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EM@IL O CARTA?. ser o no ser

El sector Correos a nivel nacional no es ajeno a la presión sustitutiva ejercida globalmente por el e-mail, las redes sociales y el marketing interactivo. Según indicadores de la Universal Postal Union, los volúmenes de los envíos domésticos vienen experimentando un continuo declive a una tasa que -de unos años a esta parte- ronda el 2%, cifra que se incrementó en 2009 a raíz de la crisi! s financiera mundial de fines de 2008. En nuestro país hubo durante 2009 una baja cercana al 2% en el volumen total del sector, aunque en 2010 se registró un alza que rondó el 3%.

Por el otro lado, el sector aprovecha las bondades que el Comercio Electrónico tiene para ofrecerle en lo que respecta a Paquetería tanto doméstica como internacional. En realidad, es el principal driver que le garantiza una supervivencia saludable a más largo plazo, aunque no es el único. La diversificación tanto intra como extrasectorial hacia servicios de mayor valor agregado llevada a cabo por las empresas del sector es el resultado de la constante búsqueda de fuentes de ingreso alternativas a la distribución de correspondencia tradicional, ante la avanzada penetración de los formatos digitales (incluyendo la firma digital y -en mayor medida-, la factura electrónica, en mucho casos obligatoria para la AFIP).

La informalidad en una porción significativa del sector -que repres! enta casi un 25% del giro del negocio total- también lo ha signado con deficiencias en la calidad de los servicios prestados, precariedad en las condiciones del empleo y evasión impositiva que, junto a otros factores como precios más bajos, flexibilidad de respuesta y adaptación a las necesidades de los clientes, construyeron un claro entorno competitivo desleal. Sólo un conjunto de sanciones adecuadas hacia este tipo de competidores como hacia quienes contratan sus servicios podría reducir la amenaza que en conjunto estos representan para la buena salud del sector.

Cabe destacar que existen dos estratos en el nivel de informalidad en el sector con claras diferencias entre sí, ya sea en su concepción como en el tipo de servicios que prestan. En el primero se agrupan aquellas micro y pequeñas empresas que prestan servicios postales y de mensajería sin estar inscriptas en el Registro Nacional de Prestadores de Servicios Postales que compiten de igual a igual en zonas densamente pobladas con empresas que sí lo están y cumplen la normativa! vigente. En el segundo estrato se ubican aquellas que, gracias a la atractiva sinergia existente entre el negocio de correos con el de transporte tanto de cargas como de pasajeros, pueden ofrecer servicios de paquetería y otros, en forma expresa y con una amplia red de cobertura lograda a partir de su negocio principal de carácter extrasectorial. Vale mencionar que existen algunos casos de estas últimas empresas que sí se encuentran legalmente operando bajo la órbita de la Comisión Nacional de Comunicaciones habiendo creado, algunas de ellas, un desprendimiento societario per se para ofrecer adecuadamente estos servicios postales en forma discriminada del negocio principal.

Algunas cifras que ilustran la composición del sector:

De acuerdo con el último informe de CLAVES ICSA sobre el sector, las 5 principales tendencias vislumbradas para este mercado consisten en:

1. Comoditización del mercado, en especial en los segmentos de menor valor agregado (típicamente, carta bajo puerta), en parte vinculado a la madurez del ciclo de vida del sector y a la presencia de numerosos operadores postales PyME que compiten vía precio. Esto genera entre las empresas líderes y seguidoras la búsqueda de un posicionamiento estratégico defendible ante esta comoditización, sobre la base de una mayor integración con la cadena de valor del cliente. A tales efectos, las apuestas son a la diferenciación mediante servicios de valor agregado (esto permite también incorporar algunas ventajas de los sustitutos electrónicos), y/o customización, y/o la especialización en nichos para el logro de liderazgo en costos con buena calidad. A su vez, diversifican extrasectorialmente para ofrecer servicios no postal! es que permitan explotar sinergias y sean consistentes con dichas estrategias. Es decir, antes que empresas postales, tienden a concebirse como empresas especializadas en determinadas soluciones, que incluyen tanto servicios postales como no postales.

2. Creciente presión a manos de los sustitutos electrónicos, en especial sobre los servicios postales vinculados a transmisión de información sin valor agregado (particularmente carta bajo puerta). Por el contrario, los servicios postales de base mayormente logística (en especial, paquetería) poseen la ventaja de ser poco o nada susceptibles de ser cursados mediante medios electrónicos de telecomunicación.

3. A partir de esto último, se observa una creciente integración entre la logística postal (basada en flujos) y extrapostal (posee un importante componente de administración de stocks), tanto en correos como en courier, así como un mayor componente de consultoría y asesoramiento en estos ámbi! tos, sumado a una paulatina incorporación de tecnología para potenciar las capacidades de los servicios postales al combinarlos con algunas de las ventajas de los sustitutos electrónicos, junto al desarrollo de diversas customizaciones.

4. Creciente problemática a partir del impacto del contexto inflacionario. Ello deriva de un persistente aumento de costos, impulsado principalmente por el componente laboral, en un sector donde éste representa un 65% de la estructura (excepto en el mercado courier)

5. Creciente conciencia social y empresarial sobre la problemática ambiental en un sector cuya operatoria habitual incluye la constante emisión de dióxido de carbono, el uso de fuentes de energía no renovables como el combustible y el uso de insumos de papelería (embalajes, etc.). Esta situación genera gradualmente la necesidad de readaptación de los procesos y de los rodados utilizados además de cambios de estrategia en el mix de productos para incluir soluciones vinculadas con las tecnologías de la información, como ! ser el correo híbrido en cualquiera de sus formas.