Inicio Empresas y Negocios Empeora la cadena de pagos: los documentos rechazados crecieron casi

Empeora la cadena de pagos: los documentos rechazados crecieron casi

La crisis de la actividad económica va dejando sus huellas en la cadena de pagos. La caída de las ventas complica principalmente a las pequeñas y medianas empresas a la hora de cancelar sus préstamos y cubrir los cheques emitidos.

Esto se traduce en un aumento de la cantidad de cheques rechazados, de juicios ejecutivos, de refinanciaciones de créditos y de pedidos de sobregiros en descubierto.

Aunque lejos de los niveles de la crisis de 2002, es indudable que los bancos perciben una tendencia creciente de las dificultades que enfrentan las empresas para cumplir sus compromisos, especialmente las vinculadas al sector agropecuario y las productoras de bienes de consumo durables e inversión.

Según los últimos datos publicados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la cantidad de cheques rechazados creció en mayo un 13,23% mensual y el volumen involucrado, un 17,76%. Para ilustrar la situación sólo basta con tener presente que el mes pasado la entidad registró 225.451 documentos rechazados por $1.177.457.

La cantidad publicada es la mayor del último año: desde que empezó 2009 vienen creciendo a una tasa promedio del 37% interanual, muy superior al 9% promedio de 2008. En tanto, el monto aumentó, en términos desestacionalizados, un 16,6% mensual y dejó un incremento del 54,8% interanual, según precisó la consultora Datarisk.

Estas cifras revelan un deterioro de la cadena de pagos porque “el nivel de actividad se viene desacelerando, las empresas reciben cada vez menos pedidos y tienen que financiar cada vez más a sus clientes, mientras que sus costos se siguen incrementando, con lo cual es cada vez más difícil hacer frente a las obligaciones de pago”, explicó Verónica Seminario, economista de la consultora.

Por eso, los bancos saben que “hay que seguir más de cerca” a las empresas. Si bien esperaban que la crisis dejara una secuela más profunda en el nivel de cumplimiento de los pagos, las entidades consultadas por iProfesional.com reconocieron que “hay un trabajo de los bancos muy fuerte sobre el cliente y un seguimiento más estricto”.

Seminario agregó que si bien ya se venía evidenciando un deterioro de la cadena de pagos desde marzo de 2008 -con el aumento de las tasas de los adelantos en cuenta corriente y de los descuentos de documentos y en coincidencia con la crisis del campo-, “a partir de septiembre se empieza a vislumbrar una profundización de los efectos de la crisis global sobre el país, que sumaron incertidumbre al enrarecido clima nacional -con la estatización de los fondos de las AFJP y los rumores de corralito-”.

Juicios ejecutivos
Pero el último eslabón de la cadena no es el rechazo de los cheques. La experta de Datarisk explicó que “el aumento de los cheques rechazados, en los últimos meses, debería verse reflejado en un incremento de los juicios en los próximos meses”.

De la mano de un mayor número de documentos en estado irregular, también creció la cantidad de juicios ejecutivos. Ellos reflejan el incumplimiento de los pagos porque se inician para obligar al firmante a amortizar una deuda cuando no cancela el documento rechazado. Según relevó Datarisk, se iniciaron 5.745 juicios en marzo, lo cual representa un incremento de 8,5% interanual.

“Viene subiendo de manera constante en 2009”, dijo Pablo Lavigne, economista de la consultora, quien advirtió que en el primer trimestre de 2009 se acumularon 15.700 juicios contra los 12.000 del año pasado.

Las cadenas de electrodomésticos y las Pyme
Desde el Banco Central destacaron que el aumento en la cantidad de cheques rechazados de los últimos tiempos se debió “probablemente a los problemas que enfrentan algunas empresas para cubrir” dichos documentos, a raíz de las dificultades que afrontan las cadenas de electrodomésticos como Megatone o Bonesi.

La primer firma tomó préstamos en función de ventas que dejaron de crecer y la segunda abrió un concurso preventivo después de retener las cobranzas que debían ser destinadas a pagar la renta de los fideicomisos emitidos.

Según el último informe sobre Bancos del BCRA, el sector corporativo registró un aumento de su morosidad en marzo hasta el 2,4% de las financiaciones. El tramo de más de $5 millones explicó el deterioro en la calidad del financiamiento de las compañías porque evidenció un incremento en su ratio de irregularidad de hasta el 1,6 por ciento.

En otros términos, en el Central dijeron que más allá del número de rechazos se advierte un mayor grado de “morosidad en empresas más grandes, que termina generando una cantidad de firmas que tienen que ir a descontar los cheques al banco”.

En relación con las Pyme, en la entidad reconocieron que sufren el alargamiento de los plazos de pago, que hoy llega a 120 días en vez de 60. “Se da mucho en clientes de cadenas de hipermercados y grandes tiendas, que son grandes tomadores de productos e imponen condiciones de mercado más exigentes”, indicaron.

Y recordaron que, en volumen, lo que realmente exhibe mayor morosidad son los créditos personales de menos de $2 mil. Hoy el 8% de la cartera es morosa cuando históricamente estuvo entre el 3 y 4%. Y agregaron: “Es preocupante cuando se pasa del 10 por ciento”.

