El grupo de bebidas Campari cerró el ejercicio 2008 con un beneficio neto de 126,5 millones de euros, lo que representa un ligero incremento del 1,1% respecto a los 125,2 millones que obtuvo el año anterior, informó la compañía.
La facturación de la firma italiana descendió un 1,6%, hasta 942,3 millones, por el efecto negativo del tipo de cambio y por cambios del perímetro en la cartera estadounidense. El crecimiento orgánico de las ventas fue del 2,7%.
Por divisiones, las ventas de espirituosos (con marcas como Campari y SKYY Vodka) retrocedieron un 3,4%, mientras que las de vinos (Cinzano vermouth, Sella & Mosca, Teruzzi & Puthod) registraron un crecimiento del 4,1%, y las bebidas refrescantes (Crodino, Lemonsoda), del 0,6%.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en 214,7 millones de euros, lo que supone un 2,5% menos que el ejercicio anterior, mientras que el resultado neto de explotación (Ebit) bajó un 2,6%, hasta 195,4 millones.
A 31 de diciembre de 2008, el endeudamiento financiero neto se situaba en 326,2 millones de euros, frente a los 288,1 millones de euros al cierre del ejercicio 2007.
El consejero delegado del grupo, Bob Kunze-Concewitz, valoró estos “resultados sólidos” en un entorno económico que “empeora de forma significativa”. “Hemos obtenido un crecimiento orgánico positivo en ventas y en todos los indicadores de beneficios gracias a la contención de costes, y además hemos obtenido una generación de cash-flow excelente gracias a la disciplinada gestión del capital circulante”, explicó.
