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El Coaching Demistificado

¿Qué es exactamente coaching? Los coordinadores, los coaches profesionales y los gerentes lo hacen, ¿pero qué es?

Desde que empecé a hacer coaching con líderes y profesionales en 1998, siempre me han pedido que defina lo que hago. Como la práctica es tan nueva, no existe aún una definición universal, y este déficit limita su valor y utilización.

Mi propia definición ha ayudado a cientos de líderes a incorporar el coaching como una poderosa herramienta de gestión.

“Coaching es un diálogo colaborativo y enfocado en mejorar el desempeño. Se basa en la apertura y la retroalimentación, y se profundiza con curiosidad, coraje y compromiso.”

Coaching es diferente de disciplinar, consultar o delegar. Aunque ofrece una plataforma poderosa de resolución de problemas, su mejor función es para enseñar, desarrollar y mejorar el desempeño. En el transcurso de las conversaciones contínuas de coaching, ambas partes trabajan juntas hacia objetivos predeterminados y mejora de desempeño.

Colaborativo: El mejor coaching es cuando la relación es una de iguales. Puede ser difícil para gerentes y sus empleados el dejar de lado sus diferencias de poder, pero una vez que deciden trabajar juntos el coaching se hace más fácil. Los consultores y los mentores son expertos en ciertas áreas, se espera que diagnostiquen y recomienden. El coach, aunque sea un experto en algo, es el socio de la persona que recibe el coaching por el tiempo que dure esa conversación.

Enfocado: El coaching efectivo está acotado. Es muy importante enfocarse en objetivos acordados en forma conjunta. Si la sesión cubre una agenda impuesta por el coach, la confianza y el rapport se debilitarán. Adicionalmente, el coach debe pelear contra el impulso natural de llegar a una conclusión rápida. El don está en desarrollar a otros, dejarles tiempo para que piensen, exploren y experimenten.

Retroalimentación: Conversaciones efectivas, donde uno aprende algo, requieren retroalimentación. Ambas partes tienen que acordar el poder decir lo que piensan y sienten en forma muy abierta. Los supuestos, las expectativas y las conclusiones no corroboradas son los pilares para destruir una relación. Pída y solicíte información para llegar a objetivos claros, destapar barreras y diseñar planes de acción efectivos.

Apertura: El intercambio de opiniones, creencias y sentimientos inmediatamente reduce amenazas o miedos y aumenta la probabilidad de que las habilidades del coach y de la persona siendo coacheada se enfoquen en trabajar bien. Este intercambio permite abrirse a nueva información, opiniones e ideas de uno mismo además de procesos específicos. A medida que usamos menos energía en defendernos, tenemos mayores posibilidades de estar satisfechos con el trabajo y de involucrarnos en mejorar nuestro desempeño.

Curiosidad: Un buen coach tiene experiencia, ideas, opiniones y procesos. Un excelente coach tiene todo esto y además una mente abierta; una mente de principiante. La curiosidad es una orientación mental hacia ideas nuevas y soluciones creativas. Aún cuando el coach sabe qué hacer, suspender el conocimiento para favorecer la curiosidad puede producir ideas y soluciones únicas.

Coraje: Siempre que hay coaching hay cambios. Y siempre que hay cambios hay incomodidad, ansiedad y miedo. Un buen coach tiene el coraje de instigar el cambio y la compasión para apoyar a la persona que teme realizarlo.

Compromiso: El compromiso es contínuo. El coaching no ocurre en veinte minutos. El tiempo y los contactos frecuentes le dan vida al coaching. Una sola conversación puede motivar, educar y proveer soluciones. Pero el coaching para mejorar el desempeño y cambiar en forma positiva y permanente lleva tanto tiempo como el necesario para que sea aprendido, y esto implica repetir, tener paciencia y contactos frecuentes.

El coaching desafía a la gente a salir de su zona de confort, y desafía a los coaches a estar atentos al paso, inteligencia e intuición de los otros. Produce grandes resultados no porque sea fácil sino por la disciplina y el coraje que requiere.