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Encuesta de KPMG revela que pese a la crisis muchos bancos no harían cambios fundamentales en la forma en que administran los riesgos

A pesar de las persistentes consecuencias de la crisis financiera en la industria bancaria, parece ser que no es suficiente la cantidad de instituciones que planean implementar cambios fundamentales en sus esquemas de riesgo.

Esta afirmación fue realizada por KPMG International luego de descubrir los resultados que surgen de una nueva encuesta sobre las aparentes fallas del sistema de administración del riesgo, algo que muchos participantes de la industria ya están aceptando.

El resultado revela que el 90% de los 400 ejecutivos bancarios encuestados por la Economist Intelligence Unit en nombre de KPMG ha realizado –o planea realizar– una revisión de la forma en la que administran el riesgo. Sin embargo, sólo el 42% de los encuestados ha realizado -o planea realizar– cambios fundamentales en sus procesos de riesgo.

Esto es un indicio de que muchos bancos sienten que la solución necesaria puede no ser tan drástica como algunos podrían pensar, o que todavía no se han presentado todas las consecuencias.

Al exponer sus comentarios sobre los resultados, Nigel Harman, de KPMG Advisory y socio de la firma en el Reino Unido dijo: “Casi no quedan dudas entre los bancos encuestados de que la falta de disciplina en materia de administración del riesgo era un factor susceptible de medición en relación a la crisis crediticia. Sin embargo, parecen no ser tan sinceros con respecto a su opinión sobre cuáles son las medidas necesarias. Lo que tenemos es una respuesta bastante evasiva, con sólo cuatro de diez encuestados que dicen comprometerse a realizar el tipo de cambios que amerita una crisis de tal magnitud.”

“Un aspecto más positivo es que al menos se está aceptando cuál es la raíz del problema. Con respecto a las secuelas inmediatas de la crisis que primero se hicieron evidentes, varios de los encuestados dijeron sentir que era demasiado fácil culpar a una cultura que aprovechó el hecho de poder generar ingresos en tiempos de crédito fácil o con políticas de remuneración que no fomentaban el valor sostenible y a largo plazo para los accionistas. De alguna forma, aquellos fueron falsos indicios; factores que contribuyeron, pero que deberían haberse tenido en cuenta, y posiblemente reducido, mediante un esquema sólido de administración del riesgo. Creo que la clave del proceso de solución será replantear el esquema de administración del riesgo por completo, no sólo enfocándose en temas aislados. Sin ese cambio, sigue existiendo el riesgo de que esto ocurra nuevamente.”

La investigación realizada por KPMG resalta que habrá que realizar cambios en varias áreas – la falta de especialistas en riesgo a nivel del Directorio; la comunicación entre el área de riesgo y el resto de las áreas de la actividad; y la relativa falta de ingerencia que posee el área de riesgo.

El tercero de estos tres puntos deriva directamente del hecho de que el 76% de los encuestados cree que la administración del riesgo todavía se considera como una función de soporte nada más. Sin embargo, siete de cada diez cree que la función tiene mayor influencia que hace dos años atrás, mientras que son aún más los que creen que la forma en que administran el riesgo es una ventaja competitiva. Además, en la actualidad, muchos de los encuestados creen que los Principales Funcionarios en materia de Riesgo tienen mayor poder sobre las áreas clave del desarrollo de estrategias y la distribución del capital. Sin embargo, debería dejarse de lado la idea de que se trata de un área administrativa de soporte para que pueda avanzar aún más.

El problema de no contar con especialistas en riesgo a nivel Directorio parece ser engorroso. Si bien se acepta en general que hay deficiencias en esta área, pocos de los encuestados dijeron sentir que ello era un factor importante que ha contribuido a la reciente crisis que sufrieron los bancos. La falta de especialistas es aún más notoria en la comunidad de directores no ejecutivos y, sin embargo, parece haber una falta de interés en solucionar este inconveniente.

En cuanto al problema de comunicación, menos del 20% dijo creer que la falta de comunicación entre los sectores organizacionales sea un factor importante. Sin embargo, otras preguntas mostraron problemas en la comunicación de políticas de riesgo a nivel operacional. Al respecto, posiblemente haya lugar para una mejor interacción con los empleados de las unidades de negocios, así como con el equipo de auditoría interna y el comité de auditoría.

Harman agregó: “Esta investigación ayuda a demostrar que los bancos deberían inculcar una fuerte cultura en materia de administración del riesgo en todos los niveles. Tal cultura requiere que los empleados se encarguen de la administración del riesgo, pero ese cambio también implica que los empleados deben entender la necesidad de riesgo de la organización. La estructura moderna de administración del riesgo debería construirse sobre la base de tres pilares; los empleados, el área de administración del riesgo y el área de auditoría interna. A fin de crear una cultura apropiada, se debería dar el ejemplo desde los niveles más altos de la organización. El liderazgo en materia de riesgo puede ayudar a reforzar la idea de que no es un tema secundario; que puede dejarse en manos de las autoridades de control o la gerencia media.”

“Los bancos deberían enfocarse en juzgar en forma más cualitativa los riesgos que implica cualquier decisión estratégica importante. Ese enfoque reconoce el hecho de que las propuestas de productos bancarios se han vuelto tan complejas que los métodos cuantitativos por sí solos pueden no ser suficientes para equipararse a una evaluación de riesgo en un mercado volátil e impredecible.”

“Fue la falta de criterio lo que causó esta crisis, con un aparente exceso de atención hacia la ganancia a corto plazo y una falta de escepticismo. Por lo tanto debemos tener fe en que los niveles de criterio mejoren. Lograr instaurar mayor disciplina en el proceso de administración del riesgo sería un buen primer paso para demostrarlo.”

Respecto de la encuesta, Ricardo De Lellis, socio de Auditoría de KPMG en Argentina, afirmó: “resulta muy reveladora de lo que los principales players consideran que han sido las causas de la crisis que han puesto a riesgo muchas de las entidades en las que actúan y más significativamente, de los cambios que estiman se avecinan”.

“Para las entidades financieras de nuestro país que están en una etapa de desarrollo muy diferente a la de los países desarrollados donde la crisis se generó y que, por lo tanto, permanecen ajenas a esta causas, la encuesta les resultará atractiva para ir viendo cómo de ahora en más se va delineando el marco regulatorio y de actuación de esas entidades financieras”, sostuvo De Lellis.

Por último, el socio de Auditoría agregó: “sin ‘activos tóxicos’, con un mercado de derivados apenas desarrollado, con poca conexión con los mercados de capital internacional, con estructuras de capitalización muy diferente, nuestras entidades financieras, que han estado muy activas en los últimos años en la actividad crediticia, pero lejos aún de los parámetros internacionales, se encuentran en una situación saludable al presente, para enfrentar los efectos adversos que esa crisis comenzará a tener sobre la economía local”.