trabaja en relación de dependencia, pero saber que uno hace lo que ama es por demás alentador.