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El Banco Galicia se somete a un gran lifting

En un intento por acompañar la tendencia mundial de transparencia del sistema bancario y buscando dejar atrás la “añeja y oscura” imagen de sus sucursales, Banco Galicia se sometió a un gran lifting y este fin de semana dará a conocer un rostro más “amigable y moderno”.

Los efectos más notables de la transformación serán perceptibles en un isologo con un nuevo ordenamiento de los colores naranja y rojo, una tipografía más austera y el rediseño de la Cruz de Santiago.

La empresa también dejará atrás la palabra “banco” en todas sus comunicaciones y pasará a interpelar a sus clientes simplemente con el mote de “Galicia”.

El proyecto, cuyos detalles de inversión no se difundieron, incluye la modernización en forma paulatina de 232 sucursales. Según está previsto, el próximo lunes se podrán apreciar los cambios en 40 establecimientos de Capital Federal y algunos puntos del interior del país.

Uno de los cambios más importantes a nivel arquitectónico será la incorporación del vidrio como elemento preponderante para separar los espacios de atención al cliente y las zonas de espera con el doble propósito de lograr privacidad auditiva y ganar en transparencia visual.

Para la gente, la novedad llegará este sábado y domingo con comerciales y gráficas institucionales que se verán en medios masivos. Otro indicio serán los plásticos de la entidad que a partir del lunes se generarán siguiendo la nueva identidad. Las tarjetas de débito que ya circulan en el mercado –y que tienen un rango de vencimiento muy amplio- serán reemplazadas a lo largo de este año, en tanto que las de crédito permanecerán en circulación por los próximos dos años hasta ser sustituidas por otras.

“A través de nuestros estudios, identificamos una gran incongruencia en el uso de la marca. Nuestras sucursales se habían tornado oscuras y antiguas y nuestros competidores hicieron en el último tiempo diferentes lanzamientos y cambios de imagen”, explicó Daniel Llambías, director de la firma, durante una presentación realizada este jueves. “Necesitábamos actualizarnos”, dijo.

La institución definió el objetivo central del cambio como la búsqueda de “un único mensaje, claro e integrador” para todas sus comunicaciones, que fuera fiel a su historia y que respondiera a las expectativas del público sobre una institución orientada al “financiamiento de los sectores productivos y al consumo”.

En el rediseño de la marca y la elaboración de la campaña de publicidad trabajaron las agencias Diseño Shakespear y Craverolanis.

“Intentamos trasmitir el concepto de la satisfacción por la compra pero no por la compra misma sino por lo que esta otorga a la persona”, indicó Darío Lanis, presidente de Craverolanis, que aclaró que no se trata de un mero cambio “cosmético”, sino que forma parte de una transformación integral del banco que “evoluciona, mira al futuro y acepta lo que viene”.

En cuanto a los comerciales, explicó que el uso del inglés en los spots, si bien puede parecer un elemento extraño para el mercado local, fue testeado y no genera distancia con el espectador.

Además de los institucionales, se lanzarán comerciales comunicando los viejos y nuevos beneficios que la institución brinda a sus clientes.

Para Lorenzo Shakespear, director de Diseño Shakespear, el trabajo para el Banco Galicia es “un traje a medida” que fue de fácil confección ya que el cliente mostró un gran compromiso con el proyecto.

A largo plazo, explicó, “la construcción de la experiencia total de la marca implica un trabajo conjunto de todas las áreas involucradas en la gestión cotidiana”.

“Cada día, el banco se renueva, se relanza, se vuelve a comunicar, consolida su presencia. Este trabajo lleva tiempo y requiere foco. No se reduce a la construcción de un logotipo bonito e indicaciones de dónde emplazarlo mejor, a una serie de avisos, a una adecuada acción de marketing, a una sucursal moderna, a unos comunicados de prensa ni a unas críticas positivas. Ni siquiera a todo esto junto”, opinó.

Y agregó: “Diseño quiere decir plan, no dibujo. Diseñar es pensar antes de hacer. La reciprocidad de todas las decisiones en acción, las visibles y las invisibles, son la marca”.

El isologo
Funcionalidad, identificación, claridad, diferenciación y confiabilidad. Aquellos conceptos fueron definidos con grandes fortalezas del nuevo isologo. La marca tiene el cometido de “elevar la experiencia sensorial en los ámbitos de influencia del banco y brindar una sensación más dinámica, acogedora y eficiente”.

Según Lanis, la paleta cromática usada y su disposición convierten a la gráfica en algo “lúdico”. También habló de su gran versatilidad, que permitirá aplicarlo a una gran gama de merchandising.

En cuanto a los colores, son en realidad los mismos pero reordenados. Sobre el naranja, se explicó que su nueva composición se sustenta en las propiedades psicológicas que la cotidianeidad y la naturaleza humana le han asignado. “El naranja llama la atención y estimula el espíritu. Proyecta seguridad, calidez, alegría, independencia, acción y motivación. Es el color de la energía y de la competitividad”, explicaron. El “rojo Galicia” representa la historia del banco.

La nueva tipografía se implementó como un atajo a la marca cada vez que un mensaje llega a destino. “Un logotipo y un nombre ya no alcanzan para construir identidad. Sus alianzas silenciosas con el color, la letra, el tono de voz, el contexto, la estructura, el ritmo y la pauta conforman una marca moderna. Actual, dinámica y vigorosa, sin estridencias ni excesos de protagonismo. La tipografía Agilita es austera como vehículo de las comunicaciones del banco y al mismo tiempo activa en el contexto de su renovado plan visual”, se explicó.

Teniendo en cuenta que el diseño no crea significados sino que los evoca, la nueva cruz que integra el isologo “es más amigable, estilizada y moderna” pero mantiene sus proporciones y la elegancia del diseño.

El edificio
Las sucursales del banco se renovarán para configurar un espacio único, claro, moderno y accesible. El uso del color será potente. El naranja materializará cada punto de contacto con el cliente. Está presente en la marca, en las marquesinas, en las señales y en el mobiliario exclusivo de atención al público.

Además, servirá para construir un puente entre el exterior y el interior del banco, una de las grandes faltas actuales de la marca como evento urbano.

El uso del vidrio –que responde a una tendencia internacional- funcionará para crear “paredes invisibles” que permitan una integración armoniosa de los espacios y favorezcan la semiprivacidad entre puestos.

Finalmente, grandes imágenes funcionarán como el componente emotivo de la sucursal. Invitarán a levantar la mirada y a participar del significado de la imagen.

¿La iluminación? Creará diferentes climas: uno general, unificador, y otros particulares, artífices de situaciones más privadas entre el cliente y la empresa.