La implementación de un sistema ERP puede traer aparejados numerosos obstáculos que son fáciles de atravesar si se cuenta con un guía que sepa encontrar las soluciones adecuadas y, al mismo tiempo, impulsar al equipo con la motivación adecuada.
Así, entre los problemas que más frecuentemente aparecen figuran la falta de compromiso de la alta dirección, la mala definición de los objetivos del sistema de gestión, un mal dimensionamiento del hardware, una gerencia inadecuada y la falta de capacitación de los empleados que intervienen, entre otros.
Conociendo este panorama cobra valor la desenvoltura del consultor, pues este puede prevenir estos escollos.
Así, él podrá con las herramientas necesarias (conocimiento de la estructura de la empresa, buen diálogo con los empleados y los directivos, objetivos buscados claros) desenvolverse de una manera acertada.
Una buena planificación en la implementación es lo que asegurará el retorno financiero e institucional de las inversiones. Y esa es la tarea del líder.
Cómo elegir el sistema ERP
El consultor deberá tener en claro estos criterios:
* Conocer el negocio y planear el crecimiento a mediano y largo plazo.
* No siempre el software de moda es el más adecuado para la empresa.
* Ver que se cuenta con el hardware indicado y que el nuevo software se integra a los sistemas ya instalados.
* Que el sistema ERP sea flexible. No son buenos los productos muy personalizados.
* Confirmar que el producto se adecua a las leyes.
* Ver si el sistema ofrece seguridad y condiciones de rastreo de los usuarios.
* Estar al tanto de las garantías de soporte y de help-desk.
* Saber cómo capacitar al equipo que lo asistirá.
* Brindar un sistema que tenga una vigencia de al menos cinco años, y dar actualizaciones.
* El proyecto no se termina con la instalación, mantenerse en contacto para posible consultas es parte del proceso.