La caída del nivel de actividad
En este escenario, sobresalen diversos ejemplos que dan cuenta de la problemática en distintos puntos del país.

La economía de Santa Fe se destaca porque sufrió la debacle de Bazar Avenida y de la autopartista Mahle. El sistema bancario dejó de comprar cheques de la cadena de electrodomésticos de la Red Megatone y los proveedores no tenían donde descontar los valores que entregaba la firma. A pesar del cierre de la planta de Rosario, Mahle canceló la cuota del crédito con ese banco, según contaron en la entidad.

En el Banco de Santa Fe, si bien registran un volumen de cheques rechazados propios “por arriba de lo normal”, mayor es el número de cheques sin fondos que depositan los clientes. En las líneas de descuento de documentos, los rechazos se concentran en montos inferiores a los $50 mil. En total, en el último mes se levantó un punto el porcentaje de rechazos respecto del promedio de entre el 2 y 3%. “Teníamos comprados más cheques del interior de Santa Fe”, dijeron, que es donde más se siente la caída de la actividad.

En esa provincia, la cadena de pagos del sector agropecuario se vio resentida también por la sequía y la caída de la actividad. “Hay líneas que se vencen -en febrero y junio- y el productor no las puede afrontar y las renovamos por un año a ver si mejoran”, explicaron desde la entidad bancaria de Santa Fe.

En tanto, registran “un poco de atraso en los pagos de las cuotas en las Pyme” y un poco más de sobregiros en descubierto respecto de fin del año pasado. “Hay un exceso de sobregiro, de diez días, para salir del paso, pero en seguida se recuperan y lo cubren”, precisaron.

Otro caso es el de la provincia de Córdoba. Allí, la industria automotriz, la generación de electricidad y agua y el sector agropecuario han sufrido fuertemente la contracción de su actividad en los últimos trimestres. Como consecuencia, “se siguen pagando los préstamos, pero cada vez con mayor atraso” y hay “una mayor proporción de cheques rechazados por carecer de fondos las cuentas que los respaldan”, explicaron en el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba.

El deterioro de la cadena de pagos se ve desde el conflicto agropecuario en dicha provincia. La morosidad “en el primer trimestre del año había disminuído y volvió a subir” hasta llegar al 5% del total de préstamos, “en línea con el resto del país” y “algo normal durante una caída en el nivel de actividad económica”, según señalaron en el IIE.

Esto impacta directamente en los bancos. En el Banco de Córdoba vienen registrando una tendencia creciente de morosidad desde abril del año pasado y este mes se expandió entre 30 y 60 días. “Se empieza a notar que las Pyme carretean para pagar”, señalaron desde la entidad.

Se trata básicamente de empresas vinculadas con el campo. El 70% de la cartera de las sucursales del sur y sureste de la provincia está concentrada en el sector agropecuario y “en esa zona se dan las mayores reprogramaciones de deuda”.

Muchas se hicieron con créditos a doce meses con fondos previsionales que licitó la ANSES: “Hemos participado en montos importantes y se dio justo en enero, febrero y marzo. Ayudó para reestructurar las cuentas corrientes que se estaban usando al tope y les dio un respiro a las empresas”.

El banco cordobés no registra un incremento de los cheques rechazados propios, “porque el control de la cuenta corriente es muy estricto y no están acostumbrados a excederse”. Pero sí un alza de 0,2 puntos de rechazos entre los descontados, al pasar al 1,9% de la cartera en el primer cuatrimestre. “Parece poco, pero en volúmenes es un crecimiento que no se venía dando”, explicaron. Se trata del “chiquitaje”, los valores de importes menores a $5 mil que se libran en la zona norte de la provincia, la más pobre.

También Neuquén es escenario de esta problemática. En esa provincia, la merma de la actividad extractiva de petróleo, que mueve el amperímetro en la región, complica las finanzas de las empresas.

Los proveedores de servicios de las compañías petroleras son los más comprometidos, después de que éstas han hecho grandes ajustes de gastos y han enviado telegramas de despido al personal.

En el Banco de Neuquén explicaron que hoy las Pyme están “sujetas a los atrasos en los pagos de las petroleras” y “con el tiempo justo para cubrir las obligaciones”.

“La situación más crítica las tenemos con los descubiertos en cuenta corriente”, donde hay una mayor solicitud de sobregiros, y “se complica más en las fechas de pago de haberes”, explicaron desde la entidad. “Una semana de atraso complica mucho a las empresas quienes, además, tienen el gremio encima”, agregaron.

La cantidad de cheques rechazados también depende de “las noticias” que provengan “de la economía petrolera”. En este sentido, explicaron que “hasta marzo estaba más complicado. En abril y mayo ha mejorado. Las petroleras están pagando más a término aunque por fuera de lo acostumbrado el año pasado, con 60 días de atraso”.

Pese a todo, la fuerte caída de la actividad económica -desde el último trimestre de 2008- no dejó un tendal de desfinanciados; en gran medida por el importante crecimiento de los años anteriores que ubica a las empresas en una situación más robusta para hacer frente a este ciclo. Sin embargo, los bancos ya cuentan con carteras más depuradas y hasta con buenas reservas para prevenirse de financiaciones irregulares.