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Dime dónde vives y te diré dónde ir a comprar

“Caminen, chicas; busquen precio”, el habitual consejo de la presidenta de la Liga de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios, Lita de Lazzari, parece no alcanzar para buscar el mejor precio. Muchos tendrían que conducir su auto o tomar un transporte público para poder encontrarlos.

La mayoría de los supermercados aplican en una estrategia de diferenciación de precios según la zona de Buenos Aires donde se localicen de acuerdo al poder adquisitivo de los potenciales consumidores. En un sondeo informal realizado por LA NACION, se encontraron variaciones de hasta un 185% para un mismo producto en una recorrida que realizó por 12 comercios en los que se compararon los precios de 10 productos.

El mate, una de las bebidas más populares entre los argentinos, no cuesta lo mismo para todos. Quienes quieran comprar 1 kilo de yerba de primera marca en Barrio Norte pagarán hasta un 39% más que quienes lo hacen en Palermo. El microcentro, terreno habitual donde se abastecen oficinistas y trabajadores de la City, es lo más caro para el sachet de leche que cuesta $ 4,75, frente a los $ 3,40 que se pagan cerca de la estación de Once o los $ 3,49 de Villa Crespo.

“La segmentación geográfica es ampliamente utilizada por las cadenas de supermercados. Se aplican precios más bajos en las zonas en las cuales la intensidad de la competencia es mayor, o bien en lugares donde los habitantes tienen un menor poder de compra y un comportamiento más sensible respecto al precio”, dice Ariel Baños, economista y presidente de Fijaciondeprecios.com.

Según el economista, la segmentación de precios, que supone que un mismo producto o servicio se cobra a precios diferentes, no tiene que ver con los costos, sino que se basa en la distinta predisposición a pagar de los clientes. Si se cobrara a todos el mismo precio podría suceder que fuera muy altos para algunos y que decidieran no comprar, mientras que para otros sería inferior a su verdadera disposición a pagar.

El kilo de papa blanca representa la máxima variación (185%) entre una zona y otra. Los fanáticos del puré y la tortilla tendrían que llegarse hasta Tortuguitas para comprar al precio más barato que es $ 1,40, en lugar de comprar en Once o Constitución, donde sale $ 3,99.

Si de incorporar proteínas a la dieta se trata, la variación también se aplica a productos estándar, como la carne picada común, que en un supermercado de Barrio Norte se cobra a $ 28 el kilo, mientras por $ 10,90 se puede conseguir en Wilde o en Constitución.

Desde adentro del negocio de los supermercados, una fuente explica que hay unas pocas cadenas que aplican una única plataforma de precios a nivel nacional. Y dice que la mayoría los segmenta según los costos de la locación y poder adquisitivo en la zona en cuestión.

Primeras y segundas marcas

La coordinadora de Consumidores Argentinos, Stella Carniel, cuenta que por el alto poder adquisitivo de los consumidores, en zona norte las primeras marcas pueden ser hasta un 10% más caras que en la ciudad de Buenos Aires. No obstante, aclara que los precios no son lo mismo para toda la zona norte, y señala que Martínez es lo más caro, mientras que Tigre tiene los más convenientes.

Siguiendo esta misma estrategia, las segundas marcas son más caras en algunos barrios como Congreso y Once, porque tienen un mayor peso en el consumo de la población de esta zona. Carniel dice que esto no atenta contra los derechos de los consumidores siempre y cuando mantengan la uniformidad en las ofertas semanales.

El insumo básico para una de las bebidas más populares entre los argentinos presenta una diferencia de hasta un 40% entre un barrio y otro.