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¿Estética 2×1?

Descuentos, promociones, 2×1 y otras rebajas suelen ser difundidos en el mercado estético. ¿Cuáles son los pros y los contras de este tipo de ofrecimientos? Las diferencias entre una estética de góndola y una de excelencia.


La estética no se puede vender ni consumir como cualquier mercadería de góndola, en la que dos amigas con un 2×1 reciben el mismo tratamiento, durante el mismo tiempo, con el mismo producto o aparato, por un precio menor al que maneja el resto del mercado. Es altamente probable que no necesiten lo mismo, que aunque tengan la misma patología no la presenten en el mismo grado, y que esto haga que requieran diferentes procedimientos por más o menos tiempo.
En el caso de los descuentos y promociones, debemos cuestionarnos acerca de la efectividad del producto o del tratamiento, y evaluar la calidad de los efectos obtenidos y su durabilidad.

Ética y promoción
Es cierto que los precios de las promociones estéticas resultan muy atractivos, y que las promesas de cambio son el puntapié para cautivar a cualquier mujer que esté necesitando renovarse.
Pero la propuesta es que analicemos más allá de los espejitos de colores que nos entregan, y consideremos si las alternativas ofrecen cambios reales o no. ¿Cómo saberlo? En este punto es fundamental que nos asesoremos por un profesional idóneo, que nos exponga tanto su criterio médico como ético.
Preguntar es una clave para salir de los engaños y hacer mejores elecciones. Si el especialista ofrece una verdadera solución a un problema estético, nos sabrá indicar cómo es el procedimiento, con qué marcas de productos trabaja, cómo serán los resultados y en cuanto tiempo necesitaremos un retoque.
La ética del profesional se juega en este tipo de información, y quien ofrezca soluciones mágicas, inmediatas, definitivas y a bajo costo deberá ser tendido en cuenta para comparar su opinión con la de otros médicos. Esta es la manera de acceder a procedimientos serios y con efectos visibles y óptimos.
Si un profesional ofrece un tratamiento por un valor mucho más bajo de lo que habitualmente se cobra, esta es una señal de alerta para sospechar de las consecuencias de este trabajo.
Por tal razón, es elemental estar al tanto sobre los precios de los procedimientos, porque no son un dato menor a la hora de elegir a un médico de la estética serio, comprometido, y que utilice productos de calidad.
Las pacientes tienen que saber que un buen profesional de la estética valora su trabajo y no lo regala. De esta manera, el médico es reconocido por los resultados de sus trabajos, y los hace valer a través de los precios de sus tratamientos.
Tampoco regala su tiempo con cada paciente, la evaluación personalizada de cada patología, la cantidad de sesiones, llegar al diagnóstico adecuado y aconsejar un procedimiento acorde a la problemática que se pretenda disminuir o eliminar.
Es así como un profesional confiable tiene pacientes fieles, que recurren a él para depositarle su confianza. Esto no sucede con los profesionales que se promocionan con descuentos, que son los que tienen pacientes eventuales, y que rara vez vuelven porque no ven sus promesas cumplidas.

Productos que valen
Todas sabemos que los tratamientos deben ser realizados por profesionales médicos, que harán valer no solo su trabajo sino también el costo de los productos. Respecto de esto, podemos decir que los materiales que se utilizan para la estética son en su mayoría importados desde Europa, especialmente de Francia, y esto encarece su precio.
Por lo tanto, un relleno con ácido hialurónico nunca puede tener un costo similar al de hacernos las manos o realizarnos un corte de pelo. Tengamos en cuenta que estos rellenos se emplean principalmente en el rostro, y que es nuestra responsabilidad médica garantizar no solo su eficacia y calidad, sino también la armonía estética que la persona viene a buscar al consultorio.
Los criterios que hay que aplicar para discernir entre un costo y otro (por más barata y maravillosa que parezca una opción con respecto a la más cara), son el del sentido común y el de la seguridad personal.
Hay que subrayar que algunos profesionales usan los rellenos muy diluidos, como por ejemplo el Botox, para venderlos por áreas. Esto puede tener un costo alto en la estética de la paciente, porque puede presentar resistencia al producto, bajando o anulando su nivel de efectividad. Es decir que se hace inmune al tratamiento, y este ya no logra los efectos deseados.

Rebajas en la mira
La calidad de los trabajos en estética tiene distintas aristas, que involucran desde los productos y el asesoramiento profesional, hasta la cantidad de sesiones de los tratamientos. Es por eso que una promoción estética atenta contra la excelencia en la esa calidad, porque ese costo que no se paga se recorta de alguna de las consideraciones antes mencionadas.
Las pacientes son las que deben estar atentas y observar este tipo de descuentos, comparando los precios de estos trabajos con los honorarios de otros profesionales. Los resultados, su durabilidad y calidad hacen valer los costos reales de mercado, porque otorgan verdaderos beneficios y, de este modo, fidelizan a las pacientes estéticas.