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El robo de información y datos en empresas globales superó por primera vez a otros tipos de fraude

El robo de información y datos electrónicos en empresas globales superó por primera vez al robo de los activos físicos, según afirma el Informe Global de Fraude que anualmente realiza Kroll.

La Encuesta Global de Fraude encomendada por Kroll a The Economist Intelligence Unit se efectuó este año a más de 800 ejecutivos de alto nivel, pertenecientes a 10 tipos de industrias de todo el mundo. En 2010, el 88% de los encuestados respondió haber sufrido al menos un tipo de fraude.

En base a la Encuesta Global, la cantidad sustraída ilícitamente a las empresas creció más del 20 por ciento en los últimos 12 meses, pasando de 1.4 millones de dólares por cada mil millones en ventas a 1.7 millones.

La novedad de este período fue el crecimiento del robo de datos o fuga de información en las empresas alcanzando un 27.3 por ciento en contraste con el robo físico de efectivo, activos o inventarios que en este período disminuyó su incidencia en el Reporte Global del 28 por ciento que obtuvo en 2009, al 27.2 por ciento de este año.

“En el mundo, el robo de información ha crecido más que otros tipos de fraude, en la medida en que se ha incrementado la facilidad para transferir datos y los responsables, empezando por empleados que dejan las empresas, pueden sustraerlos con facilidad cuando no hay suficientes controles”, afirmó Matías Nahón, Director Ejecutivo Asociado y Jefe de la oficina de Kroll Argentina.

“Sin embargo, los resultados del estudio no señalan que los demás tipos de fraude vayan en retroceso. Por el contrario, el aumento en el robo de información evidencia que los sistemas de normas, capacitación y monitoreo no van al paso de los avances tecnológicos. Las empresas deben pensar seriamente en invertir con regularidad en precauciones programáticas y tecnológicas”, subrayó Nahón.

En cuanto a la Argentina, se observó un crecimiento en las consultas sobre problemas con empleados desleales dentro de las propias empresas (fraude interno) con un aumento del 200 por ciento de las cuales, el 40 por ciento se correspondió con casos de fraude de personal jerárquico.

“Lo que hemos detectado es el crecimiento en la demanda de investigaciones por fraude interno de altos ejecutivos”, aseguró Nahón. “A diferencia de otros años, en los cuales aquellos que más cometieron infidelidades en perjuicio de la compañía estaban ubicados más cerca de la base de la pirámide corporativa, este año, los involucrados ostentan cargos más altos y, por ende, los fraudes son de magnitudes más importantes. Esta tendencia comenzó a darse el año pasado y se acentuó este año”, agregó.

De acuerdo al Informe Global de Fraude de Kroll, los sectores más vulnerables al robo de información en el mundo fueron: Servicios Financieros (42 por ciento en 2010 frente a 24 por ciento en 2009); Servicios profesionales (40 por ciento y 27 por ciento respectivamente) y las compañías de Tecnología, Medios y Telecomunicaciones (37 y 29 por ciento).

Otro dato a resaltar fue el “temor al fraude” que manifestaron las empresas y que frenó la globalización de casi la mitad de los encuestados. El 48% de los altos ejecutivos indicaron que su percepción sobre la marcada posibilidad de fraudes en algunos mercados del mundo, los disuadió de aprovechar oportunidades en al menos un país extranjero. El mismo problema afectó al 10% de las empresas en Latinoamérica e incluso el 11% en mercados como China y África. El manejo de riesgos en estos países suele consistir, simplemente, en evitarlos.

Nahón afirmó que “uno de los resultados más preocupantes del Informe Global de este año, es que los retos para los corporativos que invierten en territorios que no les son familiares en busca del crecimiento, fueron frenando su expansión”, explicó.

El ejecutivo subrayó que “en estos casos la oportunidad se presenta en sitios donde es más alto el riesgo de fraude, a la vez que se incrementan los castigos por violaciones a la ley y la posibilidad de ser acusado”. “Las empresas pueden manejar estos riesgos, pero deben pensar de manera integral sobre las medidas apropiadas para minimizar su vulnerabilidad e investigar acciones sospechosas”, señaló.

En cuanto a América Latina en particular, donde el 90 por ciento de las empresas fueron afectadas por un ilícito, la incidencia de fraudes fue la mayor después de Asia y el robo de información fue el más frecuente, al afectar a un 35% de las empresas.

Otros resultados sobresalientes del Informe
Conflictos en las empresas: las compañías que operan en la Latinoamérica sufrieron también conflictos de interés de sus directivos (27%), robos físicos (26%), ilícitos que involucran a proveedores (22%), y fraudes relacionados con aspectos regulatorios (21%).

Las empresas no están preparadas para adecuarse a nueva legislación: el incremento de la regulación a través de la Ley Contra Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA, por sus siglas en inglés) estadounidense y la nueva Ley de Sobornos en el Reino Unido ha creado nuevos retos para las empresas. De acuerdo con la encuesta, casi dos tercios (63%) de las compañías con operaciones en esos países creen que esta legislación no aplica para ellas o tienen dudas al respecto. Menos de la mitad (47%) confían en tener controles suficientes para prevenir sobornos en todos los niveles de la operación, frente a 42% que dicen haber analizado los riesgos involucrados e implementado los procedimientos necesarios de monitoreo y reporte.

El fraude es normalmente un ‘trabajo interno’: las empresas afectadas por fraudes en el último año consideraron que los empleados de menor nivel y los altos ejecutivos son más susceptibles de cometerlos (ambos grupos fueron mencionados en 22% de los casos), seguidos por agentes y otros intermediarios (11% de los casos). La proporción de fraudes cometidos por estos empleados fue del 50% a 60% en América del Norteamérica, Europa y Asia-Pacífico hasta el 71% en Medio Oriente y África. En América Latina el número es bastante menor (42%), ya que aquí la principal fuente de fraudes son los clientes.

Metodología
Kroll comisionó a The Economist, Intelligence Unit, la realización de la cuarta Encuesta Global de Fraude y sus efectos en los negocios durante 2010. Un total de 801 ejecutivos del más alto nivel participaron en esta encuesta.

Casi un tercio (29%) de los encuestados fueron de Norteamérica, 25% de Europa, poco menos de un cuarto de Asia-Pacífico, y 11% de América Latina y África, respectivamente.

La encuesta abarca diez industrias, con al menos 50 encuestas en cada una. El mayor número de respuesta se recibió de la industria de servicios (13%). En total, 51% de las empresas encuestadas tuvieron ventas anuales superiores a los 500 millones de dólares.