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El Índice de Clima de Negocios® de la UB registró un fuerte descenso durante 2012

El Índice de Clima de Negocios® (ICN) correspondiente al cuarto trimestre de 2012 mantuvo un comportamiento estable a nivel trimestral (0%) y registró una variación anual negativa del 8,8%, acumulando siete trimestres consecutivos de caída consecutiva.

Por su parte, el Índice de Rentabilidad Empresaria (IRE) disminuyó un 0,4% respecto al tercer trimestre y un 2% respecto al año anterior, acumulando diez trimestres de caída consecutiva. A su vez, el Índice de Clima Esperado (ICE) disminuyó un 17,5% anualmente y obtuvo una suba del 2,8% respecto al tercer trimestre.

Perspectivas para 2013
Se espera para los próximos meses que la rentabilidad de las empresas registre un bajo crecimiento, como consecuencia de una leve recuperación de la actividad económica junto a un incremento de los precios, en línea con la evolución de los costos.

La incertidumbre se mantendrá elevada como consecuencia de las regulaciones a la economía, la alta inflación, la conflictividad laboral, la creciente debilidad institucional y el escenario electoral. En este contexto, se espera que durante el año el clima se mantenga en los bajos niveles actuales o se recupere levemente; y que no haya un crecimiento importante de la inversión.

Análisis coyuntural por Alberto Rubio, decano de la Escuela de Posgrado en Negocios de la Universidad de Belgrano.

El mantenimiento de una política económica inconsistente, donde los componentes monetarios del sistema crecen al 25-30 % y la actividad productiva lo hace a un promedio del 4-5%, genera deterioros lentos, acumulativos y profundos. Detrimentos estructurales serios que inevitablemente se ponen de manifiesto en el mediano y largo plazo.

El escenario vivido durante 2012 evolucionó según los lineamientos previstos por el Índice de Clima de Negocios. A fines de 2011 señalamos que las certezas del contexto político, sumado al conjunto de incertidumbres económicas, conformaban “un escenario en el cual la prudencia en la toma de decisiones de consumo y de inversión, es muy probable que lleven a la economía a un menor ritmo de crecimiento, se complique el financiamiento del sector público y, según evolucione el contexto internacional, se pongan en riesgo también los resultados del sector externo”.

Es bueno retomar varios aspectos señalados para 2012 porque sirven como síntesis de escenarios previsibles para este año. La imprecisión en los mecanismos para desmantelar el sistema de subsidios, el escaso consenso entorno a las próximas negociaciones salariales, el impacto actual de los costos laborales en moneda extranjera (especialmente para los sectores que producen bienes transables con el exterior) y un sistema productivo interno con escaso margen de capacidad ociosa para hacer frente a incentivos del consumo interno, son algunos de los factores objetivos que abonan el flanco de las incertidumbres que se repiten para este año.

A estos aspectos habría que agregar como sucesos destacados de 2012, la aparición de férreas restricciones para acceder y operar con el mercado de divisas, una mayor presión fiscal y los controles severos al comercio exterior.

El escenario más probable para este 2013 es el de un progresivo deterioro en la rentabilidad de las empresas y una elevada incertidumbre, que se mantendrá hasta que las autoridades definan el perfil que asumirá la política económica, especialmente en temas como inflación, tipo de cambio, esquema de financiamiento del sector público ante las expectativas de un mayor gasto -como corresponde a los años electorales- y un nivel aceptado de incrementos salariales.

A lo señalado anteriormente, se debe tener en cuenta las dudas respecto del impacto que tendrá la situación internacional en la economía local principalmente: 1) las decisiones de la Comunidad Europea respecto al problema del sobreendeudamiento de algunos de sus estados miembro; 2) el comportamiento de la actividad en los Estados Unidos y 3) la evolución del este asiático y su impacto en el precio de las materias primas.