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El lenguaje no-verbal en una entrevista de trabajo

Las palabras no son la única forma de comunicación, muchas veces una imagen vale más que mil palabras; es por ello que se deben cuidar todos los tipos de lenguaje a la hora de concurrir a una entrevista laboral.

El objetivo de la entrevista laboral es analizar las competencias y habilidades del candidato, teniendo en cuenta el puesto vacante y la empresa a la que se está postulando. Quien evalúa será un atento observador del lenguaje verbal y corporal del interesado.

Por lo general, la entrevista se da en un contexto estructurado, es por ello que la comunicación no verbal pasa a ser una de las principales fuentes de información sobre el postulante.

Al momento de acudir a una entrevista, es muy importante tener un aspecto prolijo y cuidado, , pero atención, también es importante no llamar la atención. Tanto el maquillaje excesivo como el perfume en abundancia, no son recomendables a la hora de presentarse a una entrevista.

Otro factor fundamental que se debe tener en cuenta en esta primera impresión, es la puntualidad. Nunca se debe llegar tarde, es más, se debe intentar llegar con al menos 15 minutos de anticipación, y si es posible ir con anterioridad al lugar para así conocer la zona y evitar problemas de transporte y ubicación.

Por otro lado, es importante que el candidato lleve un CV impreso, por si fuese necesario. La redacción y presentación del mismo debe ser impecable, se deben tener en cuenta todos los detalles, desde la ortografía hasta el formato y la distribución de los datos, debido a que es la carta de presentación de un profesional.

Caminar decidido y saludar sonriendo el interlocutor es un signo importante de confianza en uno mismo. De más está decir, que no se debe mascar chicle en ese momento, ni comer caramelos y que el celular se debe mantener apagado. El entrevistador debe sentir que toda la atención está centrada en la conversación. Se debe ser positivo y seguro en todo momento, evitando el exceso de ansiedad. También es recomendable mantener una conversación cordial y mostrarse suelto durante la entrevista.

Al momento de sentarse, se debe ser cuidadoso y no adoptar posturas incómodas o inadecuadas. Lo aconsejable es sentarse apoyando toda la espalda en la silla con las piernas separadas y los brazos sobre la mesa o silla, o bien, se pueden cruzar las piernas de un modo cuidadoso.

Lo ideal es que las manos estén siempre visibles, utilizarlas lo justo y necesario, ya que el excesivo uso de ellas, hablan de la falta de vocabulario, y el poco uso, hablan de una postura reprimida e insegura. Tampoco se deben esconder las manos con los puños del pulóver o la camisa, porque denotan inseguridad.

La mirada debe ser frontal al entrevistador, sin mantener una mirada fija a los ojos por mucho tiempo porque puede resultar un tanto agresivo. En cambio, el hacerlo por momentos será sincero y hablará de la transparencia de la persona.

Pablo Molouny, gerente general de Trabajando.com Argentina señala: “La imagen y actitud corporal que proyectamos es muy importante. Con los gestos comunicamos de manera inconsciente, por lo que es lo más sincero que uno puede presentar. Cada movimiento tiene un significado que será tenido en cuenta por el entrevistador”.

“Lo más importante es ser natural, pero adecuado, porque muy programado tampoco te permitirá desenvolverte y por ende, será más difícil conseguir buenos resultados”, finaliza Molouny.

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