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El tipo de cambio volátil puso en el freezer la desdolarización del comercio con Brasil

A principios de octubre, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzaron el promocionado Sistema de Pagos en Moneda Local (SML).

Con ese acuerdo, anunciado como bombos y platillos desde ambos gobiernos, se cerró una larga etapa de preparación de más de dos años.

La presidenta argentina había calificado la nueva modalidad como un “hecho histórico”, mientras que el presidente del BCRA, Martín Redrado, y su par de Brasil, Henrique de Campos Meirelles, destacaron que “ayudará a la integración regional y reducirá la vulnerabilidad de ambos países ante la crisis financiera internacional”.

En la misma línea, el viernes pasado el propio Lula destacó el acuerdo celebrado con la Argentina por el cual los dos países pueden comercializar en monedas locales sin pasar por el dólar y se mostró esperanzado en que el sistema sea utilizado por los demás países del bloque.

“Es un hecho extraordinario, no queremos dólares en nuestros países, queremos comprar y vender entre las empresas con nuestras monedas”, dijo el presidente Lula.

Sin embargo, más allá de los discursos rimbombantes, directivos de un tercio de los bancos que están homologados para operar con el SML alertaron a iProfesional.com que el sistema está virtualmente parado y que prácticamente no se realizaron operaciones en moneda local desde su lanzamiento, ya que las empresas están temerosas y más que nunca prefieren apostar al dólar.

El mecanismo, que es optativo, se lanzó para beneficiar a las empresas de ambos países ya que permite comercializar a una tasa cambiaria idéntica a la del mercado mayorista que fijan diariamente los bancos centrales de Argentina y Brasil, independientemente del volumen de la transacción.

Cómo funciona
El SML debe ser iniciado por el importador que deberá registrar su operación y ejecutar el pago en su propia moneda en una entidad financiera autorizada.

A partir de quedar registrada esa operación, se realizará la compensación entre los bancos centrales de los valores en moneda local. Luego, los bancos centrales transferirán el crédito para los exportadores vía sistema bancario.

En diálogo con este medio, Juan Carlos Amigo, gerente de Comercio Exterior del Santander RIO, afirmó que “hasta el momento han sido pocas las empresas que se sumaron al sistema, que aún se encuentra en una etapa experimental y de implementación”.

A la hora de explicar las razones, el directivo sostuvo que “la crisis internacional impactó en las proyecciones de las empresas del Mercosur, ya que ambas monedas, el peso y el real, han venido devaluándose como consecuencia de la tendencia de fortalecimiento de la moneda estadounidense provocada por las turbulencias de los mercados”.

“A raíz de esta volatilidad, las empresas, en especial las exportadoras, prefieren resguardar sus costos en la divisa tradicional de referencia, es decir, los dólares”, concluyó Amigo.

Contados con los dedos de la mano
Desde un banco público, un directivo que pidió reserva confirmó que “todavía hay muy pocas operaciones. No hace falta hacer balances por está todo parado por el momento”.

Desde otra entidad bancaria, con presencia en Brasil y la Argentina, explicaron que “en un mes prácticamente no tuvimos ninguna operación. Primero porque los exportadores no quieren posicionarse en pesos. Segundo porque en el contexto actual, apostar a las monedas locales no necesariamente significa costos más bajos”

“Como la características de este sistema es optativo y estamos en medio de una turbulencia, por ahora no esperamos que progrese mucho. Mientras siga habiendo dudas sobre el futuro del tipo de cambio esto no va a avanzar”, concluyeron.

Adicionalmente, desde el Santander RIO explicaron que al estar en fase de experimentación, los problemas atentaron contra el sistema. “En las dos últimas semanas se han verificado algunos inconvenientes en la recepción por parte de la Aduana de Brasil de los certificados de origen emitidos en moneda local por distintas Cámaras de Comercio Exterior de Argentina, lo que motivó retrasos en el ingreso y despacho preferencial en Brasil de exportaciones argentinas”, sostuvo Amigo.

El peor momento para lanzarlo
En diálogo con iProfesional.com, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional y miembro de la Fundación Standard Bank, sostuvo que “en este contexto de altísima volatilidad del tipo de cambio, con los movimientos del peso por un lado y el del real por el otro, el sistema se vuelve inviable por el momento”.

“La fluctuación no permite prever los cierres de las monedas y las empresas prefieren trabajar con una moneda conocida, como es el dólar”, agregó.

De acuerdo a un análisis de Economatica, del 1° de agosto a fines de octubre, Brasil devaluó un 44,5%. Como contrapartida, la Argentina lo hizo en un 8,2%.

“En la medida en que exista volatilidad importante, atenta contra el sistema porque el sistema tiene como basamento la previsibilidad, si entrás en un contexto de deslizamientos casi permanentes no es funcional”, alertó Ochoa.

Por otra parte, el especialista agregó que “las mejoras de costos son del 2 o 3%. En un marco de incertidumbre y de crisis, este porcentaje no influye lo suficiente como para atraer a las empresas. Son sistemas que mejoran la performance, pero la experiencia se realiza en momentos calmos, no en etapa de turbulencia”

“Es importante y tiene un sentido, pero cayó en un momento horrible”, concluyó.

Un sistema pensado para empresas chicas y medianas
Durante el acto, Cristina remarcó la “profundidad inédita” del vínculo entre Argentina y Brasil en el marco de una mayor integración regional.

Traducida en números, este vínculo prevé generar operaciones comerciales por u$s30.000 millones a lo largo de todo 2008.

Según datos del Banco Central argentino, el 36% de las operaciones de intercambio entre Argentina y Brasil son inferiores a 10.000 dólares y un 39% fluctúan entre ese monto y los 50.000 dólares, es decir que hay una fuerte presencia de pequeños y medianos empresarios, los que más provecho podrían sacar del SML.

Perspectivas inciertas
Sin embargo, al momento de trazar proyecciones, por ahora reina la incertidumbre. Para Ochoa, “esto salió en un muy mal momento porque estamos en pleno pánico. Habitualmente para que estas cosas funcionen tienen que haber flujos permanentes, hay que abrir la cancha y que los jugadores tengan determinada experiencia. Pero cuando llegan crisis como esta, nadie va a estar interesado en improvisar”.

En la misma línea, para Amigo “es difícil aventurar un pronóstico en este sentido dado el comportamiento actual de los mercados. La elección del medio dependerá indudablemente del esquema de costos de cada empresa y también de que todos los operadores de comercio exterior (bancos, aduanas, cámaras, etc.) conozcan en profundidad el nuevo sistema”.