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El perfil del prevencionista

La tarea del Prevencionista es lograr influir en su empresa de tal forma que la haga más consciente, este es un proceso complejo que parte por la posición que ha ganado el profesional frente los gerentes de la empresa y al mismo tiempo ante los otros órganos de poder con un lenguaje diferente para cada segmento.

¿Cuál es el perfil del prevencionista?.

En una profesión nueva con una actividad más bien multidisciplinaria responder esta pregunta no resulta fácil.
Pero podemos aventurar al menos lo siguiente:

Para poder desarrollar su gestión, el Prevencionista requiere:

1) Conocimiento técnico del proceso en el que está involucrado: qué riesgos físicos, químicos, biológicos, psicosociales, ergonométricos, están presentes en su actividad, riesgos de emergencia y características propias de su lugar de trabajo, otras informaciones requeridas de su experticia como: Higiene industrial, evaluaciones, mediciones, interpretación de datos, etc. Seguridad laboral normas aplicadas a su actividad, causas de los accidentes, investigación de accidentes, programas de capacitación, estadísticas, etc. Evaluaciones de biomecánica del trabajo, familiarizarse con los diagnósticos de medicina del trabajo.

2) Una formación legal sólida y actualizada, que le permita entender el sentido de la Ley de Seguridad Laboral relacionada con su país, aplicarlo a la capacitación de los trabajadores reflejado en la elaboración de los documentos como charlas de inducción, charlas de derecho a saber, procedimientos de trabajo seguro, Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, asesorar a su empresa con respecto a las condiciones sanitarias básicas de su lugar de trabajo, de la exposición a los agentes tóxicos, las obligaciones impuestas por la ley al empleador y su aplicación práctica, el funcionamientos de los Comités Paritarios de Seguridad, etc.

3) Y por último, la capacidad para hacer que su mensaje entregado sea entendido, valorado, aceptado y provoque los cambios de actitud necesarios en los gerentes, los supervisores y los trabajadores. La habilidad para sintonizar con toda la empresa de tal manera que el profesional se convierta en el elemento catalizador de los cambios al interior de la empresa en que se desenvuelve.

Las dos primeras características no suponen un desafío tan profundo porque ambas responden a un asunto de conocimiento, mal que mal, el sistema actual permite que el conocimiento circule libremente por las veloces carreteras del ciberespacio. Existen páginas, no muchas pero existen, desde donde puede obtenerse información acabada de seguridad.

Por ejemplo:
www.mtas.es/inhst
www.prevention-world.com
www.prevencionintegral.com

¿Pero qué ocurre cuando ese conocimiento se debe transmitir a los estamentos ya señalados de la empresa: Gerentes, supervisores, trabajadores?.

Una realidad es que el peso profesional del Prevencionista aún no logra ganarse el crédito que merece, esto puede deberse entre otras cosas a la misma característica multidisciplinaria que le da al profesional de prevención un barniz de todo, sin ahondar en muchos contenidos. Podemos imaginarnos una discusión técnica entre un prevencionista y; un químico, un abogado, un constructor, un gerente comercial, un arquitecto, un médico, etc. En muchos casos, la realidad es que el profesional de la especialidad va a imponerse o aún cuando no esté en lo correcto restará validez a los argumentos del Prevencionista.

No parece lógico entonces que la labor del Prevencionista sea continuar por el camino de aumentar sus conocimientos técnicos para potenciar el conflicto al nivel que lo haga favorable a su visión. Por ejemplo, el Prevencionista no va a imponer el método constructivo para definir cómo se hará la excavación, tampoco va a definir que producto químico se va a utilizar para lograr que tal sustancia sea más básica o más ácida, en fin.

En cambio al Prevencionista le cabe la tarea de lograr que las decisiones operacionales tomadas por la empresa, sean considerando el valor de la prevención de riesgos, así desde las decisiones más complejas a las más sencillas serán bajo la misma visión. Para esto será necesario que el Prevencionista pueda influir en la atmósfera de trabajo que existe en la empresa y logre hacer que un tema que regularmente no existía o no vivía en la organización pase a ser un tema cada vez más importante.

Deberíamos reconocer hoy día, que el grueso del desarrollo del tema preventivo está en el Clima de Seguridad que existe al interior de la empresa y que define la respuesta de seguridad de los Ejecutivos, de los pares y por último individual de los trabajadores, que finalmente son las personas que deben decidir si seguirán actitudes seguras y cumplirán los procedimientos de la empresa o no.

Considerando lo anterior parece ser que el Prevencionista debe ser una persona con un alto conocimiento técnico de su especialidad, con una formación sólida en los aspectos legales que envuelve su trabajo y sobre todo con una ASERTIVIDAD Y HABILIDAD SOCIAL para plantear sus ideas de forma persuasiva y sugerente para que estas sean entendidas y asimiladas por los diversos estamentos de la empresa.

Cómo pretender ser el gestor de los cambios al interior de la empresa sin considerar que su propia personalidad sea capaz de proyectar la imagen de un profesional qué sabe lo que dice y sabe cómo lo dice.

Por esta razón es más fácil buscar culpables, después de ocurrido el accidente se tiene finalmente toda la información de la actividad que se había emprendido, información vital que faltaba antes de tomar una buena decisión, no cabe duda “Todos saben que la carreta estaba mala, después de que se le ha roto su eje” o lo que es lo mismo “Después de la guerra, son todos generales”. La tarea del Prevencionista es lograr influir en su empresa de tal forma que la haga más consciente, este es un proceso complejo que parte por la posición que ha ganado el profesional frente los gerentes de la empresa y al mismo tiempo ante los otros órganos de poder con un lenguaje diferente para cada segmento.

Porque la comunicación dice, Humberto Maturana: no tiene que ver con el mensaje que se entrega, sino con cómo ha recibido este mensaje el receptor y ¿qué cambios se han generado en su conducta?.

No es una tarea de corto plazo, para generar este clima de seguridad es necesario que en primer lugar en la empresa “se hable” de prevención de riesgos, en el casino, en la reunión, en los casilleros, en el camino de ida o vuelta, en la conversación habitual e informal, entre gerentes, entre supervisores y entre trabajadores.

En segundo lugar es necesario que estos mismos personajes actúen en consecuencia, se ocupen de “dar un buen ejemplo”, las obras son más valiosas que las palabras, a pesar de que el lenguaje genera la realidad, esta realidad vive en los actos y cada persona por si misma elige los actos que hará o no hará.

Como verán ambas medidas “hablar” y “dar un buen ejemplo” no constituyen una inversión monetaria para una empresa, corresponden al área de los factores blandos de ésta, pero paradójicamente son precisamente estos factores culturales los más difíciles de cambiar porque suponen un cambio organizacional, un cambio que en definitiva debe ser orquestado por un profesional que debe estar a la altura de estas materias.

Faltarán las herramientas que hagan de la prevención de riesgos una disciplina con una base científica tan sólida que sus argumentos no sean discutibles, en realidad es muy probable que esto jamás exista, a fin de cuentas el cuidado y el autocuidado son conceptos valóricos como lo son la responsabilidad, la honradez o la solidaridad, las personas están dispuestas a hacer estos cambios en la medida que su conciencia como ser humano se hace también más desarrollada.