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El estilo barroco en la decoración

Uno de los estilos antiguos que se está incorporando nuevamente al diseño es el barroco. Se trata fundamentalmente de un estilo decorativo de formas recargadas, elaboradas y caprichosas. Se puede lograr mezclando elementos y estilos, pero el resultado final puede verse muy moderno y contemporáneo.

El barroco se caracteriza por el sentido general del movimiento, la energía y la tensión. Son distintivos la sobrecarga visual y la cantidad de detalles. Se destacan los relieves y las molduras en los muebles, la variedad de texturas estampadas, marcos de cuadros cargados de pequeños y ricos detalles, espejos de tamaño importante, cortinados inmensos y pomposos. Todos componentes del barroco, un estilo típico y excéntrico, con suntuosas decoraciones para crear un ambiente sensual, desmesurado, particularmente teatral.

En cuanto a la decoración y diseños de mobiliarios en sí, el barroco sobresale por sus fuertes contrastes de luces y sombras. En algunas de las aplicaciones de técnicas de pinturas en las paredes, así como en determinados elementos se le adhiere a la decoración la espiritualidad. Colores como el verde musgo, azul petróleo, ciruela y dorado, constituyen la base cromática de cualquier ambiente de período barroco. Con predominio de fuertes contrastes lumínicos y gamas brillantes.

Se trata de un estilo que busca la perfección en la decoración espacial, así como en el diseño de los muebles. Procura otorgarle al ambiente integración, diversidad, amplitud y riqueza cromática.

Los protagonistas en el estilo barroco son los accesorios como las esculturas, alfombras, almohadones, tapices, faroles, cuadros, pequeños cofres o cajas de madera, jarrones, muebles desgastados.

El secreto está en disponer los accesorios en grupos de artículos de uso similar, como por ejemplo cuadros, muñecas decorativas, toallas, mesas de diferentes tamaños.

También es necesario para lograr un estilo barroco, apostar por los colores profundos y la diversidad de materiales y texturas como cuero, metal, madera, papel maché, terciopelo, para lograr de esta manera un contraste entre ellos.

Lo bueno de este estilo es que podemos mezclar diferentes épocas, culturas o etnias, utilizando objetos antiguos y objetos de vanguardia.

Detalles antiguos y elementos modernos, una combinación exquisita
Combinar muebles y detalles antiguos con otros modernos, el uso del color y de objetos ornamentados son moneda corriente en la decoración de hoy en día. El término barroco, en sus comienzos tuvo un sentido peyorativo, sinónimo de recargado e irracional, hasta que fue revalorizado a fines de siglo XIX. Los materiales que usaban en su época para la construcción barroca son los pobres sin ningún valor, inspirando de todos modos la sensación de majestuosidad y monumentalidad que caracteriza a la arquitectura barroca. También se han empleado materiales ricos, como el surgimiento del vidrio de carrá, las alfombras pérsicas, las cerámicas u otros.

El estilo barroco es totalmente opuesto al minimalismo. A la hora de crear un ambiente barroco hay que evitar caer en la exageración, por lo que se recomienda que se utilice una combinación de estilos, donde el barroco sólo se aplique como pinceladas y acabados.

La combinación del antiguo barroco con lo moderno del minimalismo puede resultar extraordinaria. Con el barroco se consigue dar calidez y un toque romántico a los espacios que con el minimalismo puro serían fríos y algo desangelados.

El diseño interior toma cierto dinamismo y vivacidad con piezas como lámparas y muebles de estilo barroco. Las formas del barroco adaptadas a nuestra época y a los interiores actuales, dan brillo, crean curvas y destacan colores vibrantes como naranjas, fucsias y verdes. El contraste del clásico barroco con el modernismo, lleva calidez y sofisticación a los ambientes, que con esta mezcla de estilos se vuelven ricos y eclécticos.