Según un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), que monitoreó 320 viajes de 104 camiones distintos durante recorridos de 300 kilómetros en promedio, la caída de granos en la ruta significó en la última temporada una merma que asciende a los u$s 167 millones.
Según el trabajo, que publicó Punto Biz, la antigüedad y la falta de mantenimiento de los vehículos están entre las causas más frecuentes de ese desperdicio. En la última campaña se produjeron 105 millones de toneladas de granos. El 79% se transportó en camiones y el 13% en trenes, mientras que el resto se consumió en las chacras.
Según el informe, en muchos casos las pérdidas de granos que se caían de los camiones fueron más importantes que las que la media aceptable de una cosechadora por hectárea.
El trabajo realizado por el Inta Precop incluyó el seguimiento de 104 camiones que realizaron 320 viajes con un recorrido promedio de 300 km promedio. Ese seguimiento fue el que dilucidó que no todos los productos pierden en igual porcentaje.
En función de la carga neta durante el recorrido, la soja perdió 0,96%, el maíz 1,05%, el trigo 0,73% y 0,68% para arroz. Con estos datos, los especialistas estimaron un costo de pérdida promedio por camión de u$s 48 por viaje.
Una posible solución a estas pérdidas radica en la antigüedad del parque automotor ya que sólo el 34% de los camiones son los que producen los u$s 167 millones de pérdidas.
Así lo entienden Hernán y Cecilia Ferrari, técnicos del grupo mecanización agrícola del Inta Concepción del Uruguay, Entre Ríos. “Si logramos resolverlo, podremos reducir hasta cinco veces las mermas”, afirmó Cecilia Ferrari. Y eso queda claro cuando el trabajo señala que cuando el transporte se realizó con camiones nuevos o en condiciones las pérdidas fueron cercanas a cero.
Los fletes de granos se dividen en cortos –distancias menores a los 80 km–, en donde generalmente se utilizan camiones más antiguos; y largos que son aquellos que llevan al grano a destino final de exportación, generalmente puertos, con camiones más modernos.
El 70% del grano producido requiere de ambos fletes, mientras que el 20% recibe un sólo movimiento y el 10% restante es acopiado y comercializado en otros momentos.
